Aún recuerdo con emoción el día que tomé mi primera foto cuando era niña, tener en las manos un artículo de "adulto", un bien inalcanzable en aquella época. Recuerdo también las instrucciones de mi padre "no gastes el carrete", "trata de que salgamos completos, con cabeza ¿eh?"; una foto desperdiciada era imperdonable en el tiempo en el cual la fotografía era una actividad costosa y reservada para aquellos momentos súper especiales.
Hoy en día con los avances de la tecnología y la aparición de las cámaras digitales los niños pueden acercarse a la fotografía. A través de ella pueden expresarse y construir su mundo a su manera. Gracias a la era digital la fotografía es más divertida y más fácil de aprender. En el mercado existen cámaras digitales resistentes especialmente diseñadas para los más pequeños. La fotografía ofrece una gama de experiencias de aprendizajes interesantes: aprenden una nueva habilidad, les permite potenciar la creatividad, proporciona experiencias innovadoras, y les da la oportunidad de expresar ideas, pensamientos y sentimientos.
A través de una foto, los niños aprenden nuevas perspectivas al observar y enfocarse detenidamente en aquello que quieren capturar. A edades tempranas el objetivo de la fotografía al igual que el dibujo es la expresión libre. Podemos enseñarles que hay diferentes puntos de vista, por ejemplo, una flor puede ser fotografiada desde arriba (ángulo cenital) o desde abajo (ángulo nadir); es decir buscar nuevas maneras de fotografiar un objeto o una persona.
A partir de los seis años se puede introducir un poco de composición como es la regla de los tercios, eso sí, no hay que ser estricto en este sentido ya que los niños rompen las reglas y esto es fantástico en sus creaciones, desbordan espontaneidad.
Cuando estaba aprendiendo fotografía leí un artículo que indicaba que el ojo humano tiende a mirar naturalmente a la parte inferior o superior, derecha o izquierda de una imagen, si observas alguna pintura famosa verás que es cierto. En composición fotográfica se le conoce como la regla de los tercios y divide una imagen en nueve partes iguales, utilizando dos líneas imaginarias paralelas y espaciadas de forma horizontal y dos más de las mismas características de forma vertical, y recomienda utilizar los puntos de intersección de estas líneas para distribuir los objetos de la escena.
Esta regla puede enseñarse a los niños haciendo un marco de cartón, dividido con hilos y mirar a través de él tratando de situar los objetos en donde se unen los hilos, y luego hacerlo imaginariamente con la cámara (hay cámaras digitales que traen una cuadrícula con esta regla). Enseñar a los niños este arte debe tener un componente lúdico, algunas de las actividades que podemos hacer son:
Escribir un cuento: tomar una foto y escribir un cuento inspirado en la fotografía, esto ayudará tanto su educación visual como el desarrollo de habilidades lingüísticas y su creatividad.
Foto-abecedario: hacer una foto de un objeto que comience con cada letra del alfabeto. Jugar al veo-veo y fotografiar el objeto "pensado".
Mixed-media art: imprimir una fotografía en blanco y negro en un folio y luego pintar con témperas sobre ella.
Estás actividades las he realizado en mi taller y te puedo asegurar que son todo un éxito entre los aprendices de fotografía. Si te ha gustado la idea te animo a salir con tu peque y la cámara y te sorprenderás de su pequeño mundo.
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