La Flor De Iris: El Origen y su Historia La flor de iris es originaria del Extremo Oriente, siendo Italia y Marruecos sus principales productores. Es una planta con rizomas o bulbos de la familia de las Iridáceas, de flores grandes y olorosas.
Esta planta se encuentra presente en los cultivos desde el año 3,500 A.C., siendo considerada una flor sagrada en el Egipto faraónico. Debido a su vistosidad, en el siglo IX, se convierte en un emblema para el Imperio Romano Germánico, en homenaje a Luis el Piadoso, bajo el nombre de “Fleur de Louys” que luego se convirtió en Flor de Lis. El uso del Iris en los perfumes empieza en el siglo XVI, cuando Catarina de Medicis impuso la moda del uso del perfume en París.
El cultivo de Iris es uno de los más tradicionales de la zona del mediterráneo. La planta crece en suelos pedregosos, lo que impide la mecanización de la producción que se realiza a mano. Además su proceso de extracción es artesanal, lo que lo hace largo pero al mismo tiempo refinado.
Absoluto de Iris: La Elaboración de una Joya El absoluto de iris se obtiene de los rizomas secos (tallos subterráneos) de las flores: lirios, Iris germánica e Iris florentina, las cuales se cultivan en Italia. Estos rizomas se extraen al final del verano y luego, liberados de las raíces, se secan durante un período de tiempo, que puede llegar a cinco años o más y luego se muelen, se disuelven en agua y se destilan.
A una tonelada de rizomas de lirio se le eliminan los compuestos grasos, con cual se obtiene tan solo dos kilos de aceite esencial o Absoluto de Iris, como se denomina comúnmente. El destilado es de color amarillo o marrón y se solidifica a temperaturas menores a 40°C.
En la actualidad esta esencia, se usa en la fabricación de los perfumes de las casas más exclusivas y prestigiosas del mundo.