La fuerza de las redes sociales le hace la vida imposible a Telecinco

Publicado el 07 noviembre 2011 por El Tridente

Cura de humildad. Esa podría ser la frase que podríamos utilizar ante lo ocurrido hace unos días entre el mundo 2.0 y la poderosa cadena de televisión de contenidos con poco gusto, Telecinco. Y es que tras la polémica desatada por el bloguero Pablo Herreros al pedir a las marcas comerciales que se publicitan en la cadena amiga que recapacitasen y pensaran dónde mostraban sus productos y frente a qué contenidos, el hecho ha desembocado en la huída de varios sponsors de Telecinco.

¿Cómo ha ocurrido esto? Pues gracias al clamor popular mostrado a través de las redes sociales y que han secundado la iniciativa de Herreros de pedir a las marcas comerciales que formaron parte del programa La Noria donde se entrevistó a la madre de ‘El Cuco’, uno de los presuntos asesinos de Marta del Castillo, que “retiraran su publicidad de dicho programa y que dejaran de apoyar contenidos tan nauseabundos”.

La petición ardió como la pólvora y en cuestión de horas fueron miles las personas indignadas que se mostraron de acuerdo con lo publicado y apoyaron la iniciativa de Herreros. El boca a boca o un término más 2.0, el retwitteo o el enlace compartido, desencadenó una reacción tal, que finalmente las marcas optaron por retirar su publicidad y pedir disculpas a los consumidores por su desconocimiento ante tal hecho.

¿Qué demuestra esto? El poder que tienen las redes sociales. Muchos aún consideran que facebook o twitter son juguetes en el mundo de las nuevas tecnologías y que sólo sirven para ver las fotos de tus amigos o ligar con desconocidos. Pero hechos como el acaecido estos días demuestran que el mundo 2.0 va mucho más allá. El entorno virtual es un mundo difícil de acallar y sobre todo fácil de escuchar.

Desde aquí he de felicitar al precursor de esta iniciativa que ante la posibilidad de mostrar su desacuerdo  ante una cadena que hace oídos sordos a tantas quejas, se dirigió a aquellos que la sostienen, los sponsors. Por lo que a partir de ahora, será cuestión de comprobar hasta qué punto aquellos que lideran las audiencias vendiendo las miserias de otros, están dispuestos a sobrevivir sin los que les permiten que así sea, las marcas publicitarias.

Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…