El tamaño: Es muy similar en ambas obras: 77 x 53 centímetros en la obra original, 76 x 57 en la réplica.
Los detalles: Al tener mayor nitidez que el original del Louvre, en la réplica se aprecian mejor la guarda del vestido en el escote de la modelo y los pliegues de su atuendo. En la obra de Da Vinci esos detalles apenas se distinguen.
El rostro: El discípulo de Leonardo pintó a la modelo del cuadro con unas cejas que no aparecen en el retrato del maestro.
El fondo: En la copia hallada en El Prado aparecía oscuro, en contraposición con el original de Leonardo, en el que se aprecia el verde paisaje de la Toscana. Pero al restaurarse la réplica y eliminarse el oscuro barniz que la cubría aparecieron sorpresivamente los mismos paisajes presentes en el original
La modelo: Mientras que en la obra de Leonardo tiene el aspecto de una mujer de mediana edad, la copia hallada en El Prado, por estar en mejor estado de conservación, ofrece la visión de una joven de entre 20 y 25 años. Mucho se habló sobre la identidad de la modelo, pero la tesis más extendida es que se trata de Lisa Gherardini, esposa de un comerciante florentino
La conservación: Los trabajos de restauración de la réplica continúan, y harán que su estado de conservación sea muy superior a la obra colgada en el Louvre. El rostro del original permanece oscurecido por el barniz envejecido por el paso del tiempo.
El material: Se pensó que, a diferencia del original, el soporte de la copia era una tabla de roble, algo común entre los artistas flamencos u holandeses, contrariamente a la que utilizaban los florentinos, de nogal. Pero tras restaurarse la réplica se descubrió que en realidad el soporte también era de nogal.
Contemplada de cerca, la Gioconda del Prado provoca de golpe sensaciones relacionadas con cosas como la serenidad, la ambigüedad, el misterio, casi lo etéreo.Los arrepentimientos presentes en ambas coinciden: cuando Leonardo da Vinci corregía el rumbo y retocaba algo, el pupilo hacia lo propio, en lo que supone una especie de fotocopia simultánea, a la voluntad del maestro. ¿Por qué Leonardo deseó y permitió que alguien se sentaran a su vera y pintaran a la vez que él el mismo tema? Misterio.A partir de este mes de marzo, la Gioconda del Prado será expuesta en el Louvre. No en cualquier lugar, no en una zona destinada a las copias ilustres de obras maestras, sino al lado de una señora que podría ser su hermana mayor: ni más ni menos que La Gioconda… de Leonardo da Vinci. Ahí se verán las diferencias.