Periodista Digital
Por Miguel Pato
Martes, 26 de septiembre 2006
Este escritor israelí nacido en Tel Aviv hace 39 años, publica en España su quinto libro de relatos, "La chica sobre la nevera". En ellos narra, con lenguaje hábil y sin rodeos, las vicisitudes de las vidas de unos personajes que se mueven entre los real y lo fantástico. Para Etgar Keret “lo fantástico y lo surrealista es un modo de protesta contra la realidad”. Una realidad que en su país natal atenaza al ser humano en conflictos que parecen no tener fin. Etgar se queja de que es muy fácil echar la culpa a los gobernantes pero recuerda que “nosotros hemos elegido a los líderes que tenemos y los palestinos han elegido a Hamas”. De sus relatos se puede extraer, además, como él mismo explica a los lectores de Periodista Digital, que “nadie puede salvar a todas las personas en el mundo. Lo máximo que uno puede hacer es despertar a las personas para que se salven a sí mismos”. Lamentablemente, asegura este profesor de Universidad, “la gente cambió el derecho a cambiar por el derecho a protestar” inmersa en un sistema democrático que está “atrofiado”.
Tus historias están llenas de fantasía y de surrealismo. ¿Es un modo de huir de la realidad?
La utilización de lo fantástico y lo surrealista es un modo de protesta contra la realidad.
¿Crees que son los jóvenes, a través de la protesta, los que tienen la llave para mejorar la realidad?
Todos tienen la fuerza para cambiar la realidad. Tal vez los jóvenes tienen más energía. Pero todos pueden hacerlo. Lo que ocurre es que uno va creciendo, toma la realidad como un estándar y no concibe que ésta pueda ser distinta. Todos los que “comen comida chatarra”, durante toda la vida, no se van preguntar por otras posibilidades.
¿Quién tiene que enseñar a no “comer chatarra”?
Cada persona tiene que entender que hay algo no aprovechado en sí mismo y que esa zona tiene que ser explorada. Eso es lo maravilloso de la naturaleza humana: la parcela que cada uno puede mejorar.
En ¡Parados! (uno de los relatos) hablas de un chico que, de modo un tanto surrealista, tiene el mundo en sus manos. ¿Crees que una sola persona tiene el poder para cambiar el mundo?
Una sola persona puede destruir el mundo, antes que mejorarlo. Nadie puede salvar a todas las personas en el mundo. Lo máximo que uno puede hacer es despertar a las personas para que se salven a sí mismos.
Ahora que hablas de una sola persona que puede destruir el mundo. ¿Ese es un peligro que se percibe en Israel?
En sus peores pesadillas el pueblo judío teme dejar de existir
Es fácil culpar a los líderes de la realidad. Pero la realidad es que nosotros hemos elegido a los líderes que tenemos y los palestinos han elegido a Hamas. La democracia esta atrofiada. La gente cambió el derecho a cambiar por el derecho a protestar. En la sociedad israelí hay muchos jóvenes que, por falta de credibilidad hacia sus líderes, han renunciado al derecho a votar. Por desgracia ningún fanático renuncia a ese derecho. En nombre de la desilusión las personas dejan el país en manos de gente extrema.
UN PUEBLO PERSEGUIDO
¿Con qué temores juegan los fanáticos para atraer a los votantes?
El miedo más grande de Israel y del pueblo judío es el exterminio. La gente, en sus peores sueños, no sólo teme que otro Estado les conquiste. Sus pesadillas también tienen que ver con que dejen de existir.
Los judíos han sido un pueblo perseguido desde hace siglos. ¿Por qué? No creo que sea sólo un problema religioso.
Hay algo que da mucho miedo que es no poder diferenciar quien es el nuestro y quien es el ajeno. El odio hacia los judíos es algo parecido a la homofobia. No los puedes diferenciar pero son “distintos”. En EEUU, en la cultura pop, la mayoría de los superhéroes fueron creados por judíos. Para aquellos judíos el estatus de Superman era muy similar al estatus de judío. No por ser más fuerte, pero sí por el rol de Clark Kent: parecido a todos pero con una importante diferencia no apreciable a simple vista.
Dentro de unos días celebráis el Yom Kippur, el día del perdón. ¿Qué deseo nos dejas para esa celebración?
Si las personas se dieran cuenta de que saben menos y de que tienen que observar más, las cosas irían mucho mejor. Fuente: Periodista Digital
Nació en Tel Aviv (Israel) en 1967.
Autor de cinco libros de relatos, una novela y tres cómics.
Sus publicaciones se convierten rápidamente en best-sellers en Israel.
Numerosos cortometrajes se han basado en relatos suyos.
Actualmente es profesor adjunto en el departamento de Cine y Televisión de la Universidad de Tel Aviv.