La graminola – número 46 – 11 de octubre de 2018

Publicado el 10 octubre 2018 por Perendengon

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Ya sabéis que la base de la revista es dar un pequeño repaso con las novedades que presentaban las listas de éxitos que he ido confeccionando desde hace cincuenta años. Cada nuevo número empezamos por la lista actual de cada semana y a continuación seguimos viajando hasta las listas de hace 50, 40, 30, 20 y 10 años. Todos los éxitos de la música desde el año 1967 irán apareciendo por aquí.

Junto a las listas distintas secciones a cada cual más recomendable. En “Los Pioneros” rememoramos la música y los artistas que inspiraron a todos los que vinieron después. Nuestro póster, a doble página en el centro desmenuza cada semana un disco que fue, es y será muy grande. En la sección “También es Música” le damos cabida a esas canciones y esos artistas que a su manera también han tenido protagonismo, en muchas ocasiones de manera inesperada. Y la contraportada es el colofón con noticias de actualidad musical, efemérides y música española.

Echándole un vistazo a la portada de cada día os podéis hacer una idea del contenido de la revista. Junto a cada fotografía hay un texto que contiene un link que te lleva directamente a la página en cuestión, pero yo os recomiendo ir por orden, ir leyendo desde el principio al final porque la música lo merece. Y recordad que siempre estaré abierto a cualquier crítica, consejo, sugerencia o petición que vosotros, Graminoleños, me hagáis.

NUESTRA PORTADA

Lo bueno no podía durar mucho y esta semana tenemos una novedad en la lista de actualidad de la mano de J. Balvin y Zion & Lennox. Reggaetón puro y duro. Como ellos mismos dicen “no es justo”.

La sección de “Los Pioneros” de esta semana está protagonizada por un artista que a la tierna edad de 17 años logró su primer gran éxito. A partir de ese momento no solamente crecería hasta hacerse un hombre sino que también crecería profesionalmente para lograr un tremendo éxito tanto en tareas de cantante como de compositor. Estoy hablando del señor Paul Anka.

La lista de los 60 nos trae una de esas canciones que solamente ellos eran capaces de crear. Estaban en su momento culminante y eran asiduos a la lista graminoleña con esa manera única de fusionar el pop con la música barroca. Estoy hablando de Pop-Tops, uno de los mejores grupos que jamás haya dado la música de nuestro país con la inconfundible voz de su líder absoluto, el grandísimo Phil Trim.

Hasta tres novedades nos trae esta semana la lista de los 70 y todas ellas con el denominador común de la música disco. Tres grandes clásicos llenapistas de esos que invitan a bailar, dos de ellos incluídos en la banda sonora de dos míticas películas.

El póster central de esta semana nos llega desde Australia, de la mano de uno de los grupos más destacados que haya dado el mundo de la música de ese país. Se trata de INXS, una banda que nos dejó momentos inolvidables aunque acabó de manera trágica e inesperada con el suicidio de su líder y vocalista Michael Hutchence. Entre su legado se encuentra este genial “Kick”.

La lista de los 80 viene a ritmo de hip-hop. Por un lado un incipiente grupo llamado BVSMP que apenas tuvo recorrido. Por el otro uno de las bandas más representativas de este estilo por aquella época: The Fat Boys, acompañados por el rey del twist.

Dos son las canciones que nos trae la lista de los 90 de esta semana. Sus protagonistas son Mousse-T y Des’Ree, ésta última con uno de los temas más destacados del año 1998.

El nuevo milenio es suyo como lo fueron los 80 y los 90. La reina del pop, asidua donde las haya de nuestra lista, nos dejó un regalito en el año 2008 y disfrutamos de él en el repaso a la lista graminoleña del nuevo siglo.

Hasta cuando cantan los nobles o el clero … también es música. Todos los espectros de la sociedad se encuentran representados esta semana en la sección más divertida de “La Graminola”. Mientras sea música que más da de donde proceda.

Como cada semana, nuestra contraportada es un auténtico lujo. En esta ocasión nos trae la música de Hall & Oates, Jerry González, Teddy Bautista, Pepe Robles y Low.

LA LISTA DE LA GRAMINOLA

Volvemos a las andadas. Tras alguna semana que otra con un pequeño receso en cuanto a la música reggaetonera que nos invade, la lista de esta semana retoma la senda habitual y la única novedad que presenta, la única nueva entrada que se registró el pasado 7 de octubre viene de la mano de una colaboración entre un solista y un dúo ya curtidos en estas lides. No hay más remedio, vamos con ella.

La voz dominante en este tema la lleva José Álvaro Osorio Balvin, artiísticamente conocido como J. Balvin, quien lleva ya unos cuantos años haciendo música rodeado de la mayor parte de las figuras del reggaetón más exitosas. Este colombiano ha publicado recientemente un álbum titulado “Vibras”, del que se extrae precisamente la canción que entra en la lista graminoleña esta semana.

Sus compañeros de viaje son en esta ocasión los portorriqueños Félix Ortiz y Gabriel Pizarro, o lo que es lo mismo Zion & Lennox, quienes llevan ya desde el año 2000 ofreciendo su ¿arte? a base del ritmo que todos sabemos. Juntos nos ofrecen este “No es Justo”, la enésima tonadilla que suena igual y entra en nuestra lista.

En esta oportunidad he de reconocer que estoy de acuerdo con ellos. No es justo. No es justo que toooooooda la música suene así.

LOS PIONEROS

Hay artistas que pasan a la historia de la música como auténticos pioneros mostrando una precocidad y un talento excepcionales. Además son capaces de mantenerse en activo pase el tiempo que pase y ser capaces de ser referentes durante algunas décadas. El protagonista de la sección pionera de esta semana cumple con estos requisitos ya que cuando tan sólo era un niño ya dio muestras de la madera de la que estaba hecho y fue capaz de triunfar a lo grande sobre todo en las décadas de los 50, los 60 y los 70. Estoy hablando de Paul Anka.

Canadiense de padres libanés y sirio, cuando únicamente tenía 11 años de edad comenzó a actuar en clubes nocturnos llamando poderosamente la atención su capacidad para cantar pero sobre todo la calidad de las composiciones que era capaz de crear. Pronto se dio cuenta de que su futuro estaba en el mundo de la música y sus padres le enviaron a Estados Unidos, concretamente a Los Ángeles, a vivir en casa de uno de sus tíos con el fin de que pudiera abrirse camino realizando los oportunos contactos. En aquel momento contaba con únicamente 15 años de edad.

Grabaría entonces su primer sencillo, titulado “I Confess” pero los resultados de ventas serían bastante discretos. El tiempo fue pasando y la gran oportunidad no acababa de llegar y Paul pensó en arrojar la toalla, regresar a Canadá y retomar sus estudios, pero su tío le dio algo de dinero para que viajara hasta Nueva York buscando una nueva oportunidad. Así lo hizo y su suerte cambiaría radicalmente. Allí conocería a Don Costa, uno de los promotores musicales más afamados del momento e iniciaría una irresistible y meteórica carrera hacia el éxito. Acababa de nacer una grandísima figura del mundo de la música del que vamos a disfrutar a continuación de tres de sus canciones más emblemáticas.

DIANA

Hay canciones que pasan a la historia de la música casi desde el mismo momento en que son publicadas. El primer gran éxito de Paul Anka es uno de estos casos ya que se trata de una de esas composiciones que con tan sólo escuchar sus primeras notas a ritmo de saxo nos hacen recordar buenos momentos y atraen unas irresistibles ganas de bailar.

Se trata de una canción que Anka compuso cuando tenía 14 años, evidenciando que su talento compositor era excepcional. Su letra hablaba del amor que un adolescente sentía hacia una chica unos pocos años mayor que él. Lo cierto es que esa letra esconde una historia llena de romanticismo algo distinta ya que realmente se inspiró para escribirla en una niñera que cuidó de él siendo un niño de la cual se enamoró perdidamente. Un amor imposible hecho canción.

La letra ya era atractivo suficiente como para cautivar al público, pero la música sería lo que remataría auténticamente la faena ya que se adentraría en un ritmo que había aparecido apenas un año antes y que estaba conquistando al público norteamericano a lo grande. Así pues, no es de extrañar que la mítica “Diana” a ritmo de calypso se convirtiera en un rotundo éxito a las primeras de cambio.

Con esta canción lograría en el año 1957 su primer número 1 en los Estados Unidos, convirtiéndose a sus 17 años de edad en el artista más joven en conseguirlo. Estaba claro que nos encontrábamos ante una auténtica figura.

PUT YOUR HEAD ON MY SHOULDER

La verdad es que Paul Anka lo tenía todo para triunfar. Tenía talento compositor, cantaba bien, era muy joven con un gran futuro por delante y el físico le ayudaba bastante. Su atractivo le hacía ser uno de los artistas favoritos de las jóvenes norteamericanas y muy pronto lo sería también de las canadienses y las europeas. Estaba claro que el panorama musical internacional tenía ya una nueva estrella.

Ese atractivo físico le llevaría a dar el salto al cine, por lo que durante algunos años compaginó su faceta de cantante con la de actor, aunque hay que reconocer que el talento en esta segunda faceta era bastante inferior al relacionado con la música, por lo que con el paso de los años el mundo del séptimo arte quedaría aparcado.

Sus letras estaban llenas de romanticismo y habitualmente le cantaba al amor, motivo por el cual no es de extrañar que las aguas en las que mejor se movía fueran las de las baladas, dejándonos en este sentido auténticas joyas en el recuerdo como la que os ofrezco a continuación.

Se trata de “Put Your Head in my Shoulder”, una preciosa y romántica canción que ha sido versionada un sinfín de ocasiones pero cuyo original grabado por Anka en 1962 está muy por encima de cualquiera de sus copias. Romanticismo en estado puro.

MY WAY

Para cerrar la sección pionera que esta semana estamos dedicando a la figura de Paul Anka vamos a situarnos en el año 1967 y hacernos eco de la historia de una canción que no era suya pero a la que él supo ver su verdadero potencial, la rehizo adecuadamenta para convertirla en una auténtica obra maestra y ver como un año después se transformaba en un clásico de la historia de la música interpretado por otro grandísimo artista. Os cuento la historia que es bastante curiosa.

Nos trasladamos en un primer momento hasta Francia donde Jacques Revaus y Claude François compusieron una canción que iba dirigida a ser interpretada por la cantante Dalida. Sin émbargo, ésta no acabó de verle la gracia a la composición y declinó interpretarla siendo finalmente el encargado de grabarla François. La canción en cuestión llevaría el título de “Comme D’Habitude” y su letra hablaba de la monotonía en que se sumergen algunas parejas cuando el amor empieza a acabarse. Como había presentido Dalida la canción no tuvo una acogida demasiado entusiasta por parte del público francés.

En aquel momento, Anka se encontraba de gira promocional en Francia y escuchó esta canción, dándose cuenta de manera inmediata del verdadero potencial que tenía. De esta manera se hizo con los derechos de su versión en inglés, le cambió la letra que paso a hablar de un hombre con personalidad que vivía la vida a su manera, realizo los adecuados retoques en sus arreglos y la transformó en un rotundo éxito.

La canción de la que os estoy hablando no es otra que “My Way”, un tema que un año después sería interpretado y publicado por Frank Sinatra para convertirse en un auténtico himno, una de las canciones más representativas de su carrera que sería definitiva para convertirle en la grandísima estrella en que se convirtió. Como el primero que fue capaz de ver su auténtico potencial y la adaptó con gran maestría fue Anka, aquí os dejo su versión.

En la época en la que nos hemos movido era bastante habitual que figuras similares a las de Paul Anka tuvieran un recorrido no demasiado largo y poco a poco se fueran circunscribiendo a un tipo determnado de público. Eran artistas que simplemente cantaban las canciones que les ofrecían, las colocaban en los primeros puestos de las listas de éxitos y a esperar la siguiente.

Sin embargo, la figura de Paul Anka estaba muy por encima de estas circunstacias. Él era además un compositor excepcional y como hemos visto no solamente fue capaz de hacer triunfar sus creaciones interpretándolas él mismo sino que otros artistas lograron el éxito gracias a su talento.

LISTA DE LOS AÑOS 60

Llega el momento de inciar nuestra habitual andadura semanal por los mágicos caminos de nuestras listas graminoleñas de otros tiempos. Para empezar nos trasladamos hasta el 7 de octubre de 1968 y poder disfrutar de una extraordinaria canción interpretada por un no menos extraordinario grupo español que era la única nueva entrada que registraba la lista que se estrenaba ese día.

Pop Tops fueron uno de los grupos más destacados en nuestro país en la década de los 60. Una banda excepcional que realizaba música de mucha calidad en la que solía fusionar el pop con la música clásica obteniendo unos resultados destacables, en gran medida gracias a la voz de su vocalista, el gran Phil Trim.

En esta ocasión iban a realizar una adaptación del “Canon” de Johann Pachelbel, logrando un sonido de una tremenda calidad, demostrando que eran unos grandísimos músicos. La fusión de la música barroca con el pop en esta oportunidad les brindó la oportunidad de obtener el que puede considerarse el primer gran éxito de su carrera y con él lograrían la rotunda aceptación de público y crítica. La introducción musical, la voz de Trim y los maravillosos coros tanto masculinos como femeninos hacen de “Oh Lord, Why Lord” una auténtica joya.

La letra de esta canción habla del racismo y la intoleracia y denuncia la segregación racial apostando por la igualdad de todos sea cual sea el color de nuestra piel. Poco tiempo antes de que fuese a salir al mercado, Phil Trim introduciría algunos cambios en su letra y sería grabada de nuevo con motivo del asesinato de Martin Luther King a quien quisieron rendir homenaje con esta composición.

LISTA DE LOS AÑOS 70

Damos el habitual salto en el tiempo de diez años y nos situamos a continuación en el 7 de octubre de 1978 para disfrutar de las tres canciones que eran novedad en la lista graminoleña de aquel día. Tenemos cambio en el número 1 y dos nuevas entradas con el denominador común de beber de las aguas de la música disco, dos de ellas, además, relacionadas con el mundo del cine. Os he dado datos suficientes para que os hagáis una idea de por donde van los tiros así que vamos con ellas.

Tras solamente una semana en lo más alto de nuestra lista, Richard Clayderman y su “Ballade Pour Adeline” cedían el testigo a un grupo que estaba triunfando a lo grande gracias a la banda sonora de una de las películas musicales más exitosas de la historia como fue “Saturday Night Fever”. Efectivamente, los asaltantes al liderato no eran otros que Bee Gees.

La canción perteneciente a esta banda sonora que lograba colocarse en nuestro número 1 no es otra que “Stayin’ Alive” y ocuparía tan privilegiada posición durante tres semanas. Así que para celebrarlo, todos a la pista a bailar.

Vamos ya con las dos entradas que presentaba la lista graminoleña deaquel día y no nos apartamos para nada de la música disco de finales de los 70 ya que la primera de ellas es uno de los temas que está considerado como uno de los auténticos himnos de ese estilo. Una canción inconfudible y bailable por los cuatro costados.

A finales del año 1977 se le encargó a Michael Zager una canción con un marcado ritmo para bailar cuya base fueran unos gritos, así como lo oís. El bueno de Zager, que ya tenía un prestigio ganado, no acogió con demasiado entusiasmo el encargo pero por obligaciones contractuales no tuvo más remedio que ponerse manos a la obra. Lo bueno del caso es que a regañadientes iba a componer uno de los mayores clásicos de la música disco de finales de los 70.

Por si fuera poco, su sello discográfico decidiría publicar este sencillo en medio de la campaña navideña y Zager pensó que no era el momento más adecuado para sacar al mercado una canción de ese estilo, así que no tenía demasiada confianza en poder lograr un gran éxito. Cuan equivocado estaba.

Pocos podían esperar que “Let’s All Chant” se convertiría en un auténtico pelotazo y supondría el mayor logro de toda la carrera de “Michael Zager Band”, poniendo a bailar a todo el mundo y ofreciéndonos uno de esos inicios que todos nos conocemos de memoria con su famoso “uh oh uh oh” en falsete. Eran los mejores tiempos para la música disco que prácticamente todo lo invadía. Nuestra lista no era una excepción y en ella nos acompañaría durante 27 semanas para alcanzar el top 11.

Si las dos canciones de las que acabamos de disfrutar son dos grandes clásicos de la música de los 70, la que viene a continuación lo es todavía más. Para ello nos volvemos a adentrar en el mundo del cine, nos llenamos el pelo de brillantina y nos preparamos para bailar y disfrutar de una de las escenas más famosas del cine musical.

Y es que el año 1978 fue el año de “Grease” y podríamos decir que el estreno de esta película y su correspondiente banda sonora se convirtió en el gran acontecimiento musical de aquel año. Por ello no es de extrañar que sus canciones entraran en las listas de éxitos de todo el mundo una detrás de otra, incluyendo la graminoleña.

La canción que entraba en nuestra lista aquel 7 de octubre de 1978 es posiblemente la más emblemática y exitosa de la película. Su sonido servía para adornar uno de sus momentos estelares, prácticamente al final. Era el momento en el que Sandy (Olivia Newton John) cambia totalmente de imagen para recuperar a Dany (John Travolta”. Para este número a Olivia le dieron carta blanca para que luciera un aspecto explosivo y sería ella la que decidiría embutirse en sus famosos pantalones de cuero negro. Unos pantalones que le estaban tan ajustados que terminaron reventando y para poder utilizarlos tuvieron que cosérselos a su ropa interior.

Por supuesto que me estoy refiriendo a “You’re the One that I Want”, un tema inolvidable tanto por su música como por su puesta en escena.

Curiosamente, esta canción estuvo muy cerca de no ser incluida en la película ya que a su director no le gustaba lo más mínimo, la odiaba. Finalmente se convertiría en el segundo número uno de las listas norteamericanas, la canción preferida por la mayoría de los fans de la pelícua y el verdadero momento estelar de “Grease”. No solamente ocuparía el puesto más alto de las listas norteamericanas ya que en nuestra lista también llegaría a ocupar el número 1, permaneciendo con nostros durante 44 semanas.

EL ÁLBUM DE LA SEMANA

El póster de esta semana está protagonizado por una banda australiana que lograría dar el paso definitivo hacia el estrellato en la segunda párte de la década de los 80, precisamente con el álbum que “La Graminola” ofrece en el día de hoy. Fue publicado en el año 1987 y fue crucial para que INXS se convirtiera en una de las bandas más importantes del momento a nivel internacional.

Este trabajo supuso un paso fundamental en su carrera y se convirtió en uno de los discos más importantes del año transformando a INXS y, sobre todo a su líder y vocalista Michael Hutchence, en auténticas estrellas ya no solamente en su país sino en el mundo entero. Buena música para adornar el póster de nuestra revista de esta semana con ese magnífico trabajo que es “Kick”.

INXS / KICK

El álbum fue publicado en el año 1987 y por aquel entonces INXS eran unos auténticos ídolos en su país natal y habían empezado a introducirse también el mercado norteamericano gracias a su canción “Original Sin” incluída en su anteriro álbum titulado “Listen Like Thieves”. Sin embargo, en Europa todavía no eran un grupo demasiado conocido y querían que esta situación cambiase cuanto antes, por lo que pusieron un empeño casi desemesurado en que su nuevo álbum fuese el que definitivamente les lanzara al estrellato.

Su gran obsesión en el momento en el que se embarcaron en su nuevo proyecto era la de crear un disco en el que prácticamente todas las canciones que lo integraran tuviera potencial suficiente como para ser publicadas como sencillos y lo cierto es que iban a conseguirlo con creces ya que de él se extraerían hasta cinco singles y prácticamente la totalidad del resto de composiciones sonarían una y otra vez en las radios australianas. No cabía ninguna duda, habían dado el salto de calidad que buscaban.

Para que un disco de estas características tenga éxito es indispensable que enganche desde el primer momento y no solamente con los temas que vayan siendo publicados como sencillos. Es fundamental que la canción que abra el álbum sea llamativa y atraiga al público a su primera escucha y ellos lo lograron. El disco se abre con una canción intensa y contundente a más no poder con unas guitarras más potentes que nunca, una batería marcando el ritmo y la voz de Hutchence elevando el tono todo lo que puede, dando como resultado  esta espectacular “Guns in the Sky”

Hasta ese instante, INXS se habían movido preferentemente en el terreno del funk, estilo que les apasionaba, pero eran conscientes de que tenían que introducir algunos cambios en su música si quería saltar al siguiente nivel. Dicho y hecho. Con su nuevo disco iban a girar hacia el pop-rock que  tanto estaba triunfando en aquel momento y ese cambio sería fundamental en su carrera.

El disco está plagado de grandes canciones pero si hay una que destaca sobre las demás en cuanto a popularidad y éxito es la que viene a continuación. Un tema con un ritmo trepidante y pegadizo que se convirtió en el mayor éxito comercial que habían cosechado en su carrera hasta ese instante.

Se trata de “New Sensation”, uno de los grandes clásicos de su carrera, cuyo riff de guitarra que se escucha a lo largo de toda la canción es historia del pop-rock de los 80. Una combinación perfecta de las guitarras, la voz de Hutchence y los coros del resto del grupo que suena así de bien.

Por cierto, la letra de esta canción empieza diciendo “Live, baby live”, espresión que sería utilizada años después para dar título a un álbum grabado en directo con todos sus grandes éxitos y se convertiría en una especie de grito de guerra en sus conciertos.

Cuando se encerraron en el estudio de grabación se dieron cuenta de que si querían dar el salto definitivo a nivel internacional tenían que calar hondo en el público estadounidense. Triunfar en ese mercado era garantía de su expansión a Europa y de ahí al estrellato, por lo que las modificaciones en su manera de hacer música iban a ir dirigidas precisamente a eso, a americanizar de algún modo su sonido.

Sin duda alguna, la canción del álbum que mas se acomoda a estas circunstancias es otro de los temas destacados de “Kick”, en el que Hutchence se muetra más entregado que nunca alternando distintos tonos de voz que le dan una magia especial, amén de un sonido guitarrero excepcional.

La canción en cuestión no es otra que “Devil Inside”, en la que el vocalista de INXS muestra todos sus registros vocales, desde el susurro más arrebatador a los tonos más intensos pasando por el falsete. Una descomunal canción con un inicio pausado que da paso a un desenfreno total. Una gran composición, con un nuevo riff de guitarra inolvidable.

Tal fue el esfuerzo que tuvieron que hacer para que su sonido se americanizase y les abriera las puertas del éxito que alguno de los miembros del grupo no acababan de llevarlo demasiado bien. De hecho Kirk Pengilly llegó a decir que bien estaba que esta canción sonase a pop-rock norteamericano, pero que no acababa de tragar con que el videoclip también se moviera en esas aguas.

Si hay algo que caracteriza a las canciones de este álbum es que muchas de ellas nos ofrecen unos riff de guitarra iniciales inconfudibles. Secuencias de sonido que se hicieron muy familiares y que nada más empezar a sonar nos hacen identificar sin lugar a dudas de que canción se trata. En este sentido rizaron el rizo.

La canción que viene a continuación sigue estas pautas a rajatabla y además tiene una curiosísima historia detrás acerca de su composición y, sobre todo, de ese riff de guitarra tan característico. El autor de esta secuencia guitarrera fue Andrew Farriss que llevaba bastante tiempo dándole vueltas a un riff que encajara en una de las canciones del álbum. Un buen día, tomó un taxi al salir del estudio y justo cuando le iba a comentar al taxista su destino se dio cuenta de que ya tenía lo que estaba buscando. Le dijo que esperara cinco minutos y que de inmediato regresaba, se metió en el estudio y creo ese inconfundible sonido. Lo que sucede es que esos cinco minutos se transformaron en más de una hora de espera para un taxista que estaba ya desesperado. Supongo que cuando se enterara de que de algún modo había formado parte de la historia de una canción como ésta su enojo sería menor.

Esta genialidad no es otra que “Need You Tonight”, una composición en la que volvemos a encontrarnos a un Hutchence susurrante y sensual por momentos y para la que utilizarían secuenciadores y sitentizadores como acompañamiento, dotándola de un ambiente casi mágico y convirtiéndola en otro de los grandes clásicos de su carrera.

Podría decirse que nos encontramos en el momento de mayor inspiración del álbum, ya que la canción que viene a continuación enlaza directamente con “Need You Tonight”, con una misma base rítmica y una composición digna de reseñar. Una canción que además está inspirada en un tema del mismísimo Bob Dylan.

La canción en la que se inspira es “Subterranean Homesick Blues” y con un tono cansino, lleno de guiños al tema que le antecede, nos ofrecen una letra en la que todas sus estrofas ofrecen la misma rima acabada en “ate”.

Con estas premisas, no es de extrañar que “Mediate”, que así es como se titula esta composición, fuese siempre interpretada de manera indivisible con “Need You Tonight” en sus actuaciones en directo, ofreciendo uno de los momentos más espectaculares de sus conciertos, a base de ese ritmo tan identificable con la música que por aquel entonces hacía el mismísmo Prince en compañía de sus espectaculares The Revolutions.

El homenaje a la canción de Dylan se haría extensible al correspondiente videoclip, que presenta la misma estructura en ambos casos con Hutchence en esta ocasión mostrando uno tras otros varios carteles con distintas palabras … todas ellas terminadas en “ate”.

Cuando se encerraron en el estudio de grabación buscando ese álbum definitivo y empezaron a componer algunas de las canciones que iban a llevarles a lo más alto se dieron cuenta de que no tenían suficientes temas con los que confeccionar un disco al completo. Esto les llevó a que su actividad fuera de auténtico desenfreno buscando nuevas canciones y a utilizar una solución bastante habitual en estos casos, la de versionar alguna composición de otro grupo.

El tema que eligieron para versionar pertenecía a un grupo también australiano que allá por los años 60 se convirtieron en unos auténticos innovadores en su país, realizando una música con un sonido marcadamente “mod” y convirtiéndose en los primeros en utilizar en Australia los teclados electrónicos. Su nombre era The Loved Ones.

Así pues INXS readaptarían a su manera uno de los mayores éxitos de este grupo, una de las fuentes de inspiración de su música, ofreciéndonos una grandísima canción con un ritmo muy intenso y una espectacular parte coral. Su título es “The Loved One” y a mí particularmente me encanta.

En sus anteriores discos el funk había sido el estilo que más habían utilizado por lo que cuando grabaron sus nuevas canciones y se las presentaron a su sello discográfico cambiando claramente de fórmula era una auténtica incógnita como iba a reaccionar su compañía. Como suele suceder en estas ocasiones, la primera reacción no fue demasiado buena.

El directivo que les recibió y escucho el álbum al completo no paró de mover la cabeza durante toda su escucha y cuando finalizó, con cara de póker, les diría que les daba un millón de dólares si destruían ese disco y grababan uno nuevo. La indignación de Hutchence y los suyos fue más que evidente pero afortunadamente en la compañía había directivos más inteligentes que sí supieron ver el potencial del álbum que tenían entre las manos y apostaron por su publicación sin introducir ni un solo cambio.

El resultado lo sabemos todos, un éxito rotundo. Y es que el pequeño viraje que dieron hacia sonidos más rockeros caló bastante bien entre el público, siendo una de las canciones más cañeras del álbum este “Wild Life” que con el paso del tiempo resultaría ser premonitorio porque Hutchence terminaría viviendo a lo salvaje con un final bastante trágico como os contaré un poco más adelante.

A continuación llega el que para mí es el momento culminante de este disco. Una canción que en mi modesta opinión es la mejor de toda su carrera y en la que muestran todos sus argumentos para convertirse en esa banda de referencia en la que se transformaron. Una auténtica obra maestra.

Esta canción, a ritmo de balada, fue compuesta por Andrew Farriss y en un primer momento se trataba de una especie de blues en el que el teclado del piano llevaba todo el peso, pero una vez escuchada por Hutchence se introducirían los oportunos cambios para convertirla en una de las mejores canciones que se hayan escrito en la década de los 80, con una letra romántica y sentida hasta decir basta.

Me estoy refiriendo a “Never Tear Us Apart”, una composición que lo tiene todo. Unos arreglos orquestales espectaculares, un dominio total de la batería, un solo de saxo maravilloso y una letra muy romántica en la que Hutchence se luce como nunca. Sin duda alguna, la mejor canción de todo el álbum.

La emotividad de esta canción es más que evidente pero adquiriría unos parámetros excepcionales cuando sonó en el funeral de Hutchence, convirtiéndose en ese momento en un auténtico himno para todos los fans del cantante.

El siguiente tema que aparece en el álbum fue el primero en ser presentado en directo antes de que el disco viera la luz, por lo que podría decirse que se convirtió en una especie de bautismo de fuego en su nueva aventura. Fue la canción utilizada para mostrarle a su público su sonido más evolucionado y ese giro hacia el rock & roll típicamente americano.

Lo cierto es que esa evolución fue acogida por el público gratamente y esta canción en cuestión iba a convertirse en una de sus preferidas en sus actuaciones en vivo. Su ritmo e intensidad eran ideales para que el público bailara y disfrutara a lo grande en cuanto sonaban sus primeros compases y cuando llegaba la parte del estribillo todos los presentes participaban con entusiasmo.

Así pues, “Mistify” puede considerarse como la auténtica prueba del algodón de este álbum y el resultado sería más que satisfactorio. Una gran canción a ritmo de rock que tuvo una repercusión menor al ser eclipsada de algún modo por las canciones más exitosas del disco.

A pesar de su evolución no podían faltar algunos temas con un ritmo más parecido al de sus primeros discos. No podían renunciar tan fácilmente a sus raíces y aunque los cambios eran más que evidentes, a la par que brillantes, hay un par de canciones que siguen sonando a funk claramente.

La que más se desenvuelve en este terreno es la que da nombre al álbum, que si bien no es de las más brillantes ni aclamadas sí que tiene una sección de metales bastante elogiable y un sonido similar a la música que mostraron sobre todo en su álbum de debut.

La consagración que lograrían con este álbum les otorgaría una tremenda popularidad en su país natal, donde ya eran uno de los grupos punteros, pero la que crecio de manera más que evidente fue la figura de Michael Hutchence que poco menos se convirtió en el personaje más admirado y querido por la juvendu australiana. Su carisma, su personalidad, su forma de cantar y su físico le transformaron en el auténtico novio de todas las australianas.

Su talento era más que evidente y todos los miembros del grupo asumían sin mayor problema que él era el auténtico líder de la banda. Todos ellos eran conscientes de que sin Hutchence el grupo posiblemente no tendría razón de ser. Lo que no sabían es que iban a comprobar apenas diez años después que estaban en lo cierto.

Hutchence además demostraba que sabía moverse a la perfección en cualquier tereno y con “Calling All Nations” se atrevería incluso a rapear apoyándose en otro inconfundible riff de guitarra que se repite sin cesar. Otro gran momento.

Llega entonces el momento de cerrar el álbum y, como no podía ser de otra manera, lo hacen de manera espectacular. El cierre de fiesta es una canción con un sonido excepcional y que muestra bien a las claras cuales van a ser sus nuevas señas de identidad a partir de ese instante. Podría considerarse como una especie de resumen de lo que INXS iban a ofrecer en el futuro, y lo cierto es que era bastante bueno.

Sumergiéndose en el espíritu más rocanrolero que podamos imaginar y bebiendo en las aguas del mismísimo Springsteen, se despiden con una canción que debería haber sido publicada como sencillo por el gran potencial que tiene, aunque finalmente no lo hizo. Sin embargo sonaría una y otra vez en las radios australianas convirtiéndose en uno de los temas favoritos del público. Su título, “Tiny Daggers”.

De lo que no cabe ninguna duda es de que “Kick” supuso un antes y un después para la carrera de INXS y significó la transformación de Michael Hutchence en un auténtico icono, sobre todo en su país. Los siguientes años serían intensos y de un éxito inusitado colocando a la banda a la altura de las más grandes del momento. Lamentablemente, todo saltaría por los aires a finales del año 1997.

Por aquel entonces Hutchence mantenía una relación amorosa con la modelo Paula Yates, exesposa de Bob Geldoff, el que fuera líder de la banda The Boomtown Rats. Hutchence acababa de regresar a Sidney y esperaba que su querida Paula llegara procedente de Londres junto con la hija de ambos, Tiger Lily, y las otras tres hijas que ella había tenido dentro de su matrimonio con Bob Geldoff. Éste no permitiría que sus hijas viajasen junto con su madre a Australia lo que llevaría consigo que Paula tampoco lo hiciera.

Esa noche, Hutchence cenaría con su padre y después se marcharía de copas con una pareja amiga, terminando su reunión en la habitación de un hotel donde el alcohol y las drogas les acompañarían. Tras quedarse solo, y después de varias llamadas a Londres intentando desbloquear la situación y, según se dice, tras una acalorada discusión con  Geldoff, la depresión más absoluta se apoderaría de él.

A la mañana siguiente, una de las camareras del hotel encontraría su cuerpo sin vida en la habitación con evidentes signos de asfixia. A pesar de que en algún momento se habló de extraños juegos sexuales y demás sensacionalismo barato, la investigación policial dictaminaría que se trataba simplemente de un suicidio. Michael no pudo soportar no poder ver a las dos personas que más quería y decidió quitarse la vida.

Como si de una tragedia griega se tratara, al más puro estilo Romeo y Julieta, Paula Yates, que perdería la custodia de sus hijas, incluida Tiger Lily, en favor de Bob Geldoff, en el año 2000 decidiría también quitarse la vida.

La muerte de Michael Hutchence dejaría conmocionada a toda Australia que daría tratamiento casi de funeral de estado a su entierro, tratando con un gran tacto los rumores de como murió realmente, contrastando con el amarillismo de los numerosos periodistas británicos que viajaron a las Antípodas buscando carnaza. De lo que no cabe ninguna duda es de que su legado fue excepcional y como muestra vale el botón que hemos disfrutado en el día de hoy, este magnífico trabajo que es “Kick”.

LISTA DE LOS AÑOS 80

Tras disfrutar de este grandísimo trabajo de INXS publicado en el año 1987, nos situamos a continuación tan sólo un año después para hacernos eco de las dos nuevas entradas que registraba la lista graminoleña que estrenábamos el 9 de octubre de 2018. Dos canciones con el denominador común de moverse en las aguas de un mismo estilo que empezaba a adueñarse de todo el panorama musical internacional y que aún continúa haciéndolo en nuestros días como es el hip-hop.

Este estilo que surgió a principios de la década estaba en su máximo apogeo y eran muchos los artistas que se movían en este terreno sustituyendo al sonido de la música disco como preferente a la hora de bailar en las pistas de baile. Por este motivo no era de extrañar que nuestra lista empezase a llenarse de temas que se movían en este terreno.

Los protagonistas de la primera entrada que se producía aquel día son tres jóvenes norteamericanos que se hacían llamar BVSMP, que no es otra cosas que las siglas de la expresión “Baby Virgo Shocking Mister P”, quienes se hicieron bastante populares con un par de canciones, entre las que se encontraba la que nos vas a ocupar a continuación, aunque no tendrían mucho más recorrido y trascendencia dignos de destacar.

La verdad es que la música de estos chicos sonaba toda igual y pasado el momento de la novedad caerían en el olvido. Eso sí, les daría tiempo a dejarnos un pan de éxitos como fue “Be Gentle”, canción con la que permanecerían en nuestra lista durante 41 semanas para alcanzar el top 2.

La segunda entrada que registraba la lista graminoleña de aquel 9 de octubre de 2018 se movía en el mismo terreno y llegaba de parte de un trio procedente trambién de los Estados Unidos que habían adquirido una tremenda popularidad hasta el extremo de haber protagonizado incluso alguna película. Un grupo que se salía de la imagen habitual del resto de los que utilizaban el hip-hop para triunfar y que gracias a su comportamiento gamberro y excéntrico lograron calar en el público. Estoy hablando de The Fat Boys.

Los nombres de batalla de sus tres componentes eran Prince Markie Dee, Kool Rock-Ski y Buff Love y todos ellos presentaban un físico marcado por unos cuantos kilos de más y una puesta en escena en la que no disimulaban sus deseos de comer, beber y divertirse a la menor oportunidad.

Sus primeros pasos los dieron dentro del mundo de la publicidad, apareciendo en algunos spots de la cadena televisiva MTV. No pasarían desapercibidos y muy pronto llamarían la atención del público, por lo que en el año 1984 publicarían su primer disco, de título homónimo, obteniendo bastante éxito y convirtiéndose en uno de los grupos de hip-hop más populares de la década de los 80.

Durante su carrera sería bastante habitual que realizaran versiones actualizadas a ritmo de rap de grandes clásicos de la música, contando en algunas ocasiones con la compañia de los artistas que llevaron al éxito esas mismas canciones. En el año 1988 contarían con la colaboración del mismísimo Chubby Checker para realizar juntos una original versión de “The Twist”, alternando la voz tan particular de Checker con sus raps y su ritmo. Esta versión permanecería en nuestra lista durante 40 semanas para alcanzar el puesto número 3 como mejor registro.

Buff Love, cuyo verdadero nombre era Darren Robinson, fallecido en el año 1995, pasaría a la historia como el auténtico pionero en relizar con su boca un sonido cercano a la percusión que se convertiría de manera inmediata en una de las señas de identidad de los mejores raperos. Esta técnica recibe el nombre de “beatboxing”.

LISTA DE LOS AÑOS 90

Dos son también las entradas que registraría la lista graminoleña de los 90 de la que nos ocupamos en el día de hoy. La estrenábamos el 11 de octubre de 1998 y nos ofrecía dos canciones llenas de ritmo, una de las cuales se convirtió en uno de los temas más destacados de ese año.

Empezamos con un tema discotequero creado por el DJ alemán Mustafa Gundogdu, conocido artísticamente como Mousse T, quien adquirió bastante popularidad en su país natal durante aquella época, logrando dar el salto en cuanto a éxito al resto de Europa con la composición que colocaba en nuestra lista aquel día, la cual alcanzaría gran popularidad gracias a ser incluída en la banda sonora de la famosa serie televisiva “South Park”.

Normalmente se desenvolvía en el terreno del “house”, pero en esta ocasión nos ofrecería una canción con un marcado sonido funk en la que contaría con la colaboración en la parte vocal de la cantante Inaya Day. El resultado sería este “Horny 98” que nos acompañaría en la lista durante 8 semanas para alcanzar el top 31.

Con el paso de los años y la irrupción de la música electrónica junto a la avalancha de DJs que comenzaron a convertirse en estrellas, su figura se fue diluyendo, terminando donde acaban muchos cuando su momento se agota, como jurado en la versión alemana del concurso de talentos “American Idol”.

La segunda entrada que se producía en la lista de aquella semana se convertiría en una de las canciones más destacadas del año 1998 y vendría de la mano de una artista que acababa de publicar su tercer trabajo y que iba a alcanzar el punto culminante de su carrera gracias precisamente al éxito de esta composición. Se trata de la londinense Des’Ree.

Desde muy joven se inició en el mundo de la música y gracias a sus continuas visitas a Barbados, de donde eran originarios sus padres, fue empapándose de las tendencias musicales de la zona, caracterizando su sonido por continuos guiños al reggae y al calypso.

En el año 1998 publicaba su tercer álbum, bajo el título de “Supernatural”, en el que se incluía el que iba a convertirse en el mayor éxito de toda su carrera y su espaldarazo hacia el mercado internacional. Se trata de una canción optimista y vitalista, en la que alcanza tonos graves bastante llamativos y que sonó hasta la saciedad en las emisoras de radio. Su título es “Life” y permanecería en nuestra lista durante 52 largas semanas para alcanzar el top 2.

El tremendo éxito que alcanzaron tanto esta canción como el álbum parecía augurar una carrera larga y duradera. Sin embargo, cosas de la música, no dio con la tecla para seguir triunfando y únicamente publicaría un disco más en el año 2004 para desaparecer literalmente de la circulación.

LISTA DEL NUEVO MILENIO

Finalizamos ya el repaso a las listas graminoleñas de esta semana situándonos en el 5 de octubre de 2008 para saborear detenidamente la única entrada que se producía aquel día. Una canción que a mí personalmente me encanta y que invita a bailar desde sus primeros compases. Un tema que nos llega de la mano de una descomunal artista como es Madonna, la auténtica reina del pop.

En aquel momento se encontraba en su etapa más “dance”, algo que iba a caracterizar la música que se incluía en su álbum “Hard Candy”, publicado ese mismo año. Este disco estaba repleto de música para bailar interpretada como siempre con su inimitable estilo y, una vez más, lograría un rotundo éxito en todo el mundo.

Entre las canciones que componen el álbum se encuentra “Give It 2 Me”, un tema compuesto a medias con Pharrell Williams, quien además se ocupa de parte de los coros, en la que se muestra más discotequera que nunca con la inclusión de unos arreglos de percusión con instrumentos procedentes de África que le dan un aire muy especial. Fue una de las canciones más bailadas en las discotecas ese año y en nuestra lista nos visitaría durante 28 semanas alcanzando el top 17.

Como es habitual en la carrera de Madonna, los “enterados” de turno interpretaron que la canción hablaba de sexo, pero lo cierto es que se trataba de una especie de canción autobiográfica que hablaba en sentido metafórico de lo que había sido su carrera musical durante las tres décadas que llevaba en el candelero. Una de sus virtudes fue no dejar nunca indiferente a nadie y ésta no iba a ser una excepción.

TAMBIÉN ES MÚSICA

Como ya sabéis, por esta sección desfilan toda clase de artistas y toda clase de músicas que sirven para demostrarnos de alguna manera que todo vale para lograr triunfar aunque solamente sea una vez en la vida. Lo de que todo vale encaja a la perfección en las tres canciones que vienen a continuación ya que, como vamos a comprobar, de la manera más inesperada alguien puede publicar un sencillo que por raro o disparatado que pueda resultar llega a alcanzar una gran popularidad.

El clero, la nobleza y un grupo que durante la época de “La Movida” alcanzó un inusitado éxito son los protagonistas de la sección “También es Música” del día de hoy. Los dos primeros se aprovecharon de su estatus para publicar sus discos mientras que el tercero se daría el gusto de publicar un disparate de canción, saliéndose de las pautas habituales. Sin más dilación vayamos con ellas.

SOEUR SOURIRE / DOMINIQUE

STEPHANIE / IRRESISTIBLE

La primera canción que protagoniza la sección más divertida de nuestra revista tiene tras de sí una curiosísima historia que viene a demostrar lo que os comentaba, el éxito puede aparecer en el momento más inesperado y de la mano de la persona más insospechada. En esta ocasión sería una monja belga la que sorprendiendo a propios y extraños lograría un tremendo éxito con la interpretación de una canción tradicional, llegando incluso a ser número uno en los Estados Unidos. Así, como lo oís.

La historia se inicia a finales del año 1963 cuando una monja de la orden de Santo Domingo llamada Jeanine-Paule Deckers graba una canción popular dedicada a ese mismo santo, de título “Dominique”, tomando el nombre artístico de Soeur Sourire, aunque también era conocida como The Singing Nun.

Esta mujer, tocando su guitarra, cantando en francés y acompañada de un coro de monjas de la misma congregación, sorprendería a propios y extraños alcanzando un tremendo éxito en Bélgica y Francia y extendiendo poco después su dominio al resto de Europa. El colofón final llegaría cuando publicó pocos meses después la correspondiente versión en inglés y logro alcanzar el número uno de las listas de ventas en los Estados Unidos, algo que por aquel entonces solamente estaba al alcance de los más grandes.

Dado el tremendo éxito que obtendría con esta canción y la repercusión mediática que traería consigo, la monjita decidió abandonar el convento y dedicarse al mundo de la música. Lamentablemente la historia no tendría un final feliz ya que el éxito se fue de la misma manera en la que vino y una vez finalizada la novedad que suponía ver a una monja con sus hábitos interpretar una canción como ésta, el público poco a poco se fue olvidando de ella.

Durante unos cuantos años, Soeur Sourire atravesaría momentos bastante complicados, cayendo en la bancarrota y pasando por situaciones de penuria económica que la fueron llevando a un estado de ánimo bastante precario hasta que en el año 1985 decidió suicidarse. Como vemos, una historia que comenzó de una manera feliz e ilusionante acabaría de forma muy trágica.

STEPHANIE / IRRESISTIBLE

No adentramos ahora en el mundo de la nobleza europea ya que nuestra siguiente protagonista es una de las princesas más famosas de la historia moderna, con una vida intensa y llena de sobresaltos y aventuras que en el año 1986 también se dio el capricho de publicar un disco. Estoy hablando de Estefanía de Mónaco.

El disco saldría al mercado bajo el título de “Besoin” y aunque parezca mentira, era tanto el tirón que tenía la princesa que se convirtió en uno de los discos más vendidos en Francia en aquel año y el primer sencillo que apareció en el mercado llegaría al número uno de las listas de éxitos francesas. Estefanía tomaría el nombre artístico de Stephanie y protagonizaría uno de los momentos más destacados de la música en Francia por aquellas fechas.

Para poder triunfar también en el mercado anglosajón publicaría la correspondiente versión cantada en inglés que llevaría el título de “Irresistible”, pero los resultados que obtendría en el Reino Unido no serían tan exitosos como los logrados en Francia. De cualquier modo, este tema romanticón se haría bastante popular a pesar de que voz, lo que se dice voz, no es que tuviese demasiada. Ya me entendéis.

Animada por el éxito cosechado por su álbum de debut en países como Francia y Alemania, Stephanie  se trasladaría a los Estados Unidos con la intención de grabar un segundo disco. Éste no llegaría hasta el año 1991 y sería un fracaso tan estrepitoso que decidiría dejar la música, aunque esporádicamente ha publicado algún que otro sencillo.

MODESTIA APARTE / CHIRIMOYA

Para cerrar la sección de “También es Música” del día de hoy abandonamos el mundo de la nobleza y nos centramos en un grupo que en la década de los 80 alcanzó una tremenda popularidad siendo considerado como uno de los grupos pertenecientes a ese “fenómeno fans” que tanto se propagó en aquellos años. Me estoy refiriendo a Modestia Aparte.

En el año 1988 publicaban su primer disco bajo el título de “Por Amor al Arte” con el que lograrían un rotundo éxito gracias a un pop sencillo, con unas letras pegadizas y unas melodías que invitaban a bailar. Muchas de las canciones de este disco alcanzarían una gran popularidad, entre ellas la que nos va a ocupar a continuación, un auténtico disparate que en el verano de aquel año iba a ser una especie de himno en cualquier noche de marcha que se preciase.

Este disparate nos mostraba a los miembros del grupo imitando a distintos personajes de los dibujos animados de nuestra niñez y contaba con una letra que decía cosas tales como “nene, yo te quiero intramuscular, nene yo te quiero aviculturar …”. Como muchos os estaréis imaginando estoy refiriéndome a “Chirimoya” uno de los éxitos más inexplicables del pop español de la década de los 80.

Durante unos cuantos años, Modestia Aparte lograron un tremendo éxito, pero de repente, en el año 1994 anunciaron que lo dejaban. Ese éxito se les subió un tanto a la cabeza y provocó muchas tensiones y enfrentamientos entre los miembros de la banda, que finalmente arrojarían la toalla, no sin antes dejarnos una canción ideal para incluirla en la sección más divertida de “La Graminola”.

LA ÚLTIMA DE LA GRAMINOLA

La contraportada de esta semana viene cargada de muy buena música y con estilos muy dispares y contrastados. Además, en lugar de tres canciones nos ofrece cuatro porque, lamentablemente, en los últimos días se están sucediendo una serie de desapariciones de grandes figuras que merecen un pequeño homenaje por nuestra parte. Así que sin más vayamos con el fin de fiesta del número de hoy.

EFEMÉRIDE

Para empezar vamos a celebrar el cumpleaños de uno de los dos miembros de un grupo norteamericano de raza blanca que arrasó con su música durante los 80 y principios de los 90 a pesar de moverse en un estilo que estaba protagonizado casi en exclusiva por gente de color. Daryl Hall cumple años en el día de hoy y junto a su amigo John Oates nos dejó momentos verdaderamente brillantes e inolvidables. Buena música, buenas composiciones y una compenetración vocal excepcional eran sus señas de identidad. Así que a disfrutar.

La efeméride de esta semana nos lleva hasta el año 1946 momento en el que se producía el nacimiento del que iba a convertirse unos cuantos años después en el 50% de un dúo norteamericano que iba a convertirse en una de las referencias más importantes del soul de los 80. Estoy hablando de Daryll Hall, quien con su inseparable John Oates iban a ofrecernos muy buena música, aun siendo blancos, en un terreno casi ocupado en exclusiva por negros.

Había una película que se titulaba “Los Blancos No Saben Meterla” (que nadie se asuste que iba de baloncesto). Pues algunos dicen que los blancos no saben cantar soul y Hall & Oates se encargaron de demostrar que la realidad era muy distinta ya que, sobre todo en sus primeros tiempos, fueron capaces de captar la atención de incluso el público más purista de este estilo, convirtiéndose en poco más o menos que abanderados de lo que se dio en denominar “blue eyed blues”.

Además, tienen una curiosa historia a la hora de iniciar su colaboración, una auténtica historia de película. Hall & Oates se conocieron en la Universidad. Ambos tenían sus propias bandas y compitieron en un concurso de música de esos que tanto les gusta a los americanos. Como si de “American Pie” u otra película similar se tratara, en el duelo entre las dos bandas se montó una gorda y ambos salieron por piés coincidiendo en la huida. Desde ese momento se harían inseparables y darían lugar a uno de los dúos del soul y rhythm & blues más importantes de la música moderna.

Su progresión fue meteórica y terminaron convirtiéndose en poco menos que un auténtico fenómeno de masas. Eso sí, también atravesarían su pequeño bache con un ligero estancamiento que sería solucionadoc con creces con la publicación de su disco “Voices” en el que daban un pequeño giro hacia el rhythm & blues e incorporaban un sonido un tanto más comercial a sus canciones.

Con este disco triunfarían a lo grande en Estados Unidos y les serviría para abrir de par en par el mercado europeo que hasta ese instante se les había atrangantado. En él se incluyen grandísimas canciones, como “I Can’t Got For That (No Can Do)”, una espectacular composición que podría considerarse como el pistoletazo de salida hacia el éxito más rotundo que lograrían a partir de ese momento.

NOS HA DEJADO

Cualquier muerte es trágica, pero la de Jerry González, por inesperada y producida como consecuencia de un incendio, lo es más todavía. Recordamos la figura de uno de los pilares del jazz-latino. Uno de los grandes.

El jazz está de luto. La noche del pasado 1 de octubre nos dejaba de la manera más inesperada uno de los grandes maestros del jazz latino como era Jerry González. Un incendio producido en su domicilio ubicado en el madrileño barrio de Lavapiés acababa con su vida por inhalación de humo. No se trata de un músico altamente mediático ni conocido por gran parte del público, pero sí que era un grandísimo artista que supo llevar al jazz al terreno de la música latina como nadie.

Estadounidense de ascendencia portorriqueña, Jerry formó junto a su hermano Andy los grupos Conjunto Anabacoa y Experimental Nuevayorkino, que le permitieron colaborar y compartir escenario con todos los grandes del jazz de su país. Su carrera daría un giro inesperado, a la par que afortunado, en el año 2000 cuando intervino en la película “Calle 54” de Fernando Trueba, compartiendo protagonismo con gente de la talle de Gato Barbieri, Bebo Valdés o Tito Puente, entre otros. Con el estreno de este largometraje en nuestro país se daría a conocer en España, convirtiéndose en uno de los artistas más admirados del ambiente jazz de por aquí.

Desde ese momento sería invitado a participar en diversos festivales y conciertos en nuestro páis, afincándose definitivamente en Madrid atraído principalmente por las posibilidades que le daba fusionar el jazz que tanto amaba con ese flamento tan nuestro, dejándonos momentos inolvidables con gente de la talla de Enrique Morente, Javier Limón, Niño Josele o Diego el Cigala. La manera que él tenía de tocar la trompeta y la percusión aderezada con los “quejíos” de las principales voces flamencas de nuestro páis dieron resultados verdaderamente espectaculares.

Siguiendo en esta línea, valga como pequeño tributo a su figura este grandísimo momento que nos ofreció en sus habituales espectaculares directos, en esta ocasión acompañado de Chano Domínguez interpretando “Rumba pa’ Jerry”.

LA EDAD DE ORO DE LA MÚSICA ESPAÑOLA

En su día fueron muy grandes al frente de dos de los grupos más destacados del pop español de finales de los 60 y principios de los 70 y cuando sus respectivas bandas terminaron disolviéndose intentaron seguir en el candelero con la publicación de un disco juntos, aunque con resultados muy desiguales. Hoy nos visitan dos grandes artistas como Teddy Bautista y Pepe Robles.

Los protagonistas de la sección que nuestra contraportada dedica habitualmente  a la música española de esta semana son dos grandes artistas de la historia de nuestra música que tras finalizar sus correspondientes recorridos con las bandas que les dieron a conocer, darse cuenta de que los tiempos habían cambiado y que parecía que su sitio estaba en otro lugar, decidieron publicar un disco juntos en el año 1981 dejándonos algunas canciones de bastante mérito aunque sin el respaldo comercial deseado.

Ellos dos son Teddy Bautista, líder indiscutible de una de las mejores bandas que jamás haya dado nuestro país como fueron Los Canarios, y Pepe Robles, fundador de uno de los grupos más innovadores en su día como fueron Los Módulos. Bautista ya hacía tiempo que había abandonado su grupo y se dedicaba más a tareas de composición y producción, mientras que Robles llevaba por aquel entonces solamente dos años fuera de circulación. En el año 1973 sufrió un grave accidente de coche que le tuvo bastante tiempo fuera de la actividad de su banda, situación de la que no se recuperarían decidiendo disolverse en el año 1979.

Dos años después no pudieron resistir la tentación del gusanillo de intentar reconducir sus respectivas carreras y juntos publicaron un disco titulado “Radioactivo” con el que demostraron que su profesionalidad permanecía intacta pero que sus mejores momentos habían pasado. Eso sí, nos dejaron un buen puñado de canciones contrastando el carácter intenso y la voz rasgada de Bautista con la gran capacidad para componer y manejarse en los terrenos del pop de Robles.

La canción que más repercusión tendría de este álbum sería “Beatriz”, un tema con continuas subidas y bajadas, con un estribillo pegadizo y un ritmo cercano al medio tiempo, que les sirvió tanto para volver a sentirse músicos de verdad como para darse cuenta de que aquello de “cualquier tiempo pasado fue mejor” era más que una realidad.

NOVEDAD

La novedad de la semana nos la traen los norteamericanos “Low”, un trío que celebra sus 25 años juntos con la publicación de su disco más arriesgado. Se trata de “Double Negative”, un álbum en el que experimentan con sonidos llamativos y complejos pero que conserva la habitual línea de su música.

El disco recomendado por “La Graminola” de esta semana nos llega de la mano de un grupo que lleva ya 25 años en la carretera ofreciéndonos una música que no deja indiferente a nadie y con la que disco tras disco no paran de sorprendernos. Siempre tienen algún as en la manga y el disco que acaban de estrenar no es una excepción.

Estoy hablando de Low, el grupo formado por los norteamericanos Alan Sparhaw, Mimi Parker y Steve Garrington que acaban de publicar su disco “Double Negative” para demostrar que se puede tener tras la espalda una carrera de 25 años y ser capaces de ofrecer algo nuevo en cada disco sin perder su esencia. Cierto es que en esta ocasión para muchos se les haya podido ir la mano con el tema de la innovación, pero lo cierto es que nos encontramos ante un disco que si bien a la primera escucha puede resultar un tanto árido, tras hacerlo varias veces nos empieza a atraer cada vez más.

Low siempre se ha movido en las aguas de lo que ha dado en denominarse “slowcore”, término que se utiliza para calificar a un estilo que se mueve en el terreno del rock duro y potente pero con unos arreglos muy sencillos, un sonido más pesado y un ritmo de acompañamiento más lento y pausado. Lo cierto es que en este nuevo álbum siguen ofreciendo más de lo mismo pero con unos arreglos bastante arriesgados con los que van a intentar seguir atrayendo a sus incondicionales.

En esta oportunidad han arriesgado mucho ya que a su sonido habitual le han añadido una serie de arreglos que nos recuerdan a la música industrial de los 80, que unidos a la habitual contundencia de su guitarra y bajo, nos dejan una serie de canciones en las que por momentos parece que el disco pueda tener algún defecto. Un sonido distorsionado en ocasiones, hasta defectuoso en algún momento, que es el que estos tres chicos han querido ofrecer a su público para seguir sorprendiendo. Y bien que lo han conseguido.

Desde el primer tema del disco podemos apreciar todos estos aspectos, pero sí he de elegir una de sus canciones yo me quedaría con “Disarray”, un gra tema en el que demuestran que con solamente tres miembros son capaces de hacer mucho, pero que mucho ruido. Y bien que lo agradecemos.

Como habréis comprobado, la contraportada de hoy es espectacular y con música de todos los estilos. Ya sabéis que en la variedad está el gusto y os aseguro que en siete días tendremos más variedad dentro del mágico mundo de la música.

Hasta entonces, Graminoleños.

JUAN JOSÉ GOMARIZ