Año tras año, desde que Absencito cumplió los 4 (más o menos), que el niño no se pierde la cita anual de la Feria Playmobil. Algo que a los lectores de este blog (y del de mi hijo) no les va a extrañar, dado que conocen a la perfección que Marc es un chico Playmobil. Lo que ocurre es que hasta ahora era su padre (Absence) quién lo llevaba a tal evento.
Esta vez la feria ha coincidido con un bolo de “Trash entre amigos” en la Coruña y, por tanto, en sustitución del padre me ha tocado a mí ir con los niños (Marc8 años y Anna 4). Pero no me importa porque yo disfruto tanto como ellos (o incluso más) viendo tan grandes dioramas.
La afición de Marc a estos muñequitos supongo que viene de herencia familiar, ya que su padre, a su misma edad, montaba 1.000 batallas en el salón de su casa con el barco pirata y sus clicks. Absenceconservó el barco y algunos de los muñecos,entre ellos Carquinyoli. Lástima que su compañero Chiwawa murió en acto de servicio, sacrificándose para salvar a su ejército de soldados, y Marc no lo pudo heredar. Lo que queda de ese viejo ejército ahora es propiedad del chaval.
Parte del ejército heredado, con Carquinyoli el primero por la derecha
Volviendo al presente, la XI FeriaNacional de coleccionistas de Playmobil (organizada por Aesclick www.aesclick.com) estaba prevista para los días 16 y 17 de febrero en “Les Cotxeres de Sants” y,aunque nosotros pensábamosir sólo el sábado por la mañana, repetimos al día siguiente. Acudimos al paraíso Playmobil cargados con la cámara de fotos y el poco dinero que me quedaba por gastar.Tan sólo entrar en el recinto mis ojos se clavaron en este montaje sobre el Londres victoriano, obra de Jenn (Gran Canaria) y Danao (Madrid). Parecía que me estuviera esperando, justo ahora que tengo tan reciente en mi memoria “From Hell” y sus descripciones de los bajos fondos del barrio de Whitechapel.
Mientras yo miraba embobada (y fotografiaba) este burdel londinense, Absencito se acercó a ver el diorama del antiguo Egipto. Luego, lo abandonó a toda prisa porque había dado con algo mucho mejor, según su opinión, y me empezó a llamar a grito pelado: -“Mamaaaaaaaa! Veeeeeeeen!”-. Había encontrado una recreación de una parte de la guerra civil Americana (obra de Albert, Jan y Marleen, de Barcelona). Enorme y espectacular. Nos detuvimos un buen rato a mirarlo porque Marc últimamente atraviesa una fase de gran amor por este periodo de la historia de Norteamérica.
Tras tanta historia de siglos pasados me encontré en medio de una manifestación Playmobil. La cosa está tan chunga en España que hasta los Playmobil se manifiestan. Al verlo, no me pude estar de fotografiarla y tuitearla allí mismo. La foto, en poco tiempo, dio vueltas por la red y aún hoy, tres días después, sigue con vida retuiteándose por ahí.
Sus dioramistas, Ana Trail de St Just Desvern y Masu de Esplugues de Llobregat han hecho un gran trabajo con tanto click, pancartas en alto, gritando “no hay pan para tanto chorizo” y “soy pobre pero click”.
Mientras contemplaba tanto click revuelto y la policía amenazando Absencita entró en acción. Vio el“País de las Hadas” y me empezó a llamar: - “Mamaaaaaaaa! Comprameloooooo! Quiero hadaaaaas!” - A mí que las hadas ni fu ni fa… Me la llevé a ver los dinosaurios, la reproducción del Coloso de Rodas y a William Wallace luchando con su ejército de highlanders contra los ingleses opresores…. Mucho mejor para terminar.