SinopsisLa inexplicable desaparición del gentleman Atticus Craftsman en el corazón de las tinieblas de la España profunda parece estar relacionada con las malas artes de cinco mujeres desesperadas, las empleadas de la revista Librarte, capaces de cualquier cosa con tal de conservar su trabajo.
El inspector Manchego será el encargado de desenredar una trama en la que la comedia romántica se mezcla con el drama más tierno, la intriga policiaca desemboca en el mayor hallazgo literario de todos los tiempos, lo difícil se vuelve fácil y los problemas se ahogan en un mar de lágrimas... de risa. Todo esto para terminar descubriendo, qué cosas, que el amor lo explica todo.
AutorMamen Sánchez es licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense y ha realizado cursos de doctorado en Historia y Literatura, además de cursos de Literatura y Civilización Francesa en la Sorbona y de Literatura Inglesa en las universidades de Londres y Oxford. Es subdirectora de la revista ¡Hola! y directora de ¡Hola! México.Ha escrito Agua para el limonero, Juego de damas y La felicidad es un té contigo.
ArgumentoAl enterarse que su revista Librarte no funciona, Mr. Craftsman decide envíar a su hijo Atticus a España para despedir a las empleadas y cerrar la publicación.Cuando pasan tres meses y no tiene noticias de su hijo, decide venir personalmente a España y denunciar la desaparición.¿Dónde está Atticus Craftsman?. ¿Te atreves a conocer a cinco mujeres unidas para defender su trabajo con uñas y dientes y que son capaces de inventarse lo más inverosímil que te puedas imaginar para que su oficina siga abierta?.
- Mr. Craftsman viene de Londres para denunciar la desaparición de su hijo Atticus Craftsman. Puesto que la última residencia conocida del joven señor Craftsman se encuentra en el número 5 de la calle del Alamillo, hemos sido advertidos por Scotland Yard de la conveniencia de abrir diligencias aquí, en su comisaría, por ser la más cercana a su domicilio.
- Lo que tuvo lugar aquella mañana de domingo a las once y cuarto en punto en la oficina de Librarteno fue una reunión entre cinco mujeres civilizadas, sino más bien un aquelarre entre cinco brujas despiadadas que recurrieron a las malas artes y a la magia negra para esquivar la desgracia que se les venía encima. Fueron llegando a cuentagotas, en el orden habitual: Berta, Soleá, María, Asunción y Gaby. Todas aterradas, intentando disimular con aspavientos exagerados la realidad de su angustia. Ellas, que a diario se saludaban con un escueto buenos días, aquel domingo se abrazaron y besaron, como si aquello fuera la fiesta de las antiguas alumnas del colegio e hiciera veinticinco años que se hubieran visto por última vez. Luego desayunaron juntas el café de Berta y los bollos de Asunción, y charlaron de niños, libros y estrenos de teatro para dilatar el buen rato hasta el fatal momento en que hubiera que enfrentarse a la verdad.
- El interrogatorio a las mujeres que formaban parte de la redacción de la revista Librarte había resultado infructuoso. Todas ellas habían corroborado la versión de la jefa. También hacía tres meses que no sabían nada de Atticus Craftsman, circunstancia esta que, si bien las había extrañado un poco, había resultado ser un auténtico alivio para ellas, ya que, aparentemente, el hijo del propietario de la empresa había viajado a España con la intención de cerrar la revista.
Opinión personalCuando las administradoras de los blogs Mimar de letras y O Meu Cartafol organizaron la lectura conjunta de este libro, no me lo pensé dos veces y me apunté a ella. El libro tenía una pinta estupenda, aunque a mí frases como Esta novela puede afectar seriamente su percepción pesimista de la realidad. Provoca carcajadas y ganas de más. Sus personajes son como los hijos: cuanto más tropiezan, más se les quiere. Cuidado con sus corazones: les pueden entrar ganas irrefrenables me ponen los pelos como escarpias, igual que cuando anuncian alguno como el "libro del año" o algo similar.
Y hoy es el día que me toca publicar mi entrada, y aquí os traigo mis impresiones sobre La felicidad es un té contigo.
La portada es deliciosa y aunque no me gusta el té (ni ninguna infusión), es todo un acierto la tetera en el alfeizar de la ventana.
Ambientada en Madrid, en el Sacromonte y en Inglaterra, durante el año 2.012, la novela está estructurada en capítulos cortos.
Escrita en tercera persona, desde el punto de vista de varios de los protagonistas, que se van alternando en cada capítulo, con un orden cronológico discontinuo lleno de saltos temporales, el estilo es directo, ameno y fresco, con unos diálogos hilarantes y unas situaciones auténticamente surrealistas.
La trama está bien hilvanada y tiene un ritmo muy dinámico, gracias a las dos intrigas subyacentes a lo largo de toda la obra.
Los personajes bien dibujados, un grupo de personas de lo más variopinto, alocados y extravagantes, en algunos casos rozando el absurdo, destacando, sobre todo, el contraste entre la flema inglesa y la picaresca española. Mejor trabajados los femeninos que los masculinos, sobresaliendo por encima de todos la abuela de Soleá, aunque Berta, María, Asunción, Gaby y Soléa también me han gustado mucho.
Por otro lado, me ha encantado el homenaje que hace el autor a algunos genios de la literatura poniendo el nombre de los protagonistas de sus obras maestras a los personajes que aquí aparecen: Atticus, de Matar a un ruiseñor, de Harper Lee; el inspector Manchego, en homenaje a El Quijote o el Marlow de Chandler; también las menciones a Lorca y a Tolkien.
Los espacios y ambientes muy bien esbozados, destacando entre todos ellos la vida en el Sacromonte y entre los gitanos, sin olvidarnos de como coloca sobre el tapete la situación de crisis que atraviesa el país, poniéndonos de ejemplo la del periodismo.
El desenlace me ha gustado, sin complicaciones, un libro con final feliz, porque esta novela está escrita simplemente para hacernos pasar un rato entretenido y divertido, nada más (y nada menos, que ya es bastante).
Valoración: 8
Leído el 12 de Abril de 2.013
Montse Martín
Nota: como no se puede ser más torpe que yo, el día que preparaba la reseña en lugar de a guardar le dí a publicar y la lié parda. Desde aquí mil perdones a Cris y a Cartafol por la metedura de pata. Lo siento muchísimo, de verdad.
Por eso hay comentarios anteriores a la fecha de publicación definitiva.