La gata Edgar Quinet y la pintora Gwen John

Por Nazarinasociacion

La obra de la artista Gwen John, nacida Gwendolen Mary John, comunica una sensación de melancolía, incluso

Autorretrato

de soledad. Su obra se compone sobre todo de retratos de mujeres, de gatos (casi siempre su gata Edgar Quinet) y de los interiores donde vivía. No fue famosa en vida y tuvo que trabajar como modelo de otros pintores y del famoso escultor Auguste Rodin. Nació el 22 de junio de 1876 en el País de Gales en el seno de una familia acomodada y muy estricta. Su madre, una acuarelista aficionada, murió cuando Gwen solo tenía ocho años. Desde 1895 a 1898 estudió en la Slade School of Art, la única escuela de Bellas Artes que admitía a mujeres en la época, aunque las clases no eran mixtas.

Fue a París por primera vez en 1898 con dos amigas de la Escuela Slade y estudió en la Academia Carmen, donde tuvo como profesor a James McNeill Whistler. Regresó a Londres en 1899 y expuso por primera vez un año después en el New English Art Club. Disponía de muy pocos medios económicos y entre 1900 y 1901 ocupó un pequeño piso en un edificio abandonado.

En otoño de 1903 regresó a Francia con su gran amiga Dorelia McNeill. El barco las dejó en Burdeos y ambas tenían pensado llegar andando a Roma ganándose la vida haciendo retratos, pero solo llegaron hasta Toulouse, lo que ya nos parece toda una proeza. Se trasladaron a París en 1904 y Gwen John encontró trabajo como modelo de Auguste Rodin. A pesar de que el escultor fuera 40 años mayor que ella, la joven pintora se enamoró apasionadamente. Su relación duró casi seis años y ella le escribió casi a diario durante diez años. Fue la modelo de la famosa estatua “La musa de Whistler”.

Al mudarse a París, Gwen John vivió en la calle Edgar Quinet, concretamente en el nº 19, y aquí es donde conoció a su primera gata, una tricolor a la que dio el nombre de la calle. Como puede verse en los dibujos y cuadros de gatos que incluimos, la mayoría son de la gata Edgar Quinet. En 1908, Edgar Quinet desapareció y no volvió jamás, algo que la entristeció profundamente. La pintora hizo numerosos retratos de su gata y solía llevarla con ella cuando iba a dibujar al bosque de Saint Cloud. Edgar Quinet ya se había escapado en julio, y volvió a repetir la hazaña en agosto cuando desapareció entre los matorrales. La pintora se había hecho una especie de cueva, escondida entre los grandes árboles. Al desaparecer Edgar Quinet, empezó a ir cada tarde con la esperanza de que la gata volvería.

Joven con gato (1920)

Joven con gato (1925)

No tardó en decidir instalarse temporalmente en Saint Cloud, aunque no llegó a dormir en la “cueva”, ya que el bosque no era un lugar seguro de noche. Eligió un hotel barato en el pueblo de Saint Cloud donde tenía que aguantar las insinuaciones de los hombres durante la cena. Todos sabían que la pintora buscaba a su gata, “chatte” en francés, palabra con una fuerte connotación sexual. Regresaba cada mañana a París para posar para Constance Lloyd. Poco a poco se convenció de que Egdar Quinet no regresaría, y se sabe por sus cartas que imaginó lo peor. Finalmente escribió un pequeño poema que mandó a Auguste Renoir y que reproducimos aquí:

Oh mon petit chat / Sauvage dans le bois / As tu donc oublié / Ta vie d’autrefois / Peut-être que tu es / Fâché avec moi / Mais j’ai tâché de comprendre / Tout ton petit cœur / Je me sentais jamais / Ton supérieure / Petit âme mystérieuse / Dans le corps du chat / J’ai eu tant de chagrin / De ne pas te voir / Que j’ai pensée de m’en aller / Dans le pays des morts / Mais je serai ici / Si tu reviens un jour / Car j’ai été confortée / par le dieu d’Amour.

Oh gatito mío / salvaje en el bosque / has olvidado / tu vida de antaño / Quizá estés / enfadado conmigo / pero intenté entender / tu pequeño corazón / Nunca me sentí / superior a ti / pequeña alma misteriosa / en un cuerpo de gato / Me entristeció tanto / no verte más / que incluso pensé en irme / al mundo de los muertos / pero aquí estaré / si vuelves algún día / pues me reconfortó / el dios del Amor. (N.T.: Se ha respetado la puntuación original).

La primavera siguiente seguía echando de menos a su gata, y su amiga Ursula quiso ofrecerle un gatito, pero contestó que aún no estaba preparada para dar tanto amor a una “little beast” (animalito) y pasarlo tan mal después.

Una vez acabada la intensa relación con Rodin en 1910, Gwen John se mudó a Meudon, a las afueras de París, donde se quedó hasta el final de su vida acompañada de más gatos, aunque no hemos sido capaces de encontrar datos acerca de ellos. Poco después conoció al abogado y coleccionista estadounidense John Quinn, que la apoyó emocional y económicamente, lo que influyó en su proceso creativo. Vivió en una soledad relativa en Meudon, convirtiéndose al catolicismo en 1913.

Mujer cosiendo con gato

Su protector, John Quinn, que compró todas las obras que Gwen John accedió a venderle, falleció en 1924, y la pintora volvió a pasar penurias. Mostró su obra en numerosas exposiciones colectivas en París a partir de 1919 hasta bien entrada la década de los veinte, cuando empezó a pintar menos. En diciembre de 1926, al enterarse de la muerte de su gran amigo Rainer Maria Rilke, recurrió a la ayuda espiritual de su vecino, el filósofo católico Jean Maritain, que le presentó a su cuñada, Verá Oumançoff, con la que mantuvo una relación romántica hasta 1930.

Una vez dijo: “Reglas para tener el mundo a distancia: No escuchar a la gente (más de lo necesario); no mirar a la gente (ídem); al entrar en contacto con la gente, hablar lo menos posible”.

Su última obra está fechada el 20 de marzo de 1933 y parece que no volvió a pintar a partir de entonces. El 10 de septiembre de 1939 redactó su testamento y viajó a Dieppe, en Normandía, donde se desmayó y fue hospitalizada. Falleció el 18 de septiembre de 1939 a los 63 años. Está enterrada en el cementerio Janval de la localidad normanda.