LA GRACIA MARIANA El Presidente del Gobierno nos ha devue...

Publicado el 09 octubre 2015 por Chus

LA GRACIA MARIANA

El Presidente del Gobierno nos ha devuelto la “gracia mariana”: los días que nos quitó nos los ha restituido porque hemos cumplido los objetivos. Los objetivos en la Administración se cumplen siempre, con castigo o sin castigo.   Lo cierto es que Mariano&Cía se ensañaron con los funcionarios de buena gana: nos quitó días, nos quitó una paga extraordinaria y nos ha rebajado cuanto ha podido. Ahora las elecciones están a la vuelta de la esquina y quiere recuperar la confianza, el voto. Pero tal y como ha dejado este Gobierno la Administración Pública, lo tiene claro en las urnas con nosotros. Bueno, supongo que para los que han sacado tajada de ellos, pues eso, seguirán con ellos. Pero a mí, no me afecta en lo más mínimo. En mi caso concreto, estén los que estén, siempre me quedo igual. Yo a lo mío en mi cubil.   Montoro que se vaya buscando una buena vacante de reserva, seguro que le caerá un puesto mejor que el que tiene, los ministros jubilados mejoran siempre. Y la “Barriguitas” Sor Aya, pues lo mismo. Lo mejor de todo es que la vamos a perder de vista en los telediarios de los viernes. Esas películas de miedo que nos cuenta a los postres, con esas caras, con esa boquita que parpadea, con esos pelos que necesitan una buena peinada y con ese cojín que la levanta del asiento… Creo, que no la volveremos a sufrir en la sobremesa. También dicen que nos van a devolver la paga extraordinaria que nos birlaron o parte de ella. Lo que hicieron con los funcionarios sería comparable a la acción de ver a un señor rico encorbatadorobando las monedas del platillo a un ciego…Y a las pruebas me remito, después del escándalo Rato, la Operación Púnica, Bárcenas… Y para que algunos sigan bien mantenidos es necesario despojar a los pobres de sus salarios y además ensañarse con ellos. Y luego está ese negrero que se ha creído dueño de vidas y haciendas, llamado Beteta; el que nos quería dar aceite de ricino para curarnos los defectos, esos defectos que siempre arrastramos los funcionarios y, no es otra cosa que la deformación a la que nos somete la propia política aplicada por los políticos que están en el cargo a dedo. Los que estamos abajo estamos a las órdenes de los que están arriba y si los que están arriba son incompetentes, pues incompetencia al canto… Y es que los funcionarios somos esclavos de la Administración y la Administración no cansa, peor, aburre. Y el aburrimiento es peor que el cansancio. Es cierto que estamos mal vistos; pero cualquier español cumpliendo los requisitos puede optar a una plaza, es sólo cuestión de aprobar una oposición. Yo no me fijo en las vacaciones de los maestros ni en los sueldos de los ingenieros… Ahora con la crisis y el paro todos se acuerdan de nosotros, nos ven como unos privilegiados. Yo no me fijaba en los sueldos que algunos tenían sin tener ninguna cualificación profesional en los tiempos de las vacas gordas. Y es que el deporte nacional es la envidia, estamos siempre pendientes de las vidas de los otros. Rajoy nos ha devuelto la “gracia mariana”: moscosos y canosos. Y nos los devuelve de buena fe, en el mes de septiembre, después de los meses vacacionales por excelencia: julio y agosto. Ahora todos tenemos que gastar días y en las mismas fechas, esto significa que habrá conflicto de intereses a la hora de cogerlos. Yo no tengo problema, por suerte. Yo no tengo jefe o quizá demasiados jefes, es la comodidad de estar recluida en un cubil. Aunque el otro día me quedé muerta: vino el Jefe Supremo de la casa en carne mortal a visitarme, primera vez en mi vida laboral. Es bueno que un jefe se preocupe de su gente, que se pasee y quiera saber en qué condiciones trabajamos y lo que hacemos; aunque a veces significa peligro: estás en el punto de mira… Yo estoy encantada en mi cubil, ya que me atrinchero en él e intento pasar desapercibida, es lo mejor. Recuerdo que hace dos años tuve un jefe que para mí era invisible y yo para él inexistente, es la mejor relación laboral que pueda existir. Y después de la “gracia mariana”, lo mismo nos cae la “gracia marciana”.