Morris, que ya ha desvelado que es en realidad un agente del Servicio de Inteligencia infiltrado en la prisión, informa a Graus del objetivo de su misión. Será entonces cuando el director y su equipo tratarán de parar los planes de la organización terrorista AKA para evitar un atentado de alcance mundial.
Entretanto, la alarma de fuga pone sobre aviso a Reverte, que intentará evitar a toda costa que Anna logre escapar con Daniel y que el resto de presos de la Resistencia consigan cruzar la tubería y alcanzar la embarcación. Por su parte, Jota tratará de poner en marcha la mandarina y activar las compuertas para salir de la otra plataforma.