A las dos de la tarde, ciudadanos norteamericanos se concentraron frente a la embajada de los EE.UU. en Tegucigalpa, para exigir que su gobierno no legitime estas elecciones, denunciando las violaciones a los derechos humanos que se están sucediendo al tiempo que transcurren los comicios. “Obama, atention, say no to this election” y “Si hay represión, no hay elección” eran las consignas que se alternaban con las declaraciones a los más de treinta periodistas internacionales que se arremolinaron frente a la fortaleza que alberga a la embajada, mientras una cantidad similar de soldados y policías rodeaban la improvisada conferencia de prensa y el helicóptero volvía a observar desde las alturas lo que acontecía. A pesar de la presencia de los medios, la embajada no recibió a la delegación de ciudadanos norteamericanos.
Mientras falta sólo una hora para el cierre de los comicios, los políticos golpistas, funcionarios del régimen y periodistas de los grupos mediáticos hondureños afines a la dictadura de Micheletti, muestran sus dedos pintados de negro ante las cámaras, al tiempo que siguen alentando a la gente a votar en lo que, sólo ellos, consideran una “fiesta cívica”.