La explicación más difícil: la muerte de una abuela

Por Cristela
Llevo un par de meses desaparecida, he tenido bastante trabajo y a eso le añadimos el tiempo que paso con mis pequeños y que han estado también resfriados...en fín, que ya lo último ha sido el fallecimiento de una de las abuelas de mis pequeños.. Falleció el domingo pasado...dentro de un par de horas hará una semana.
Mis hijos estuvieron con mis padres mientras se acercaba el momento y pasó todo...son aún muy pequeños, Noa con 5 años y Teo con casi 3 añitos.
Cuando iba camino de recogerlos ya me estaba preguntando qué decirles, sobre todo a Noa que es mayor y sabía que su abuela estaba malita, incluso unos días antes me había dicho que le había pedido a Dios por ella, y me daba tanta pena que llegara el momento de decírselo....
Noa puede ser olvidadiza en algunas cosas, pero siempre está pendiente de que todos estén bien, quizá por esto me preguntó por su abuela nada más montarse en el coche de vuelta...
En ese momento se te plantean dos opciones: o darle largas o decirle la verdad, y casi sin tiempo ni a pensar qué le iba a decir ... le fui contando. Quizá no habré sido muy acertada, quizá podría haberlo hecho mejor, pero no siempre podemos premeditar todo.
Cuando me preguntó por su abuela le dije que como ella sabía, estaba muy malita y que Dios le había preguntado si quería irse con el y dejar de estar con nosotros en la tierra. Porque con él estaría bien.
Ella lo entendió y evidentemente se puso a llorar, cosa que me rompió el corazón. Cualquier madre daría todo por evitar un penar de sus pequeños, pero comprendí que era algo normal, ella había comprendido que ya no vería a su abuela. Le empecé a hablar diciéndole que su abuela estaba en el cielo, contenta y que la vería desde allí siempre sonriendo. Ella empezó a contarme que se la imaginaba super a gusto en las nubes, que eran muy blanditas, bromeamos entre lágrimas que estaría comiendo nubes de colores y azúcar.
De pronto recordé que había dejado en casa una rosa roja de una de las coronas y se me ocurrió decirle que la abuelita me había dejado un regalo para ella, una rosa roja que fue a ver nada mas llegar a casa. Una rosa roja, para que mi hija se acordara de su abuela cada vez que la vea y no sé...quizá para que sintiera que su abuela había pensado en ella antes de irse..
Al rato volvió a ponerse triste diciendo que no quería que ni papi, ni mami se murieran, y no le iba a decir ninguna mentira...le dije que si que moriríamos pero cuando ella fuese muuuuyyyyy muyyyyy mayor! se conformó y cambiamos de tema continuando el viaje, pude parar, le di un abrazo llenándola de  besos porque sentí que era un poco frío yo conduciendo, ella llorando y el hermano que no se enteraba de nada mirándola.
Desde entonces la ha mencionado en algunas ocasiones, pero no de manera triste, si no con naturalidad. Hay situaciones para las que casi no estamos preparados los padres, hacemos como en todos los aspectos lo mejor que podemos y aunque hay muchas veces que metemos la pata..te das cuenta que con cariño y siendo todo lo sinceros que podemos..nuestros peques siempre terminan sorprendiéndonos, se engrandecen y son increíbles...tienen tanto que enseñarnos...
Feliz fin de semana!