La fe en la producción

Publicado el 24 octubre 2011 por Hugo
Si existe una fe a la que sucumben uno tras otro los pueblos más vitales de la tierra, es la fe en la producción, el furor moderno de la multiplicación. El aumento de la producción tiene por consecuencia el que se desee más hombres. Cuanto más se produce, tanto más consumidores parecen ser necesarios. La venta en sí, si estuviera enteramente sometida a su propia ley, procuraría alcanzar a todos los hombres en cuanto compradores, es decir, a todos los hombres. En esto se asemeja, aunque solo superficialmente, a las religiones universales que buscan a todas las almas. Todos los hombres deberían llegar a una especie de igualdad ideal, es decir, ser todos compradores solventes y bien dispuestos. Pero ello no bastaría, pues una vez que todos hubieran sido alcanzados y todos hubieran comprado, la producción todavía querría aumentar.
(...) Comoquiera que se piense acerca del modo de repartir los bienes en nuestro mundo moderno, tanto los seguidores como los oponentes del socialismo están de acuerdo en el requisito previo para la solución de tal problema. Este requisito previo es la producción. En ambos bandos del ideológico conflicto que ha partido la tierra en dos mitades, hoy de parecida potencia, se estimula la producción por todos los medios. Prodúzcase para vender, o prodúzcase para repartir, el proceso de producción en sí no solo no es discutido por ninguno de los dos lados, sino venerado, y no se exagera si se afirma que, a ojos de la mayoría, hoy tiene algo de sacro.
Elias Canetti, Masa y poder, Alianza Editorial, Madrid, 1983 (1960), págs. 463-464 y pág. 187.
Relacionado:
- Tecnocracia, capitalismo y misticismo.
- La fe religiosa y la fe capitalista.