Desde que Jordi Pujol confesó la situación irregular de sus cuentas en Andorra parece haberse abierto un concurso para ver quien demuestra más hipocresía y queda más en evidencia.
En primer lugar un buen número de políticos, coetáneos de Pujol, de su coalición, la mayoría todavía en activo, han expresado su inmensa sorpresa y han declarado estar anonadados por la noticia. Lo siento, pero no me creo que no tuviesen ni tan solo sospechas, no ya de las cuentas exteriores de la familia Pujol, sino sobre todo de las operaciones de sus hijos. El que se lleva la palma en esta increíble actitud de sorpresa es Joan Rigol, antiguo conseller y presidente del Parlament, que hizo un patético discurso por TV declarándose totalmente hundido por la noticia.
También se han lucido las cavernas mediáticas y políticas. Los mismos que llevan meses y años justificando e incluso negando las fechorías de PP y PSOE, los mismos que han borrado impunemente la memoria de ordenadores y usado otros medios para hacer desaparecer información debajo de la mismísimas narices de los miembros que ellos mismos han colocado en los Altos Tribunales, los mismos que consiguieron mandar a un fiscal a que sacase a Blesa de la cárcel, piden ahora que se busque un monte que se parezca al Gólgota para crucificar a la familia Pujol en pleno.
No solo no me opongo, sino que si pudiese exigiría a voz en grito que sobre los miembros de la familia Pujol que han delinquido, y sobre la larguísima lista de corruptos impunes de este país, caiga todo el peso de la Ley, y que lo haga además de manera contundente, pero que sea precisamente la caverna madrileña la que hace más ruido contra Jordi Pujol, tiene bemoles.
El ataque de la caverna a Pujol ratifica una vez más que nuestra Justicia no es ni autónoma ni independiente sino que se mueve en un sentido u otro en función de los intereses de lo que Pablo Iglesias llama la Casta, y en consecuencia en este país la justicia no solo no es igual para todos, sino que existen instrucciones, montajes y estructuras muy concretas que garantizan que la Justicia NO se impartirá en función de las leyes y las evidencias de cada caso, sino única y exclusivamente en relación con la persona a la que se está juzgando y los intereses mencionados, y que cualquier juez que pretenda salirse de las normas no escritas, será debidamente arrinconado. Hace años que corren rumores describiendo a la Sra. Ferrusola, esposa de Jordi Pujol, algo así como el “capo” del grupo, y si la investigación y juicio del caso fuese seria, es decir si no se efectuase en España, y los rumores fuesen ciertos probablemente sería imputada de gravedad, pero que los que más insisten en que se la crucifique sean los mismos que se ofenden porque se pretende imputar a una señora que era accionista y estaba en el Consejo de Administración de las empresas implicadas en los líos de su marido, y exigen que se deje de “molestar” a la infanta Cristina, también tiene bemoles.
También estoy hasta las narices de los correligionarios de Jordi Pujol que afirman rotundamente que lo mucho que Catalunya le debe compensa sobradamente sus deslices financieros. Lo menos que podrían hacer cuando sueltan una burrada de este estilo es dejar bien claro que se está expresando una opinión personal, porque hay quien no está en absoluto de acuerdo, e incluso los hay que, como yo, piensan que Catalunya no solo no le debe nada a Pujol, sino que su gestión fue un desastre por las razones que ya he dado en notas anteriores, y que debía su extinta popularidad a razones sentimentales, que siempre supo manejar muy bien, y no a razones objetivas.
No es difícil llegar a la conclusión de que Jordi Pujol es una persona extremadamente inteligente y culta, pero que falla en honestidad, que tiene una familia que no le llega a la suela del zapato, excepto en deshonestidad, donde algunos de sus parientes le sobrepasan en mucho. Aparte su desastrosa gestión como defensor de los intereses de Catalunya, que hoy estamos pagando, con el agravante de tener a su lado a Trias Fargas que le iba advirtiendo de donde se equivocaba, la gestión de sus “deslices financieros” tanto los suyos como los de sus parientes también ha sido desastrosa, y el peor de los defraudadores podría hacer una larga lista de los riesgos innecesarios que han corrido, y de paso recomendaría a su primogénito no llevarse a su amiguita a los viajes “especiales”, y no hacerle comentarios ni tan solo sobre las monedas que lleva en el bolsillo. Además en este tema ocurre exactamente lo mismo que con Trias Fargas en la gestión de la política económica, porqué en el partido que fundó Pujol hay verdaderos expertos en la generación y el manejo internacional de fondos sin dejar rastro ni correr riesgos.
Como muestra de que la gestión de problemas no es el punto fuerte de la familia Pujol, un botón muy reciente: los periódicos informan que están preparando una posible demanda contra el banco andorrano por haber filtrado la información sobre su cuenta. ¿Pero, no habíamos quedado que su confesión tenía una motivación honesta?, con esta noticia, si es cierta, queda probado lo que todos sospechábamos: que su confesión solo pretendía adelantarse al inminente conocimiento público del hecho. Encima si demandan al banco es muy poco probable que consigan nada porque nada van a poder probar, sobre todo después de los discursos sobre billetes de 500 Euros de la amiguita de Jordi Pujol Ferrusola.
En fin, Spain is different, desgraciadamente. New York puede que sea la gran manzana, pero seguro que España es la gran banana.