Siete días después, Texans y Redskins demostraron lo difícil que era repetir la estrategia del field goal range que antes se ha comentado; los de Houston fallaron en su primer intento, detuvieron el ataque de los de Washington y acabaron sumando tres puntos, llevándose la victoria. Y cómo olvidar aquel field goal anotado por Bryant tras ver como la defensa de los Saints detenía su primer ataque y además fallaban una sencilla transformación de 29 yardas?.
La jornada cinco no fue diferente aunque sí un poco más complicada. De nuevo los Redskins en estos fregados, pero con suerte distinta: detuvieron la primera carga de los Packers, fracasaron en su réplica, de nuevo pararon a los de Green Bay y acabaron anotando los tres puntos de la victoria.¿Podía ser una victoria más angustiosa?.
Sí; este fin de semana Joe Flacco empataba con Tom Brady en el Gillette Stadium de Boston. Cada equipo tuvo la oportunidad de desplegar su ataque nada menos que en tres ocasiones, llevándose el gato al agua Stephen Gostkowski con un field goal de 35 yardas. La jornada aún nos depararía otro empate. El resuelto a favor de los Dolphins en su encuentro frente a los Green Bay Packers. Han acertado, la victoria se logró tras un ataque fallido por cada parte.
Dice el refrán que rectificar es de sabios. Cuando se aprobó la modificación y en vista de lo que supongo todos teníamos en mente, parecía una reforma inapelable, justificada y válida. Las defensas eran incapaces de detener los ataques que buscaban estar al alcance del field goal y solo una minoría argumentaba en contra del supuesto desequilibrio de la situación: "si el ataque lo consigue es porque la defensa no ha logrado pararles". No diré que ahora reniegue de alinearme en favor de la reforma; me sigue pareciendo igualmente pertinente conceder al equipo contrario una oportunidad en ataque. Pero lo que también está quedando claro es que, efectivamente, tras el toss, no todo está decidido.