El acreditado vino moscatel de Setúbal tiene sus dos bodegas más destacadas en las faldas de la Serra da Arrábida, en el aristocrático pueblo de Vila Nogueira de Azeitao.
El propietario de la marca Bacalhôa se ha empeñado en convertir sus instalaciones en centros de arte que acompañen el reposo y envejecimiento del vino. Así, en su gran bodega de Azeitao, nos encontraremos con una gran muestra de arte africano subtropical y una colección de mobiliario modernista de calidad.
Lo que más puede sorprender es la colección de paneles de azulejos que adornan la gran sala llena de toneles y allí fue donde encontramos una representación alegórica de la Geometría del siglo XVIII. Nuestra dama, con globo y escuadra, no estaba sola como científica: en el otro extremo de la bodega, entre los paneles dedicados a los cinco sentidos nos topamos con una alegoría de la vista que nos enseñaba un espejo y un telescopio.
Fuimos en busca de un azulejo de Triana donde la Virgen aparece con instrumentos gremiales pero no la encontramos; en compensación una Geometría báquica nos resultó más interesante. La recatada Virgen quizá permanezca escondida en el bello palacio renacentista, mientras la plebeya Geometría parecía encontrarse muy a su gusto entre moscateles.