La alfombra verde no vio desfilar al director de “Los abrazos rotos” ni a la flamante pareja de Penélope Cruz, Javier Bardem, a la que vimos aparecer en el Palacio de Congresos compuesta y sin novio. Sin embargo ambos estaban allí. Nuestros artistas más reconocidos mundialmente formaron parte de la Ceremonia entregando Goyas a sus compañeros de profesión. El año 2009 no sólo ha sido el de la reconciliación del espectador español con su cine sino el de los propios artistas con su Academia.
También hubo grandes ausentes. Ni Rachel Weisz ni prácticamente todo el equipo de “El secreto de sus ojos” con Campanella a la cabeza estuvieron presentes en Madrid. Bromeaba Buenafuente con que Ricardo Darín por menos de tres nominaciones no se iba a desplazar.
Todo en esta mágica noche supo a cambio. Daba la impresión de comenzar una nueva era dentro del sector. La Gala se caracterizó por su modernidad y buen gusto. Andreu Buenafuente cumplió sobradamente su papel. Comenzó la presentación bromeando con los invitados, haciendo partícipes a los nominados de la Gala que iba a iniciar. Así se permitió hablar a Penélope Cruz en inglés recitando la letra de la mítica canción “Yesterday” o a Daniel Monzón solicitarle que cogiera una cámara y grabara algunos planos.
El dinamismo fue una constante durante el evento. Javier Godino y Secun de la Rosa, que entregaban el premio a la Mejor canción, deleitaron al respetable con una interpretación musical con letra muy ácida y certera, “Soledad Villamil revelación después de 20 años de profesión”. Después entraron en escena los efectos del ordenador permitiendo al dibujo animado Pocoyo entregar el premio a la mejor película de animación.
El discurso del presidente de la Academia prometía ser épico. Y no fue nada autocomplaciente. Abogó por la humildad, ser agradecidos y pedir perdón. El año 2009 había sido una oportunidad para hacerlo mejor y eso sólo se consigue con trabajo. Alex de la Iglesia se alejó de esa imagen fatalista y lastimera que se había apropiado del cine español y abrió las puertas a un nuevo camino de conciliación aunando todos los sectores y mandando una carta de presentación a todas las televisiones estatales. “Fuerza y honor” fue la frase final de un discurso cargado de dureza y visión de futuro.
Otro momento de gran carga emocional fue la entrega del Goya de Honor a Antonio Mercero. Debido a sus problemas de salud el homenajeado no pudo asistir a la Gala pero unas imágenes mostraron la sensibilidad y el respeto que tuvo el Presidente de la Academia al llevárselo en mano a su hogar.
Entre los invitados más coloridos vimos a Oscar Jaenada luciendo traje rosa, sombrero y melena y a Bimba Bosé con un traje amarillo de David Delfín a juego con su pelo y cejas. Entre el resto de asistentes el negro y el blanco fueron las opciones más elegidas. Por ejemplo María Botto, Cayetana Guillén y Ana Belén eligieron la primera opción mientras que Naussica Bonin, Clara Lago y Penélope Cruz optaron por la segunda.
La aparición estelar del manchego Pedro Almodóvar fue el colofón ideal para una noche de encuentros, alegrías, tristezas y reconciliaciones. Más allá de la victoria de Celda 211 quedará para el recuerdo el nacimiento de una nueva era en el cine español.
José Daniel Díaz