Muchas personas viven pensando en obtener riquezas, bienes materiales, gloria, poder, etc, todo para satisfacer sus deseos egoístas y ambiciones desmedidas. La mayoría se esfuerza por evitar la pobreza, sin darse cuenta de que la peor de todas es la falta de amor. Puede que tengan la casa o el trabajo de sus sueños, el carro del año, ropa y calzados de última moda, y comida y bebida en exceso…..pero por mucho que lo crean, eso tristemente no les dará la felicidad. Porque existe un marcado contraste entre ser feliz y querer serlo.
Las personas felices no necesariamente tienen que estar cargadas de lujos, porque para ellos las cosas simples son las que están llenas de valor. Solamente tienen que vivir los grandes momentos, esos que son especiales, que a veces son disfrazados como algo insignificante: sentir el perfume de una flor, ver una puesta de sol, contemplar la belleza de la luna, sentir la lluvia caer en nuestro cuerpo, el viento despeinando nuestro cabello, escuchar el canto de las aves, levantar el rostro hacia el cielo y admirar la maravillosa Creación de nuestro Dios, abrazar a nuestros seres queridos… Son pequeños detalles que en realidad son la esencia de nuestra vida, aquello por lo que sí merece la pena luchar. Porque las demás cosas son banalidades, son triviales, insignificantes. Podrás tener hoy cosas materiales, que mañana serán sustituidas por otras que también querrás tener. Llegarás a un punto de tu vida en que serás esclavo de tus deseos, de tus sueños, de tus ambiciones. Terminarás viviendo una vida vacía, sin sentido, perdiendo oportunidades y momentos únicos e irrepetibles, por soñar y luchar por cosas superficiales, carentes de valor.
Sin embargo, cuando tu corazón está lleno de amor hacia quienes te rodean, cuando sabes regalarlo y recibirlo, cuando puedes reír como si fueras un niño pequeño, cuando valoras cada cosa que has recibido a lo largo de tu vida, cuando entiendes que no necesitas de mucho para ser feliz,… Entonces comprendes que, sin importar lo que algunos digan, cuando tienes amor en tu mente y en tu corazón, eres inmensamente rico.