La globalización (2/5): Neoliberalismo, globalización y antiglobalización

Publicado el 10 diciembre 2014 por Juan Juan Pérez Ventura @ElOrdenMundial

El cuerpo doctrinario conocido como liberalismo surge en el siglo XVIII, de la mano de su teórico más importante, Adam Smith. Surge como un cuestionamiento de las restricciones feudales al comercio y la producción, crítica económica al patrimonialismo y a las barreras para la libertad de intercambio de trabajo por salarios, impulsó la transformación de la producción simple en acumulación y lo amplia a capital. En el combate de las limitaciones que el feudalismo imponía al desarrollo de las fuerzas productivas, el liberalismo cumplió funciones revolucionarias en un sentido amplio, si bien con consecuencias nefastas para las explotaciones agrícolas de auto-consumo, a las que expulsó de los campos para convertirlas en proletarios y de las masas de las colonias y semicolonias que contribuyeron con su sudor y sangre a la acumulación originaria o primitiva del capital.

El liberalismo fue la ideología dominante en los países de desarrollo industrial temprano, con Inglaterra como ejemplo clásico de imperio dominante liberal; sin embargo, fue resistido por las naciones de despegue industrial tardío, como EE.UU, Alemania, Japón, que impulsaron políticas proteccionistas y de impulsó al consumo y mercados internos, desarrollando y ampliando la industrialización y la masificación del mercado interno por medio del trabajo asalariado. Más adelante, en la década de los 60 y los 70 en países de Asia seguirán el mismo camino.

La resistencia al auge del Keynesianismo se organiza en torno a las instituciones educativas como: la Universidad de Chicago, el London School of Economics y el Instituto Universitario de Altos Estudios Internacionales de Ginebra. Dada la entrada del capitalismo en su “edad de oro” los argumentos por la implantación de un capitalismo duro y libre de reglas, no encuentran un eco muy amplio, sus argumentos acerca de los valores positivos de la desigualdad social y el desempleo estructural, sonaban solamente en círculos reaccionarios muy limitados. Otras influencias derivan de la admiración por el Maltusianismo y el social darwinismo, ambos del siglo XIX.

En un clásico del pensamiento neoliberal, “el camino de la servidumbre” de Von Hayek define: “es la sumisión del hombre a las fuerzas impersonales del mercado la que, en el pasado, me hizo posible el desarrollo de una civilización, que sin ello no habría podido desarrollarse; es mediante esta sumisión como participamos cotidianamente en la construcción de algo más grande de lo que todos nosotros podemos comprender plenamente”.
Los ejes del pensamiento neoliberal, como vemos se expresan en la sumisión “a las fuerzas impersonales del mercado”, considerando toda lucha como una rebelión contra “un sistema de coordinación neutro, impersonal, benéfico universalmente y que traduce un conjunto de mecanismo que funcionan espontáneamente”. No existe racionalidad posible frente a algo más grande de lo que todos podemos comprender plenamente, o más bien, permite cualquier irracionalidad e inhumanidad como producto.

Características principales del neoliberalismo

En lo económico:

  • Libertad absoluta de mercados: limitando la reglamentación e intervención estatal al mínimo, desregulando los mercados en especial el financiero, e impulsando el abandono de criterios de sustentabilidad ecológica a favor de criterios de rentabilidad.
  • Privatización o liquidación de los servicios y monopolios estatales.
  • Intervención sobre las variables macroeconómicas para evitar déficits presupuestarios y comerciales, reducción de inversiones sociales.
  • Contención de los salarios en busca de un competitividad internacional y aumentar la tasa de ganancia del capital.
  • Contrarreforma fiscal, aumentando los impuestos indirectos, principalmente sobre el consumo (IVA) y disminuyendo los directos sobre los ingresos altos; promoción de políticas fiscales atractivas para el capital financiero internacional especulativo.
  • Promoción del comercio orientado hacia las exportaciones.

En lo ideológico:

  • Mercantilización de derecho y conquistas de los trabajadores; conversión de los mismos en bienes y servicios a ser adquiridos en el mercado. La salud, la educación, y el seguro social, dejan de ser derechos indiscutibles de la dimensión humana y se convierten en mercancías, al margen de las funciones estatales.
  • Identificación de lo estatal con todo lo malo, corrupto e ineficiente y al mercado con lo eficiente y bueno.
  • Imposición de un sentido común neoliberal, con gran penetración en las masas, apuntalada por la liquidación de todo pensamiento alternativo en los grandes medios de comunicación y por una paralela de la contracultura revolucionaria.
  • Potenció en el seno de las organizaciones populares y de izquierda a la corriente posibilista, que no encuentra alternativa alguna y se convierte en portavoz del pragmatismo derrotista que no vislumbra nada fuera de la atenuación de los rasgos externos de la política neoliberal.
  • Desarrolla una esfera del consumo virtual, a través de la televisión fundamentalmente, donde su carácter simbólico no disminuye su capacidad de legitimar al neoliberalismo como sistema de vida y reproducción de las relaciones sociales.
  • Caracterización como utópica de toda opción de organización social diferente y alternativa.

Efectos del liberalismo en las sociedades:

  • Los individuos se manejan competitivamente en la búsqueda de maximizar su producto. Sin embargo, la realidad social, económica y política muestra que los que confluyen en el mercado, se agrupan en torno a intereses de clase y que la opción por las políticas refleja correlaciones de fuerzas entre la clases y fracciones de éstas. Son los capitalistas organizados en corporaciones e instituciones internacionales los que mandan sobre el mercado.
  • La intervención estatal ha cambiado de signo, no ha desaparecido; los estados intervienen para privatizar, antes que para nacionalizar, intervienen para socializar las deudas de los banqueros repartiendo sobre toda la población al rescate de los ahorristas defraudados. Sin ningún pudor, intervienen para entregar los fondos del IPS a la patronal industrial , a tasas por debajo de la media del mercado y sin garantías reales que garanticen su devolución. Actúan contra las huelgas y tomas de tierra, interviniendo a favor de la patronal o los latifundistas, consistiendo la actuación de grupos parapoliciales y paramilitares contra los luchadores populares y sus organizaciones.
  • La desregulación se traslado de protagonistas. De regular para la sociedad , se regula para los sectores afines empresariales y contra los trabajadores y campesinos. Se limita el consumo local para priorizar el despegue de los sectores agroexportadoras. La regulación del FMI, Banco Mundial y otras dependencias del imperialismo acrecientan su control sobre el espacio local.
  • La privatización no liquida los monopolios, solo los cambios de signo; de público a privado, frecuentemente, en procesos viciados con características de corrupción y arreglos para privatizar a favor de los amigos.
  • Cambios violentos en la restructuración de la clase trabajadora, dislocando a la misma en fracciones y segmentos polarizados.
  • Merecen una especial mención especial los jóvenes y las mujeres que constituyen los sectores más golpeados por el martillo neoliberal, y con índices de desempleo muy duros.

La globalización

El proceso de la globalización no es nuevo en los análisis marxistas. Ya en los principios de su actividad, Marx y Engels señalaban el carácter eminentemente internacional del proceso de formación y reproducción de capital. En palabras del Manifiesto Comunista: “espoleada por la necesidad de dar cada vez mayor salida a los productos, la burguesía recorre el mundo entero. Necesita anidar todas las partes, establecerse en toas partes, crear vínculos en todas partes”.

“Mediante la explotación del mercado mundial, la burguesía ha dado un carácter cosmopolita a la producción y al consumo de todos los países. Con gran sentimiento de los reaccionarios, ha quitado a la industria su base nacional. Las antiguas industrias nacionales han sido destruidas y están destruyéndose continuamente. Son suplantadas por nuevas industrias, cuya introducción se convierte en cuestión vital para todas las naciones civilizadas, por industrias que ya no emplean materia prima indígena, sino materia original venida de las más lejanas regiones del mundo, y cuyos productos no solo se consumen en le propio país, sino en todas las partes del globo”.

“ … Se establece un intercambio universal, una interdependencias universal de las naciones. Y esto se refiere tanto a la producción material, como a la intelectual… en una palabra: se forja un mundo a su imagen y semejanza”.

Las consecuencias de la globalización, entendida como un proceso que profundiza las fases anteriores del desarrollo capitalista y que, adicionalmente, deslocaliza y simplifica los procesos productivos, no son otras que aquellas que ya Marx veía como consecuencia de la Ley General de Acumulación Capitalista. Por otra parte, la concentración y centralización del capital. Y por último, la proliferación de quienes viven en la mas abyecta miseria material y espiritual, lo único que a nivel planetario y con descomunal deterioro del ecosistema.

Al revisar la historia de la humanidad, se ve que la ampliación de los mercados, ya sea por el pillaje abierto o disfrazado de apertura mercantil, se inicia vigorosamente con el desembarco de las potencias europeas en América. Se toma un gran empuje con la revolución industrial y los avances tecnológicos debidos a la invención del motor de vapor, que impulsaría el auge de los ferrocarriles y los grandes cargueros movidos por éste. Asociado al fenomenal impulso de los medios de transporte, se produce un auge sin precedentes del comercio entre las nacientes naciones imperialistas.
La siguiente fase fue impulsada por el motor de combustión interna, que provoco el auge del automóvil y la definitiva globalización de la revolución de los transportes de masas. Este proceso de internacionalización sufrió un estancamiento prolongado con la crisis de los 30 y fue retomada con menos fuerza después de la II Guerra Mundial.

Ahora bien, para captar mejor el fenómeno, es preciso profundizar un poco más en las fases de desarrollo del capital. Como ya se señalo, en la segunda fase se internacionalizó el capital comercial. En la tercera, a la que Lenin llamó imperialismo o fase superior a la internacionalización del capital comercial se sumo la del capital financiero, comprendido por Lenin como la fusión de los capitales bancario e industrial. Esta fusión se manifestó en la inversión directa e indirecta , en distintos países.

La fase actual se caracteriza por la profundización de las fases anteriores y la deslocalización de los procesos productivos industriales ya fragmentados, para disminuir los costos de las materias primas y auxiliares y la mano de obra, sacrificando a su vez la menor ganancia posible vía impuestos.
Todo ello, acompañado por un proceso revolucionario colosal y veloz en la composición organizada del capital y los medios de comunicación. Es evidente que el proceso se acelera bruscamente a partir de los 80, y que la caída del bloque soviético, los avances hacia la liberalización de China, Vietnam y otros estados anteriormente no vinculados profunda y abiertamente al mercado capitalista global, ha dado un impulso fundamental a esta tendencia.

Pero en lo fundamental, el discurso de los “globalitaríos” apunta a construir una suerte de realidad virtual: la absoluta inviabilidad de cualquier opción por fuera de las leyes neoliberales de la globalización en marcha. Es lo que los franceses denominan “pensamiento único” y que algunos sectores de la izquierda reformista están adoptando en forma absolutamente acrítica con respecto al proceso histórico-social real del capitalismo contemporáneo. El mito neoliberal de la globalización apunta hacia el carácter supuestamente inexorable e inescrutable de la globalización, esconde las responsabilidades concretas de los gobiernos y las clases dominantes, en los desastres sociales que sus políticas producen y se convierte en medio de justificación ante las masas.

Características de la globalización

Los elementos fundamentales se caracterizan y diferencia a esta situación, de la mera aceleración de la internacionalización y marcan el surgimiento de un nuevo modo de restructuración de la economía mundial son los siguientes:

  • Expansión capitalista a escala realmente planetaria, cubriendo efectivamente, de una manera u otra, todas las formaciones sociales. Globalización tanto de la esfera de la producción como de la comercialización, yendo mas allá, “ de la simple yuxtaposición de mercados nacionales, a la unificación efectiva del mercado mundial, y éste como horizonte natural, de las grandes transnacionales”. (Husson 1994)
  • Constitución de bloques regionales supranacionales en niveles desconocidos hasta ahora, donde veremos que el movimiento transversal de la comunicación, es acompañado, de reestructuraciones verticales de las economías regionales en torno a tres polos: EE.UU, Europa y Japón.
  • Surgimiento de compañías totalmente mundializadas, que actúan a partir de una base planetaria de desarrollo, producción y distribución de sus productos y servicios. (Petrella 1989)
  • Crecimiento de los procesos de mundialización sin una simultánea aparición de organismos supranacionales de regulación. El refuerzo de instituciones supranaciones se ve rebasado por lo hechos. El FMI, el Banco Mundial, la OMC y estructuras menos formalizadas cumplen funciones crecientes de ordenamiento de los procesos globales, como demuestran sus actuaciones frente a la crisis de la bolsa de octubre del 87, la guerra del golfo, las crisis mexicanas del 82 y la del 95. Esta coordinación de esfuerzos del imperialismo, no elimina las contradicciones internas, por lo que es difícil coincidir con las tesis del Ultraimperialismo, que pretende que las potencias imperialistas están regidas por un solo centro decisorio. En ese marco se inscriben las pensiones entre Mercosur y Nafta.
  • Los flujos financieros se desplazan con absoluta libertad y facilidad. Este mercado mundial de capital-dinero se ha constituido a través del proceso de internacionalización progresiva del capital, y ha tenido un salto cualitativo excepcional con el proceso de globalización. Su característica principal se da en el hecho de que una masa creciente de rentas fructifica, independientemente de la utilización de un factor productivo directo, sea en forma de capital productivo, trabajo o tierra.
  • Revolución tecnológica e informática.
  • El carácter predominante de la cultura de la imagen por encima de la palabra escrita, que marca una revolución en sí misma, controlada por un sector monopolístico muy concentrado, es impulsado a su vez por el carácter inmaterial que va adquiriendo la producción de mercancías, donde los costos de investigación de mercados, diseño, desarrollo de producto y marketing son una parte cada vez más dominante de los costos de las mercancías.

Estas son algunas de la características de esta nueva fase del capitalismo, contrario sensu de las opiniones de sus apologistas. La misma no implica el fin de la historia, ni mucho menos de la lucha de clases; marca una inflexión en el desarrollo del capital, que se debe encarar con herramientas apropiadas para darle una respuesta con contenido transformador, que aprovechando el desarrollo de las fuerzas productivas que la misma libera, ponga limites a su carácter de clase.
La globalización se interrelaciona con el neoliberalismo y ambas forman parte de una contraofensiva del capital a nivel global, intenta construir una nueva relación entre el capital y el trabajo en todos los terrenos, social, político y económico.

Antiglobalización

El movimiento antiglobalización, es un amplio conjunto de movimientos sociales formado por activistas provenientes de distintas corrientes políticas, que a finales del siglo XX convergieron en la critica social al denominado pensamiento único y a la globalización. Acusan a este proceso de que, mientras beneficia a las multinacionales y a los países más ricos, acentúa la precarización del trabajo, consolida un modelo de desarrollo económico injusto e insostenible, y socava la capacidad democrática de los estados, entre otros aspectos negativos. Generalmente, los activistas y simpatizantes mantienen una ideología izquierdista, contraria al liberalismo económico (economía de mercado y comercio libre). Existe cierta controversia sobre el término que define este movimiento. Sus partidarios prefieren el término “altermundismo” o “alterglobalización” para evitar definirse por opción y porque el termino “antiglobalización” daría una imagen imprecisa y negativa. El nombre altermundismo viene precisamente del lema “Otro mundo es posible”, nacido en el Foro Social Mundial, que cada año reúne a movimientos sociales de izquierda política internacional.

Características del movimiento antiglobalización

En el contexto de la crisis del “socialismo real”, el movimiento altermundista es un movimiento contestatario de carácter mundial y constituye una respuesta de la izquierda a la fata de representación y a la globalización neoliberal. Si bien el movimiento antiglobalización ha sido perpetrado por elementos contrarios a la revolución y está yendo hacia el reformismo, no es menos cierto que ha logrado éxitos, como las cumbres sin acuerdos, la no implementación del ALCA, etc. Pero es necesario, como inclusive se ha llegado a reconocer en los Manifiestos del Movimiento de Resistencia Global, que la lucha sistemática a través de un trabajo continuado y a largo plazo, con abandono de las dinámicas tradicionales de accion que lo han caracterizado hasta ahora.

Este movimiento contempla en su programa puntos muy interesantes, como poner fin al terrorismo del Estado, el retiro de las tropas de ocupación de Irak, la solucion pacífica al conflicto Palestino-Israelí, reducción de los gastos militares, la prohibicion de las armas de destrucción masiva, el cumplimiento por su parte de los Estados Unidos y sus aliados de la Carta de las Naciones Unidas.

También hay consenso en cuanto a la exigencia de la supremacía de los Derechos Humanos por encima de los Tratados Comerciales, el reclamo de los Derechos de las Comunidades a la tierra, el agua, los bosques y la cultura. A lo que se agrega la condonación de la deuda externa de los países más pobres, la puesta en vigor de la Tasa Tobin, la reforma del FMI, el Banco Mundial y la OMC y su accesibilidad a los países en vías de desarrollo. Incluyen además, el cumplimiento por todos los paises del Protocolo de Kyoto sobre el calentamiento global y el control de los productos transgénicos, el derecho a la información así como la proteccion de las culturas de las naciones y pueblos contra la cultura extranjerizante, globalizada, y la lucha contra la feminización de la explotacion. Entre otros, son lo temas que contempla en sus debates el movimiento antiglobalizante.

El fenómeno de la globalización es producto del proceso del desarrollo historico del capitalismo y constituir una fase peculiar de éste, la lucha contra este fenomeno exige el movimiento antiglobalización una dinamica que combine la movilización de masas, las medios tecnicos y las experiencias concretas con un proyecto de transformación general sistematica. Aunque es desconocido hasta donde llega la importancia de este movimiento en las luchas sociales, por una nueva globalización, hasta hoy muestra constancia y una gran solidaridad. A esto se suma que importantes movimientos de izquierda de muchos paises del mundo van encontrando en el movimiento una organicidad y una estrategia de trabajo encaminada a la integracion de fuerzas y la posibilidad de construir un camino alternativo a la globalización en neoliberal. Lo que constituye a pesar de sus limitaciones y debilidades, una perspectiva loable del movimiento antiglobalización, que va camino a convertirse en un nuevo actor mundial dentro de las relaciones internacionales con el que habrá que contar en un futuro no muy lejano.

EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO… Enumeraremos los “signos de globalización” que aparecen en el relato de Martín y Schumann sobre las “tormentas monetarias” de 1992 y 1993, que cayeron sobre el incipiente Sistema Monetario Europeo.