Las decisiones, las propias y las ajenas, siempre tienen consecuencias en la vida, una veces previsibles y otras, por el contrario, imposibles de prever por más que queramos planificarlas. Aquellas que son tomadas a voleo, sin tiempo para adecuarlas a las circunstancias son la peores, puesto que sus consecuencias suelen ser las más sorpresivas y desbordantes.
Hay decisiones que consiguen distorsionar la posición de alguien y provocan que éste pueda ser atacado más fácilmente, hasta tal punto que tal posición de partida sea prácticamente destruida y rebatida sin posibilidad de vuelta atrás. Ese efecto es conocido como “la falacia del hombre de paja”, una maniobra retórica que fracasa en desmontar los verdaderos argumentos de la víctima, con razonamientos de acto de fe que, a pesar del disparate lógico que entrañan, suelen sin embargo obtener resultados persuasivos a veces sorprendentes.
Algo muy parecido a la falacia del hombre de paja es lo que ha sucedido esta tarde en consejo de administración de Tussam, que en su punto tercero del orden del día recogía el “cese y nombramiento del nuevo gerente” y que ha sido retirado sorpresivamente por los representantes del Partido Popular de Zoido y pospuesto para una posterior reunión del ente.
Aunque no han trascendido de manera oficial las razones de la retirada de dicho punto del orden del día, fuentes fiables apuntan a la posibilidad de que la persona llamada a sustituir al actual gerente de la compañía, Carlos Arizaga, necesita un margen de tiempo para desligarse de la empresa en la que presta servicio en la actualidad.
Es posible que muchos interpreten este hecho como un síntoma de improvisación del gabinete de Zoido o, también otros, debido a un cambio de última hora en la persona inicialmente elegida por vete a saber qué motivos. Aquí las hipótesis que se pueden barajar son múltiples y para todos los gustos. Como los colores.
Lo cierto es que Arizaga parece no contar para el nuevo equipo de gobierno del ayuntamiento al frente de la empresa de transportes urbanos. De no ser así, no se entendería la inclusión en el orden del día del consejo de administración de tan clarividente punto. Además de que el propio Zoido no ha cesado de insinuarlo durante toda la campaña cada vez que le han preguntado.
Lo ocurrido hoy deja a Arizaga en una delicada situación en la empresa hasta que se produzca su relevo, porque al trascender la inminencia del mismo su posición se debilita y la sensación que produzca el que te cesen de un cargo se prolonga como una lenta agonía.
Sea o no cuestión de una improvisación o de un imprevisible, y por tanto inevitable, cambio de última hora, lo que está claro es que es una situación no deseada y, por consiguiente, merecedora de haber sido evitada. Porque, como consecuencia de ella, Arizaga queda en la misma situación que la víctima de la falacia del hombre de paja en una empresa donde no es precisamente cariño lo que se le profesa.
Ahora sólo resta que tan embarazoso panorama se resuelva a la mayor brevedad posible. Dicho sea desde la atalaya del respeto, por supuesto.