Hace unos días lo comentaba con un ingeniero, y coincidíamos al 100%, la mala gestión política es uan lacra para la función pública y todo lo que ellos supone para la ciudadanía.
De la pérdida de la imparcialidad de las personas asignadas por el mero hecho de ser amigo y de confianza del político, de pérdida de profesionalidad ya que los puestos son ocupados por personal que no sabe ni conoce ni puede ejercer estos puestos que precisan de conocimientos profesionales y no de amistades.
Encarecimiento disparado de presupuestos por el abuso de los sueldos cuando son ocupados por los amigos. lo que incrementa falsamente la partida de la función pública, no porque se cubran las plazas de funcionarios, no porque se incrementen las plazas imprescindibles sino porque se engorda artificialmente los sueldos cuando estos son para los amigos.
Y como secuela doble o triple en sueldos, como estas personas, que cada vez las colocan en más departamentos y cada vez en niveles impensables no saben del tema del puesto siempre luego tienen que inventarse uno o varios asesores que si saben del tema para que les puedan explicar que son las cosas que debe firmar, debe tratar y debe promover como responsable, lo que incrementa en escalada abusiva lo que nunca debería ocurrir. (amen del desánimo de los profesionales que deben una y otra vez enseñar, explicar y luego intentar implicar a esos cargos políticos que no saben de que se les está hablando o lo que es peor se les puede engañar si se tiene labia o convicción ya que no saben del tema)
Bueno pues hoy leo este titular y la noticia y evidentemente tienen toda la razón.
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Es un disparate más la politización de los puestos de función pública lo que deja sin sentido muchas veces estas plazas que son y deben ser ocupadas por profesionales y no por políticos de la más variopinta procedencia.
Hace ya tiempo salían las cifras del disparate un 23 y pico % de las plazas de función pública estaban ocupadas no por profesionales que han aprobado unas oposiciones sino por políticos y asesores.
Vamos muy mal por ahí.