Comida grasienta, clásico ferial
Imaginad una época en la que no existía internet, ni móviles (los más afortunados tenían un NOKIA 3310 con la serpiente), y que para contactar con tus colegas tenías que llamarles al teléfono de su casa (para mí ésto era horrible, por cierto, porque siempre me contestaba alguien y yo decía: Está Pepe? Y pasaba vergüenza, yo. Lo peor es cuando la voz me decía: Soy yo, y ambos nos quedábamos como: .__. y yo pensaba: Alicia, eres subnormal profunda. Yo siempre preguntaba, no vaya a ser que quedase mal). Bueno, pues eso fue 1996.
En tiempos más ancestrales nuestra máxima diversión era(bueno, tampoco es que te importase ahora). Hay anécdotas oscuras sobre las ferias, una de las que más me impactó fue que una niña de mi colegio se subió a una atracción, la atracción se mató y se cayó al metro (literalmente, la atracción se cayó al túnel del metro), el caso es que la niña solamente se rompió un brazo (hay que ser optimistas, esta niña podría haber muerto: Pero no, solamente se rompió un brazo). Creo haberme montado a casi todas las atracciones de las ferias durante mi infancia noventera, y es que a decir verdad, el verano era largo y aburrido y no tenías nada mejor que hacer que subirte a los toros, por ejemplo. Una vez me subí a un toro, una niña se cayó entre toro y toro y la pisoteamos entre todos los niños malignos, y nos hacía toda la gracia, y nadie paró la atracción para sacar a aquella pobre criatura: Así éramos en 1996.
La feria de mi barrio no era demasiado enorme, pero ponían el Sueño contigo de Camela en los autos de choque. La feria de Xàtiva sí lo petaba, era enorme y vendían pulseras hechas con hilos de colores en las que bordaban TU PUTO NOMBRE!!!! Molaba mucho porque si no tenían la de tu nombre te la bordaban ahí AL MOMENTO, los primeros DIY, eh? Yo tenía varias y volvía después del verano a mi clase con la pulsera de hilos con mi nombre, toda guay, yo.
Este fin de semana he comprobado que por años que pasen, la feria no cambia. Siguen estando esas paradas donde te bordan tu nombre al instante si no la tienen hecha, los algodones de azúcar enormes, la churrería Pepi, la tómbola, pescar patitos y comprobar debajo si tienen premio (es que es muy fácil pescar los patitos, PERO, tiene que tener premio, si no: NO sirve).
No importan los años que pasen: La feria es la feria, y mi cultura ferial es muy rica (??). Esta tarde dos amigas y yo nos hemos subido al saltamontes y lo hemos gozado muy fuerte, y ayer nos compramos algodón de azúcar. La feria es atemporal, y mola un montón irte a cenar a la feria y encontrarte por el suelo vasos con restos de “mojito” de 2€. La feria siempre será la feria. Hay algo que me tranquiliza: Por décadas que pasen, la feria siempre será por derecho, propiedad del año 96, y diré más: Cuando entras a la feria entras en el umbral de noventerismo puro. Suenan hits como El tiburón, la bomba, o la gasolina (pinchad a los links, no me seáis perros), de hecho, también hemos escuchado a Xuxa (que ésto es no sé, finales de los 80), y hoy incluso el what is love (ésto SÍ es un HIT INMENSO). No sé, que tú te vas a la feria y te emocionas porque revives tu infancia, cuando el mundo era un lugar mejor, luego lees que cada atracción cuesta 3€ y sientes una gran nostalgia por la peseta. La peseta, gran dinero, mejor moneda. Viva la feria, cristo.
Las fotos de la feria que salen en esta entrada las he hecho YO éste fin de semana, nada de google, todo mío.