S/C
Estadísticas:
Crítica: 4,254 Público: 5,103 España: S/C Rugoleor: S/C
Espectadores: 6.275 Recaudación: 33.661,74 € Visitas: 0 Popularidad: 0,00%
Ficha:
Título original: Zorion perfektua
Director: Jabi Elortegi
Guionistas: Anjel Lertxundi, Pedro Fuentes, Oliver Elder, Jabi Elortegi
Intérpretes: Anne Igartiburu, Aia Kruse, Alberto Berzal, Elena Irureta, Félix Arkarazo, Zorion Eguileor, Amaia Lizarralde
Productores: Unai Martínez Barranco, Itziar Zeberio
Fotografía: Gonzalo F. Berridi
Música: Ángel Illarramendi
Montaje: Julia Juaniz
Nacionalidad: España
Año: 2.009
Duración: 95 minutos
Edad: 13 años
Género: Drama
Distribuidora: Barton Films, S. L.
Estreno: 02-10-2.009
WEB Oficial: http://www.zorionperfektua.com/
Sinopsis:
Ainhoa, una mujer de unos treinta y cinco años, conmocionada por una noticia que acaba de leer en el periódico, es atropellada en una calle céntrica de Barcelona. Tras salir del estado de coma provocado por el accidente y cuando parecía que todo iba a confluir en un feliz desenlace, comprueba que una de sus manos está gravemente dañada, lo que frustraría aquello por lo que ha luchado en su vida: el éxito en su carrera pianística. Tras diversos naufragios sentimentales, unos pocos meses antes del accidente, Ainhoa conoció a Imanol, un joven guarda jurado que, a pesar de su extracción social, parecía colmar su vacío existencial. En paralelo a la historia profesional y sentimental de Ainhoa, la vemos veinte años más joven: es una adolescente que alterna sus estudios en el instituto con clases particulares de piano. Una tarde, Ainhoa toma la dirección de casa cuando, de pronto, es testigo de un atentado de ETA, que la dejara marcada de por vida.
Comentario:
Dirigida por el también catódico Jabi Elortegi, Anne Igartiburu (“¡Mira quien baila!”) aparca de nuevo momentáneamente su imparable carrera en la pequeña pantalla, para atreverse con un film en el que aparece como una pianista traumatizada por un brutal atentado de ETA que presenció cuando era niña. Se trata de una adaptación de la novela de Anjel Lertxundi que, según parece, emocionó a su autor porque respeta el espíritu del original.
Crítica:
06.10.2009 – JOSU EGUREN
La pianista
Es gratificante certificar el estreno de una película rodada en euskara, aunque luego sepamos que en el resto de la península van a airearla en versión doblada y sin subtítulos; interesante seguir las evoluciones de un grupo de actores que suelen aparecer desenfocados en las ficciones televisivas; y reseñable el hecho de que el cine vasco se anime a tratar el tema del terrorismo. El problema surge cuando Jabi Elortegi trata de romper la linealidad de la novela homónima de Anjel Lertxundi, fragmentando el relato en tres ejes temporales distintos. El primero nos presenta a Ainhoa Zulaika, concertista de piano afincada en Barcelona que ve cómo su vida personal se consume. En el segundo conocemos los años de juventud de este mismo personaje en un pueblo costero azotado por el terrorismo. Y en el tercero asistimos a la relación amorosa de Ainhoa con un misterioso joven que la espía.
Elortegi apuesta por entrecruzar los tres tiempos provocando en el espectador una sensación de confusión aparente que pronto se difumina. Una vez adaptados a esta pequeña trampa, y descubiertas otras más censurables por antiéticas, bajo los pies de “La felicidad perfecta” se abre un enorme vacío. Traspasado el ecuador del metraje es difícil adivinar hacia donde se dirige el personaje de Ainhoa, aunque quizá sea peor descubrirlo. A “La felicidad perfecta” le faltan profundidad y brío, y más mano izquierda a la hora de pulir unos personajes en los que se echa en falta una sólida correa de trasmisión que una el alma atormentada con el gesto patético y compungido.
Los más críticos tendrán que desafilar los cuchillos, ya que Anne Igartiburu no lo hace peor que cualquier actriz desconocida, aunque esta mejor Aia Krause (Goenaga), interpretando a una víctima colateral del terrorismo. Todas mis simpatías hacia Félix Arkarazo, por la estoicidad con la que aguanta una caracterización muy pobre hecha a base de un pelucón repeinado y un bigote postizo; y ánimos para que otros se atrevan a tratar este tema sin recurrir a la fuente inagotable de los tópicos.