LA FASE ASCENDENTE ("RADICAL") DE LA REVOLUCIÓN DE 1848 EN FRANCIA (Febrero-Junio)

Por Pedro

RESUMEN DE LA ENTRADA

Tras el triunfo revolucionario en febrero (ver otra entrada de este Blog), se formó un Gobierno Provisional compuesto por siete republicanos (moderados de Lamartine y radicales de Ledru Rollin) y tres socialistas. Una combinación de burgueses y obreros que  no podía ser mus estable debido a lo encontrado de sus intereses..  Marx criticó que los obreros colaborase con la burguesía en vez de atender a sus intereses revolucionarios. Señaló que el proletariado de París se dejó llevar por una "generosa borrachera de fraternidad". 
Este Gobierno Provisional aprobó una serie de disposiciones de urgencia para calmar a las masas:
  • Se proclamó oficialmente la República. Lamartine discutía con los obreros de las barricadas sobre quién tenía que proclamar la República, según Lamartine se debía hacer desde el Gobierno. La primera proclamación de la República la hizo un grupo de republicanos armados que penetró en la Cámara. Más tarde lo hizo oficialmente el Gobierno.
  • Se estableció el sufragio universal.Ahora podían votar en Francia unos 9 millones de personas, antes sólo lo hacían unos 250.000. Esta medida, a la larga se volvió contra la revolución ya que los campesinos iban a ser influenciados fácilmente por el clero y la nobleza.
  • Creación de los Talleres Nacionales. Fue una idea de Blanc. Se pensaron como un remedio para aliviar el paro. Sin embargo, nunca se les asignó un trabajo importante para que no fueran una competencia para la industria privada burguesa. A pesar de ello, la burguesía los vio muy mal. Lógicamente, tuvieron buena acogida entre los obreros, hubo muchas solicitudes para trabajar en ellos, en marzo ya trabajaban unas 25.000 personas que eran 200.000 en junio.
  • Jornada laboral de 10 horas en París (11 en Departamentos).
  • Libertad de Huelga.
  • Supresión de la pena de muerte.
  • Abolición de la esclavitud en las colonias.
Para  calmar los ánimos contra la República de los países europeos, el 4 de marzo, Lamartine publicó el Manifiesto de tono apaciguador dirigido a Europa que estaba recelosa acordándose de lo sucedido tras la revolución de 1789. En él declaraba que Francia no pretendía llevar adelante ninguna guerra revolucionaria y que respetarían las fronteras de 1.815. Francia sólo buscaba la fraternidad y la paz. "La Revolución francesa acaba de entrar en un periodo definitivo. Francia es una República, la República Francesa no tiene necesidad de ser reconocida para existir. Es de derecho natural, es de derecho nacional... Sin embargo la República desea entrar en la familia de los gobiernos instituidos como una potencia normal, y no como un fenómeno perturbador del orden europeo. La proclamación de la República Francesa no es un acto de agresión contra ninguna forma de gobierno del mundo. Las formas de gobierno tienen diversidades tan legitimas como las diversidades de carácter, de situación geográfica y de desarrollo intelectual, moral y material de los pueblos. Las naciones tienen, como los individuos, edades diferentes. Los principios que las rigen tienen fases sucesivas. Los gobiernos monárquicos, aristocráticos, constitucionales, republicanos, con la expresión de los diferentes grados de madurez del genio de los pueblos. La República ha atravesado la era de las proscripciones y de las dictaduras. Está decidida a no violar jamás la libertad en el interior. Está igualmente decidida a no violar jamás su principio democrático en el exterior. El sentido de estas tres palabras (Libertad, Igualdad y Fraternidad) aplicadas a nuestras relaciones exteriores es: emancipación de Francia de las cadenas que pesan sobre su principio y su dignidad, recuperación del rango que debe ocupar entre las naciones europeas, en fin, declaración de alianza y amistad con todos los pueblos".   Lamartine, Manifiesto a Europa. 1948
Apareció una nueva presión social, clubs y periódicos piden medidas más revolucionarias. 
Por otro lado, señala Marx,  que para la burguesía era necesario librarse de los obreros si quería llevar adelante sus objetivos. Optó por la política de enfrentar a los obreros unos contra otros, por ejemplo a los que trabajaban en las fábricas de la burguesía con lo que lo hacían en los Talleres Nacionales.
El 23 de abril (1848) se celebraron elecciones para la Asamblea Constituyente. La participación fue muy alta, el 84 % de los electores. De los comicios salió una Asamblea liberal moderada: 500 seguidores de Lamartine, 300 monárquicos y 100 socialista o de La Reforma. Fue una gran desilusión para los obreros, primer paso atrás de la revolución. Parece que fue decisivo el voto conservador de los campesinos y de los pequeños propietarios.
Los obreros veían cómo la República se alejaba de ellos. Movilizados convenientemente, en mayo, los trabajadores se introdujeron por la fuerza en la Asamblea Nacional y la declararon disuelta. Pensaban que la revolución política de febrero debía acompañarse de una revolución social. La Guardia Nacional restableció la Asamblea y arrestó a algunos diputados de izquierda.
La Asamblea, conservadora, decidió dar la batalla decisiva a  los obreros. Como primeras medidas se decretó el cierre de los clubs y la disolución de los Talleres Nacionales de París. A los trabajadores de estos Talleres se les ofreció alistarse en el ejército (especialmente a los solteros) o ir a los Talleres provinciales, de no aceptar ninguna de estas soluciones serían expulsados de París. Una medida valorada de diferente forma: "¿se trata de una política de riesgo calculado - mal calculado - o de un deseo determinado de acabar de una vez por todas con el socialismo?" (Guy Palmade). Tocqueville señaló que el movimiento revolucionario surgido en febrero solo podía ser frenado por una gran batalla lobrada en París y "lo deseable era que se aprovechase la primera oportunidad para librarla". Es decir, que la burguesía pudo jugar a provocar a las masas revolucionarias para justificar su represión.  Lo que parece claro es que la burguesía no iba a dejar la revolución en manos de los obreros.
Los obreros no podían estar mas desilusionados ¿para estos habían hecho una revolución? Podían resignarse o luchar, se decidieron por esto último. Entre el 22 y el 26 de junio ("sangrientos días"), los obreros tomaron las armas (unos 20.000 miembros de los Talleres Nacionales, trabajadores en general, algunos pequeños propietarios de talleres, etc.). No tenían un programa específico, "antes morir que recaer en la miseria".

El Ejército, al mando del general Cavaignac, tuvo más dificultades de las previstas para acabar con los obreros a pesar de que éstos no tenían una jefatura eficaz. Al fin se impuso la fuerza y la sublevación fue severamente reprimida tras tres días de combates. Cavaignac fue aclamado por la Asamblea como salvador de la República. El  balance de la represión no deja lugar a dudas de la dureza empleada por la burguesía: 1.500 muertos en las reyertas, 1.500-2.000 muertos en la represión, 8.500 heridos, 25.000 detenidos, 4.000 deportados a Argelia y 10.000 condenados a largas condenas (hay diferentes interpretaciones en cuanto a las cifras). 
La represión se completó con una serie de medidas de las que podemos destacar: se derogó la jornada de 10 horas, se restringió el derecho de Asociación, se rechazó la creación de un impuesto sobre el capital, etc. De las conquistas de febrero sólo queda la República y el sufragio universal. La "batalla de París", como denominan algunos a este levantamiento, fue una auténtica lucha de clases que estremeció a Francia y a Europa. Según Marx, la primera batalla de clases en la sociedad moderna. Realmente aún no había peligro de una revolución socialista en Europa, pero el temor a ella estaba ahí.
"La importancia de la insurrección de Junio no reside en lo que realmente fue, sino en lo que el pueblo creyó que había sido. Había nacido un poderoso mito". (Grenville)
Tras los sangrientos de junio, el panorama era muy negro para los obreros y el socialismo. Sin embargo, Marx,  en su obra "La lucha de clases en Francia de 1848 a 1850", dice que este comportamiento tan reaccionario de la burguesa hizo madurar las tensiones sociales que iban a propiciar el triunfo de la revolución social. En 1.848 "las relaciones sociales no se habían agudizado bastante para tomar una forma bien precisa de contradicciones de clase". “El proletariado de París fue obligado por la burguesía a hacer la insurrección de Junio. Ya en esto iba implícita su condena al fracaso. Ni su necesidad directa y confesada le impulsaba a querer conseguir por la fuerza el derrocamiento de la burguesía, ni tenía aún fuerzas bastantes para imponerse esta misión. El "Moniteur" hubo de hacerle saber oficialmente que habían pasado los tiempos en que la república tenía que rendir honores a sus ilusiones, y fue su derrota la que le convenció de esta verdad: que hasta el más mínimo mejoramiento de su situación es, dentro de la república burguesa, una utopía; y una utopía que se convierte en crimen tan pronto como quiere transformarse en realidad. Y sus reivindicaciones, desmesurados en cuanto a la forma, pero minúsculas e incluso todavía burguesas por su contenido, cuya satisfacción quería arrancar a la república de Febrero, cedieron el puesto a la consigna audaz y revolucionaria: ¡Derrocamiento de la burguesía! ¡Dictadura de la clase obrera! 
Al convertir su fosa en cuna de la república burguesa, el proletariado obligaba a ésta, al mismo tiempo, a manifestarse en su forma pura, como el Estado cuyo fin confesado es eternizar la dominación del capital y la esclavitud del trabajo. Viendo constantemente ante sí a su enemigo, lleno de cicatrices, irreconciliable e invencible —invencible, porque su existencia es la condición de la propia vida de la burguesía—, la dominación burguesa, libre de todas las trabas, tenía que trocarse inmediatamente en terrorismo burgués. Y una vez eliminado provisionalmente de la escena el proletariado y reconocida oficialmente la dictadura burguesa, las capas medias de la sociedad burguesa, la pequeña burguesía y la clase campesina, a medida en que su situación se hacía más insoportable y se erizaba su antagonismo con la burguesía, tenían que unirse más y más al proletariado. Lo mismo que antes encontraban en el auge de éste la causa de sus miserias, ahora tenían que encontrarla en su derrota. 
Cuando la insurrección de Junio hizo engreírse a la burguesía en todo el continente y la llevó a aliarse abiertamente con la monarquía feudal contra el pueblo, ¿quién fue la primera víctima de esta alianza? La misma burguesía continental. La derrota de Junio le impidió consolidar su dominación y hacer detenerse al pueblo, mitad satisfecho, mitad disgustado, en el escalón más bajo de la revolución burguesa” 
Marx, Op. Cit.