La extraña campaña EREctoral andaluza

Publicado el 06 marzo 2015 por Javiersobrevive

La verdad es que escuchando cualquier afirmación de un responsable político de cualquier partido es más que evidente que la demagogia y la mentira invade más del noventa por ciento de sus palabras, cuando no el cien por cien. Eso ya no sorprende a nadie, cuando algo no sorprende no se convierte en bueno, sigue siendo igual de malo, pero sin causar sobresaltos. Si está amaneciendo pero entra dentro de sus intereses políticos el decir que las estrellas que están brillando en ese momento son especialmente bellas, lo va a decir, no tendrá ningún inconveniente en hacerlo y ni se inmutará.

Yo me imagino que esto no será algo que ocurra solamente en España, me imagino que será internacional, pero dudo mucho que haya demasiados sitios donde se haga de una forma tan descarada como se hace aquí. Y si es lo habitual en días normales, ¿que decir cuando llegan las campañas electorales? Pero no sólo con las promesas electorales; la noche electoral con sus resultados recién salidos del horno se convierte en un cúmulo de actuaciones digna de el más afamado premio teatral. El que pierde parece que gana y el que gana parece que sea lo último que va a hacer en la vida.

Esto pasa siempre y especialmente en todas las campañas electorales, pero en la campaña electoral de Andalucía el descaro de los políticos es de nota; principalmente el descaro del candidato, en este caso candidata, del Partido Socialista Susana Díaz. Escuchas a Susana Díaz lo poco que le ha dado tiempo a decir en esta campaña y pre-campaña electoral andaluza y parece que ha gobernado cualquier otro menos ella:

– “Díaz aspira a vencer ampliamente para que Andalucía de el salto que merece”.

– “Vamos a ganar por Andalucía…”

– “En estas elecciones se trata de resistir la ola azul de la derecha”.

– Promete crear un departamento contra la corrupción…

Cualquier marciano que escuchara estas palabras podría darle hasta pena: “pobrecilla, que gana y luche por los andaluces…” Hasta que llegara alguien, le sacara de su error y le advirtiera que la presidenta es ella y que ha formado parte de gobiernos cuyos presidentes están ahora imputados por gravísimos casos de corrupción.

Es más que evidente que yo no soy socialista y no me gustan un pelo por todo lo que han hecho en España, pero el caso de Andalucía es más grave aún si cabe. Se están investigando unos casos de corrupción, ERE y cursos de formación, cuyo montante en dinero y en políticos implicados es espeluznante. La actual candidata del PSOE y sus antiguos jefes algo tendrán que decir acerca de todo eso, vamos digo yo.

Pues bien, las encuestas que van apareciendo dicen que los andaluces quieren, en teoría, que el mismo partido que les ha hundido les siga gobernando. ¿Alguien lo entiende? Esto es, si a mi alguien me rompe la cabeza porque me ha dado un garrotazo a mi no se me ocurriría que me curara el mismo que me ha dado el garrotazo, pero lo que ya tendría guasa es que el que me ha dado el garrotazo me dijera que tuviera cuidado con el de al lado no me fuera a dar un garrotazo, que él me protegería de que me dieran garrotazos; es difícil hasta de explicar porque es tremendamente surrealista.