La fiesta de despedida

Publicado el 26 septiembre 2013 por Laesfera


Abierta Convocatoria literaria 

“¿Vacaciones?, si yo te contara...

“¡Qué bien se está aquí! que alegría tiene todo el mundo, todos se quieren y son felices. No es para menos ¡han llegado las vacaciones¡ Mañana es uno de agosto y la empresa cierra. Cuantas risas: unas estridentes, otras melancólicas. Parece mentira como se transforma la gente frente a un vaso de vino o de whisky o de ginebra; los mojitos, los chupitos o como quieran que se llamen.
Ahí viene mi jefe, ahora me va a oír.
¿Que tal don Arturo, como usted por aquí? le ha dejado salir esta noche la fiera de su señora, porque hay que ver como le tiene agarrado por los huevos, seguro que no le deja ni respirar, cogidito, cogidito le tiene. Y luego usted para resarcirse la paga con nosotros, los pobres pringaos que estamos a su servicio, que dependemos de que le caigamos bien porque si no nos pone de patitas en la calle. Si es que no puede ser, teniendo la sartén por el mango o el rábano por la hojas o siendo dueño de esta empresa se permite hacer con nosotros lo que usted sufre en casa por culpa de su mujer, que digo yo que ¿porqué no se separa? No me diga nada, ya lo sé, porque ella es el ama de los cuartos, la dueña de la

empresa y usted tiene que aguantar porque si no se vería en la calle como todos nosotros. Y ¿en la cama qué, le deja tocarla un pelo o se tiene que arrodillar para que le deje dormir en la cama matrimonial por si cae algo algún día, o siempre le manda al sofá con el perro y los gatos? ja, ja
Hay que ver, su vida no es mucho mejor que la nuestra, solo que a la inversa, nosotros en el trabajo sumisos y luego en casa dictadores y usted sumiso en su casa e hijo de puta en el trabajo.
¿Qué dice don Arturo que no le oigo con todo este jaleo? hable mas fuerte, que usted sabe y puede…!don Arturo, don Arturo¡”.
-¡Oiga, cálmese, cálmese, está usted en urgencias!
-¿Y eso porqué?
-Ha tenido un coma etílico, le trajo un señor que nos dijo que era su ex jefe.
-¿Mi ex jefe? ¡Dios mío que la he cagado, maldito alcohol! pero no hay que ponerse en lo peor. A la vuelta de vacaciones lo arreglo todo; él también estaba medio borracho, seguro que ya no se acuerda de nada. ¡Lo que me faltaba!

Texto: María Fuencisla López López