La Gente Paraíso: ¿Quiénes Son Tus personas Favoritas?

Una vez pasada la vorágine de la Navidad es un buen momento para pensar en la gente con quienes has compartido estas fiestas, unas fechas que se caracterizan entre otras cosas por el gran número de cenas, comidas, etc a las que acudimos. 

¿Cuántos compromisos te han obligado a cancelar planes que te apetecían más?

¿A qué personas has echado de menos y te hubiera gustado ver? 

¿Con cuáles se te pasaron las horas volando? 

¿Cuánto tiempo pasaste con tus personas favoritas?
La Gente Paraíso: ¿Quiénes Son Tus personas Favoritas?
Mientras volvía a casa en un taxi de una de esas quedadas de amigos iba haciendo recuento de los mejores momentos de la cena como el ataque de risa irrefrenable que nos dio por una tontería o la narración por septuagésima vez de una de las anécdotas favoritas del grupo, esa que nos gusta contarnos de nuevo cada vez que estamos juntos. 
Rememoraba también el sentimiento de calidez, de pertenencia a una tribu.
Haber desconectado de todo por primera vez en toda la semana; haber podido ser yo misma, sin caretas, fue como estar en el paraíso.
Ese día que no había empezado muy bien lo acabé con lágrimas, pero de risa. Con la máscara de ojos emborronando el maquillaje.
Y qué más me daba a mí pasearme por Malasaña con esa cara, si estaba con ellos.
Con algunas de mis personas paraíso.
¿Quién necesita playas de fina arena blanca, aguas azul turquesa y piñas coladas? Cuando estás con tus personas favoritas del mundo mundial el sol brilla con más fuerza en las calles más oscuras de Madrid a las dos de la mañana que en una isla tropical.

El Paraíso Son Los Otros
Sentirte aceptado plenamente es el paraíso. 
Seguro que tú también conoces unas cuantas personas con las que te sientes muy a gusto, totalmente a tus anchas.
Las conoces hace veinte años o hace veinte días. Son amigos o familia. Pero todos tienen en común que con ellos puedes desconectar de tus caretas, bajar la guardia y ser todas las versiones de ti mismo: El bueno, el feo y el malo. Blancanieves y Lara Croft. Un maestro Jedi y un villano del lado tenebroso de la fuerza. 
A través de ellos sientes que te reenganchas a la parte más auténtica de ti mismo: la que no tiene que explicarse, la que no necesita hacer contorsionismo para encajar.
La que llora de risa o de pena permiténdose dejarse llevar por entero de esa emoción, sin importarle que al hacerlo se le deformen las facciones.
La que expresa sus opiniones sin filtros.
La que disfruta hablando de todo lo divino y lo humano durante horas.
La que hace el idiota. La que se pasa de lista. La que parece tonta.
La que no quiere llenar los silencios. La que no tiene nada interesante que decir. La que habla más que catorce. 
La más tierna. La que muestra su lado más vulnerable. La que no necesita pedir perdón.
La que está más cerca del niño que fuiste. 
La que tiene un mal día y no cree en nada ni en nadie.
La que se motiva como si no hubiera un mañana.
La que transmite paz. La que va buscando guerra.
La que está encantada de conocerse y la que no se puede ni mirar en el espejo.
La que está feliz de tener a esas personas en su vida y se lo demuestra dentro y fuera de las redes sociales.
Bienvenido a un lugar que no está en los mapas sino en las horas que compartes con aquellos que te quieren bien. Los que hace tiempo que saben quien eres y también quienes te intuyen sin ningún esfuerzo desde la primera vez que os mirasteis a los ojos.
Desabróchate el cinturón y ponte cómodo.
Bienvenido al paraíso. Bienvenido a tu gente favorita.
¿Quiénes son tu gente paraíso?