La fragilidad humana

Publicado el 12 diciembre 2010 por Dean
Caso N. 1
Hace algun tiempo mi hija se cayó con su bicicleta, y ante el dolor de su brazo la llevamos inmediatamente al centro de salud más cercano; allí le miraron el brazo y nos mandaron a casa aludiendo que era solo una contusión. Como el dolor persistía, la llevamos al Hospital a una hora de camino y allí lo primero que hicieron -lógicamente- es sacarle una radiografía, la que mostró enseguida que tenía una fractura.
Caso N. 2
Hace un par de meses, una amiga va a recoger a su madre al aeropuerto; de regreso, tienen un accidente en el coche, ambas se dirigen al hospital y allí las observan para mandarlas a su casa al poco tiempo con un diagnóstico de golpes y contusiones. Al día siguiente regresan ya que su madre tiene fuertes dolores; la causa: tres costillas fracturadas.
Caso N. 3
Una compañera sale ayer a las 4 de la tarde del trabajo y se dirige a su casa, por el camino sufre un accidente en su coche; los médicos la mandan a casa con un diagnóstico de fractura de clavícula. Al día siguiente a las 8 de la mañana llaman para avisarnos que la chica ha muerto en su casa.
Son sólo unos casos que conozco en primera persona, pero tengo conocimiento de muchos otros en los que claramente la negligencia médica ha hecho gala de su peligrosidad. Es terrible conocerlos de cerca o vivirlos, muy doloroso ver a las víctimas y a sus familias, y ni siquiera me atrevo a pensar en los millones de euros gastados en indemnizaciones porque algunos -supuestamente profesionales- no hacen bien su trabajo. En días como hoy te das cuenta de lo insignificante que eres y de lo frágiles que somos en manos de la estupidez humana.