El asunto de la globalización al que nos referimos con relativa frecuencia nos afecta estos días a los montañeses, al menos, emocionalmente. Aunque en realidad afecta al mundo entero. El agua dulce será el recurso más valioso en los próximos 50 años. Hilando a mi manera el asunto, que no quiero que nadie mezcle churras con merinas, vuelvo a mencionar cuatro años después el agua que sale de la cueva de lebanza y que comercializa una empresa palentina.
Los chinos, que lo están invadiendo todo, no encuentran en su país el abastecimiento suficiente. Cada día escasea más el agua.
China, India y EEUU, consumen entre los tres casi el 40% de los recursos hídricos de todo el planeta. Aunque los americanos producen la mayor parte del agua embotellada que consumen, muchos ciudadanos de aquel país prefieren agua importada de lugares que están a 9000 kms de distancia, como la de las islas feiji. Otro conflicto que a la par se debate es la exigencia de muchos ciudadanos españoles que vienen levantado la voz para pedir a sus ayuntamientos inversiones que mejoren la canalización, a la vez que se conciencia a la población para que haga uso normal del agua del grifo.Interesa saber que el plástico que se utiliza mayormente puede ser una fuente de contaminación. A este respecto, la empresa palentina que anunciaba hace algún tiempo la exportación del "Agua de Lebanza" a paises como China, Japón, Emiratos Arabes, Guinea Ecuatorial, Panamá... y que obtuvo el distintivo de Marca Natural por la Junta de Castilla y León, ya estudiaba el uso de envases de bioplástico, derivado de productos vegetales que contaminan menos.
Por aquella zona corren rumores de todo tipo. Las cosas no andan bien para mucha gente. No se han hecho bien los deberes. ¿Se imaginan ustedes que mañana vienen los chinos y lo compran? Hace unos dias, un grupo chino adquiría una embotelladora en España. No es algo imposible. ¿Si un día la empresa pasa a otras manos, seguirá siendo su valor cero para el Ayuntamiento? ¿Se puede renegociar lo que pactaron?
Si echamos una mirada y somos optimistas, veremos que nuestro tesoro más preciado es el agua. Y hemos de empezar a valorarlo. Y que algo que va a comercializarse, algo que va a suponer dinero para mucha gente, deba pagar un canon que sirva también para conservar el medio donde nace.