La fiesta mayor del running se celebra en Barcelona
Correr una Maratón es algo especial. Si has corrido alguna a buen seguro que recuerdas mil detalles de cada una de tus participaciones. Aquel cordón que se rompió en el momento más inoportuno, como tiró de ti aquel corredor francés del que por supuesto no sabes ni su nombre, uniformado con la camiseta del Olympique de Marsella, cuando en el kilómetro 35 de tu segunda maratón apareció el hombre del mazo con una inusitada violencia o como lloras como un niño cada vez que cruzas la meta de Filípedes.
A medida que se acerca la Zurich Marató de Barcelona el cosquilleo en mi estómago se hace cada vez más presente, esos días previos donde la maratón no está, no se ve pero se siente. Es mi maratón, la que más veces he corrido, la maratón de casa, la maratón que puedo compartir con más gente, es mi carrera. Es mi carrera y me gustan muchas cosas de ella como por ejemplo que solo sea una maratón, es decir, que ese día, nuestro día, no se comparta carrera con otras distancias. Una moda respetable pero que no es de mi agrado, una maratón es tan especial que no se debe compartir, llamadme egoísta.
Se acerca el fin de semana y me encanta acercarme al pabellón número 8 de la Fira de Barcelona por la Expo Sports (agarrando bien fuerte la tarjeta de crédito) y visitar las diferentes marcas allí expuestas, todo un espectáculo para los corredores. Desde que Zurich Seguros organiza la prueba su stand es de visita obligada y este año no va a ser diferente con algunas de las sorpresas que nos han preparado:
- Photocall donde te podrás hacer una foto con el recorrido de la maratón y llevártela impresa si la compartes en Instagram con el hastag #ZurichRunner
- Un fotomatón para compartir con la familia y amigos.
- Revisar tu pisada con el servicio de Podoactiva.
- Comentar dudas e intercambiar impresiones con el equipo del fisioterapeuta David Serra.
- Informárte sobre las soluciones de Zurich para corredores como el Zurich Runner
Ya el sábado y para despejar los nervios siempre que puedo participo en la Breakfast Run, cuatro kilómetros para estirar las piernas para compartir un desayuno con amigos corredores mientras nos contamos las batallitas previas a la carrera.
En definitiva en cuanto la línea azul comienza a recorrer las calles de Barcelona la ciudad ya respira maratón y ¡me encanta!
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