Ahora que cada vez más mujeres sobreviven al cáncer de mama, y al mismo tiempo se retrasa la edad de la maternidad, es importante tener en cuenta las necesidades y deseos de estas mujeres respecto a su futura fertilidad a la hora de decidir un tratamiento, se explicará hoy (miércoles) en la VIIª Conferencia Europea sobre Cáncer de Mama (EBCC7). La Dra. Anne Armstrong, del Departamento de Oncología Médica de la Christie NHS Foundation Trust, Manchester, Reino Unido, explicará que aunque la supervivencia sigue siendo la máxima prioridad para la mayoría de las mujeres, a muchas de ellas les preocupa también poder tomar decisiones relativas a su fertilidad y a la posibilidad del embarazo.
El uso de la quimioterapia y tratamientos hormonales en mujeres jóvenes puede tener implicaciones importantes en su fertilidad. Estos tratamientos pueden detener la producción de óvulos en los ovarios, a veces temporalmente, pero también de forma permanente, induciendo con ello una menopausia precoz. Las opciones que permiten preservar la fertilidad son la congelación de óvulos o embriones, y también la congelación de tejido ovárico para su ulterior trasplante, aunque esta última es una técnica nueva y poco utilizada hasta ahora.
A consecuencia del incremento de las tasas de supervivencia del cáncer de mama y de la tendencia a retrasar la maternidad, el número de mujeres sin hijos confrontadas a dilemas de fertilidad aumenta. La Dra. Armstrong y su equipo decidieron investigar las respuestas de las mujeres cuando se les decía que los tratamientos afectarían a su fertilidad, así como sus actitudes ante las opciones de fertilidad.
Veinticuatro mujeres que tenían menos de 40 años cuando se les diagnosticó un cáncer de mama en fase temprana participaron en tres grupos focalizados. Siete de ellas habían acudido a consultas de fertilidad especializadas. Los investigadores comprobaron que éste era un tema importante para muchas de ellas. “A muchas les preocupaban las implicaciones de preservar la fertilidad para su supervivencia al cáncer de mama, los cambios de tratamiento para mejorar la fertilidad, y también el embarazo después del cáncer," dice la Dra. Armstrong. "También les preocupaba que la extracción de óvulos pudiera conllevar riesgos para su supervivencia. Descubrimos que muchas de ellas recibían información contradictoria de los diversos profesionales de la salud, lo cual aumentaba su ansiedad y confusión."
El reducido número de mujeres que había acudido a las consultas de fertilidad especializadas estaba mejor informado sobre sus opciones y sobre los riesgos potenciales del tratamiento de preservación de la fertilidad, y resultó ser una experiencia positiva para ayudarlas a afrontar mejor estos temas, dicen los investigadores. Éstos piensan emprender un estudio más amplio tanto de las pacientes como de los profesionales de la salud que se basará en un cuestionario que investigue dichos temas más a fondo.
"Esperamos que esto nos permita comprender mejor las necesidades de las pacientes y desarrollar servicios que las satisfagan eficazmente," dice la Dra. Armstrong. "Ahora que los tratamientos del cáncer de mama están mejorando y que permiten que un mayor número de mujeres lleven vidas normales, también tenemos que ayudarlas a asumir el control de su fertilidad en la medida de lo posible, e informarlas sobre las posibilidades de tener hijos si así lo desean."