La fuente de las mujeres (Radu Mihaileanu, 2.011)
Ficha:
Título Original: La source des femmes.
Director: Radu Mihaileanu.
Guionistas: Radu Mihaileanu, Alain-Michel Blanc.
Intérpretes: Hafsia Herzi, Leïla Bekhti, Zinedine Soualem, Sabrina Ouazani, Malek Akhmiss, Saad Tsouli, Hiam Abbass, Saleh Bakri, Mohamed Majd, Karim Leklou, Biyouna.
Productores: Radu Mihaileanu, Luc Besson, Denis Carot, Gaetan David, André Logie, Marie Masmonteil, Pierre-Ange Le Pogam.
Fotografía: Glynn Speeckaert.
Música: Armand Amar.
Montaje: Ludo Troch.
Nacionalidad: Francia, Bélgica, Italia.
Año: 2.011.
Duración: 128 minutos.
Edad: 7 años. Especialmente recomendada para la igualdad de género.
Género: Comedia, Drama.
Distribuidora: Vértigo Films, S. L.
Estreno: 23-12-2.011.
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España.
Espectadores: 80.636.
Recaudación: 492.616,35 €.
Calificación: 5,998.
Sinopsis:
En un pequeño pueblo, en algún lugar entre el norte de África y Oriente Medio, la tradición exige que las mujeres vayan a buscar el agua a la fuente que nace en lo alto de una montaña, bajo un sol ardiente. Ha sido así desde el principio de los tiempos. Pero un día Leila, una joven casada, propone al resto de mujeres una huelga de amor: nada de sexo hasta que los hombres colaboren en el traslado del agua hasta la aldea.
Comentario:
El rumano Radu Mihaileanu (“El concierto“) adapta en su nuevo film la comedia aristofánica ‘Lisístrata’, estrenada en Atenas el año 411 a. C. En la misma, las mujeres griegas iniciaban una huelga sexual para obligar a sus maridos a poner fin a la guerra entre atenienses y espartanos. La misma medida adoptan las protagonistas del film que, cansadas de tener que ir a buscar agua a una fuente ubicada en lo alto de una montaña, deciden no acostarse más con sus maridos hasta que la situación cambie. La película participó en la sección oficial de Cannes 2.011.
Crítica:
11-12-2.011 – ANTÓN MERIKAETXEBARRIA
Huelga de amor
No tiene desperdicio una película tan sincera, honrada y valiente como “La fuente de las mujeres”, dirigida con tacto por el galardonado cineasta rumano Radu Mihaileanu, autor de “El tren de la vida”. Porque en esta ocasión, la mezcla de drama y comedia, ribeteada por música y canciones pertenecientes al maravilloso folklore árabe, lleva la impronta de las películas realizadas con el cerebro y el corazón. El argumento se centra en los esfuerzos de un grupo de mujeres a la hora de transportar agua desde lo alto de una escarpada montaña hasta el pueblecito donde viven, mientras los holgazanes hombres se dedican al ‘dolce far niente’.
Sin embargo, dichas mujeres aún tienen un recurso de seguro efecto al declararse en huelga sexual, con todo lo que ello significa. Insólita cinta costumbrista, que da pie a una oportuna denuncia sobre la trágica situación de muchas féminas en el mundo árabe, sin voz ni voto, con frecuencia humilladas y ofendidas por culpa de obsoletas tradiciones religiosas y de todo tipo, con lo cual, en muchos casos, los desvergonzados hombres las esclavizan de la forma más injusta que cabe imaginar.
Las ocasionales disgresiones divertidas no rebajan un ápice el profundo tono crítico de un filme necesario, ambientado con sensibilidad y acierto, sacando partido al agreste paisaje e interpretado con la verosimilitud exigible en estos casos. Porque una luz fría de luna ilumina en el Islam a mujeres que lloran en silencio y parecen salidas de esas pinturas de Edvard Munch, que nos recuerdan que la esencia de la condición humana es un grito ahogado de horror y soledad. Mujeres honradas mirando el mundo desde las ventanas de sus hogares parecidos a nichos. Son imágenes habituales de unas mujeres que, cuando cae la noche -«cuando atardece siempre necesitamos a alguien», escribía Scott Fitzgerald- miran con melancolía desde el mirador pesimista de sus fúnebres ventanas y a las que esta señera película hace justicia.
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