La foto de Chávez y los “errores” de un medio

Publicado el 30 enero 2013 por Fabianscabuzzo @fabianscabuzzo

(Por Carlos Salas) El director de El País apostó la semana pasada por la veracidad de una foto de Chávez entubado. Perdió la apuesta. Muchos periodistas se han sorprendido del error ‘del periódico más poderoso de España’. Y muchos lectores se han preguntado: ¿por qué no comprobó la fiabilidad de su noticia?

Hay que entender qué pasa por la cabeza de un periodista cuando cree tener ‘la exclusiva mundial’. Primero, las dudas nos asaltan hasta el último segundo.¿Es fiable nuestra fuente? Los minutos corren. No sabemos si otro medio nos va a reventar la exclusiva y nos va a dejar en ridículo. Si somos demasiado cautos, podemos quedar como auténticos pendejos.

Al final, tienes que decidir si te ‘tiras a la piscina’ o no. Casi es una cuestión de fe. Y de prisa. Las rotativas no esperan eternamente. Así es el papel.

Solo aquellos que hayan vivido esa amarga responsabilidad saben de lo que estoy hablando. Estás atenazado por el pánico y por la excitación. Si aciertas, el goce es cósmico. Si fallas, debes tener temple para permanecer en pie y humillado.

El País se habría evitado este mal trago si hubiera comprobado la información como lo haría un buen profesional. Eso decimos todos ahora. Claro, ya sabemos el final. “Fallaron los controles... Confundieron sus deseos con la realidad… Se arriegaron demasiado”.

Ah, qué ilusos fueron, decimos ahora. Con lo fácil que es hacer periodismo serio usando ‘fuentes de toda confianza’. ¿Seguro?

¿Qué habría pasado si la foto de Chávez hubiera sido auténtica y El País no la hubiera ofrecido?
  • Cómo engañar al medio más influyente de universo

The New York Times publicó en 2003 que Sadam Husein escondía armas de destrucción masiva. Nucleares, químicas y bacteriológicas. Armas NBQ. Su fuente era muy fiable. Declaraciones de militares y químicos exiliados. Informes confidenciales del ejército de EEUU . Papeles de los servicios secretos. Fotos, nada menos. Para disipar las dudas, el secretario de Defensa Colin Powell salió en público con un frasquito lleno de polvos blancos mortíferos diciendo: “Esto es antrax: es mortífero y lo esconde Sadam”. El planeta se aterrorizó.

Pero era mentira. Jamás se encontraron esas armas biológicas ni químicas. La periodista que publicó todo eso convive hoy con sus heridas (morales) de guerra.Engañó al planeta. El director de The New York Times la creyó en ella y en el gobierno de los EEUU.

Por culpa de ese estado de opinión creado por The New York Times,  un montón de países capitaneados por Estados Unidos fueron a la guerra contra Irak, invadieron el país, causaron una mortandad gigantesca y aniquilaron a SadamTenían el respaldo de una opinión pública engañada. Repito: fueron a la guerra confiando en  ‘una información contrastada’. Era una gran exclusiva.

The New York Times engañó al planeta con las falsas armas de destrucción masiva de Irak.

Así es esta profesión en sus momentos más duros. Unas veces apuestas sin muchas pruebas, y ganas. Otras veces aportas todos los documentos, y pierdes.Entonces, debes pedir perdón sabiendo que nadie te borrará las heridas de guerra.

Pero algo tengo por cierto.

Los que no se arriesgan, nunca van a sufrir. Dormirán bien. Pero como dice el editor de The New York Times, para tener éxito tienes que tomar riesgos.


Publicado por lainformación.com
Título original: ¿¨Porqué se equivocan los medios?