La Fe es un regalo

Por Lorenateconmiel

Muchas veces es difícil darnos cuenta que en situaciones difíciles nuestro último recurso es tener fe, a veces no queda de otra cuando las situaciones se salen de nuestro control, lo único que nos queda es recurrir a la fe, seas de la religión que seas, o incluso si eres no creyente, en momentos difíciles pides alguna intervención divina.

La vida esta llena de altas y bajas, nunca es una un línea recta en la que tu vida se queda estática y no pasa nada, siempre vas a encontrarte con problemas y desafíos aunque los quieras evitar y es en esos momentos en que tienes dos opciones, dejarte llevar por la crisis o buscar dentro de tí la fe que te dice que no importa lo que estés pasando, todo va a salir bien, que vas a salir adelante no importa lo que pase. Es en ese momento crítico que cuando sientes la fe verdaderamente es cuando encuentras de alguna manera paz interior en medio de la tormenta.

Te das cuentas que cuando verdaderamente crees que las cosas van a mejorar y sientes paz es cuando las cosas empiezan a cambiar y ese milagro o intervención divina que pediste se manifiesta ante tus ojos.

Te recomiendo la lectura del libro «El Poder del Ahora» de Eckhart Tolle si no lo haz encontrado todavía, en este libro el mensaje es «enfocarse en el presente», este mensaje tan simple pero muy poderoso te ayuda a llevar una vida libre de preocupaciones y stress. Cuando silencias tus pensamientos y no estas preocupado por el pasado o por el futuro, sólo por te enfocas en lo que estas viviendo en este momento, es cuando practicas la fe sin darte cuenta, tus pensamientos son los que te llevan a pensar en un futuro fatalista sin que nada haya pasado todavía y sin que puedas controlar lo que va a pasar.

A continuación de dejo 5 pasos que te van a ayudar a mantener la calma en cualquier situación y que te ayudan a practicar enfocarte en el presente.

  1. Mira a tu alrededor y presta atención a las cosas que tienes en frente tuyo y empieza a observar las formas y colores que te rodean.
  2. Enfócate en un sólo objeto y empieza a describirlo mentalmente y enfócate en cada detalle.
  3. Después de haberte enfocado en objetos externos, es momento de enfocarse en uno mismo, el mejor ejercicio es enfocarse en nuestra respiración y tratar de apagar por un momento nuestros pensamientos por unos minutos.
  4. Pregúntate que esta pasando en este momento y porque tus pensamientos te están llevando a sufrir por algo que no ha pasado todavía.
  5. Da gracias por las bendiciones que tienes a tu alrededor y no haz dado cuenta.