La fiesta con el toro

Publicado el 28 octubre 2011 por Monpalentina @FFroi


El hombre, como ser inteligente y supremo, ha decidido que el destino del toro es demostrar su bravura para que los toreros muestren su destreza y valor, eso que han dado en llamar arte.
En los últimos años, el toro bravo ha pagado con creces toda la irracionalidad del ser humano. El hombre tiene derecho a protegerse del maltrato y tiene derecho a divertirse maltratando a otros seres con un sentido de la fiesta trasnochado y ambiguo. ¡Y cómo se contagia! ¡Y de qué modo se extiende por regiones y pueblos o renace en otros donde ya se daba por perdida eso que defienden como tradición, tal vez para alentar su permanencia.
Ahora más que nunca, para darle sentido a la fiesta del pueblo, hay que traer un toro bravo, lo más bravo posible, a ver a quién le empitona, porque para más inri, lo que disimuladamente buscan los que miran y aplauden, amén del desahogo que aconsejan los fisioterapeutas, es que el animal le meta el asta por la carne a algún vecino, sin detenerse a meditar que mañana puede ser él la víctima.
¿Quién tiene que parar estas costumbres bárbaras? No sé si es hora de terminar con la fiesta nacional, pero sí urge poner fin al toro enmaromado, al toro de la Vega, al toro ensogado, al toro júbilo, al toro de fuego, a todos esos toros que se prodigan y bendicen en los pueblos de España.
Que la fiesta no es un toro al extremo de una cuerda, ni con fuego en los pitones, preguntándose, seguramente, en una inteligencia que no albergan sus captores, qué coño es lo que realmente les sugiere su estampa, qué es lo que esperan de él. ¿Será para demostrar ante su bravura la valentía que esconden ante sus semejantes?
Artículo publicado hoy por el autor de este blog en su sección "La Madeja", de Diario Palentino
Lo que va quedando
  • El toro de la Vega
Tradición del siglo XVI.
Se celebra el segundo martes de septiembre en la localidad vallisoletana de Tordesillas. El toro es perseguido en la vega del río Duero por lanceros a caballo que tienen que matarlo. Hasta hace unos años, el que lograba derribar al animal tenía derecho a cortarle los testículos, un final de fiesta que se ha eliminado.
  • El toro júbilo
Tradición del siglo XVI.
Se celebra en noviembre en las calles de Medinaceli, en Soria. El toro es atado por los cuernos para inmovilizarlo y encajarle así en la cabeza unos artilugios metálicos con grandes bolas de material inflamable. Esta tradición es conocida en otros lugares como "Toro de Fuego", sobre todo, muy populares en Valencia, donde más de 140 municipios los incluyen en sus festejos. En ellos se sacrifican unos 1.200 astados cada año.
  • Toros enmaromados
También conocidos como toros ensogados. Las reses son sujetadas por la cabeza para atarles los cuernos. Luego son arrastrados por las calles. Las sogas producen grandes traumatismos en la cepa del cuerno y profundos desgarros en los músculos del cuello. Estos festejos son típicos en media España: Aragón, Navarra, La Rioja, Andalucía, Valencia y, sobre todo, en Castilla y León. El más famoso es el de Benavente, en Zamora, entre el 9 y el 14 de junio.
  • Toro de San Juan
Tradición que data del siglo XVI. Declarada bien de interés turístico. Se celebra entre el 23 y el 28 de junio en Coria (Cáceres). El toro es soltado por el recinto amurallado de la ciudad y, como si fuese una diana, se le lanzan soplillos (gruesos alfileres) que se clavan en su piel. Después se le dispara un tiro.
Fuente consultada para "Lo Que va quedando":
20 minutos
Imagen: El Periódico del Prat
Para saber más, ver nuestra entrada en Curiosón:
Maltrato animal