CON PIEL DE LOBO
No me pidas la calma de praderas
en que pastan su certeza las ovejas.
No reclames la paz
cuando has nacido para vivir en guerra.
Ni esperes compasión y treguas
de este devoto enemigo que te asedia.
no pretendas de mí más que la osadía
de deshacer relojes con caricias
dibujarte los mapas del tesoro con la lengua
tejerte y destejerte un palacio entre las piernas.
Seré
tal vez
ese que pasa con ganas de quedarse
a levantar contigo una ciudad sin policías
una aldea de besos
una iglesia sin rezos
un recuerdo que no duela.
Ese viento
que te haga dudar entre dos pasos
y que te pida volver al lugar
en el que al menos una tarde
supiste
de verdad
quién eras.
Carlos Salem en Con un pájaro de menos (Espasa Libros, 2016).