El Señor Jesús nos dice por inspiración del Espíritu Santo a través del Apóstol Pablo que la fe es una fuerza espiritual. Fe es la fuerza que surge del hombre espiritual. Es el hombre espiritual el que es capaz de responder a la Palabra de Dios y ejercitar la fe.
La fe es del corazón. La fe es una fuerza espiritual. “Porque con el corazón se cree…” ¿Ves? Mientras que ese hombre iba en el avión, invadido por una enfermedad que lo inutilizaba y que lo hubiera tenido cautivo toda la vida, él meditó en la Palabra de Dios. Él leyó sobre las promesas de Dios y las grandes declaraciones de Dios con respecto a la eterna redención que tenemos en el Señor Jesucristo. Las leyó y meditó en ellas hasta que ya no estaban solamente en su mente. Ya no era solamente su mente carnal la que meditaba sobre estas cosas, sino que su hombre espiritual comenzó a captar estas verdades. Su hombre interior empezó a alimentarse de las cosas de Dios, quien es Espíritu. Era una comunicación de Espíritu a espíritu. Cuando su espíritu comenzó a hacer suyas las verdades eternas acerca de como Dios nos habìa redimido de las enfermedades físicas, algo co- menzó a suceder en él. Cuando su espíritu oyó; “Por su llaga fuimos nosotros curados “, la fe se hizo real porque la fe es del corazón.