La mayoría de la población se alimenta de una manera, influenciados por la tradición familiar, la educación escolar, impulsos inconscientes y la publicidad de la industria alimenticia.
Si mejoramos nuestra alimentación, mejorará el funcionamiento de nuestro cuerpo (mente incluida). Esto hará menos probable el enfermar y favorecerá la decisión del instinto de conservación de curarnos.
Hay opiniones muy diversas que critican la alimentación actual. Te voy a presentar algunas de ellas y darte pistas para que conozcas mejor sus propuestas
* Desde la medicina convencional: Por ejemplo en 1985, los doce gobiernos europeos, asustados por el aumento del cáncer y al encontrar una relación con la forma de alimentarnos, pusieron en marcha el programa “Europa contra el cáncer”, que recomienda aumentar el consumo de verduras y frutas frescas, comer a menudo cereales integrales y limitar el consumo de alimentos ricos en grasas (sobre todo de origen animal). Llaman la atención al hecho de que nuestros abuelos comían carne una o dos veces a la semana, y en la actualidad se consume diariamente, lo que está contribuyendo al aumento de cáncer.
Tanto la FAO (organización de las naciones unidas para la Agricultura y la Alimentación), como la OMS (Organización Mundial de la Salud), están empeñados en que la población aumente el consumo de frutas y verduras (al menos 5 raciones diarias de 150 gr), para reducir la alta tasa de enfermedades crónicas.
* La Macrobiótica, basándose en la filosofía oriental del equilibrio yinyan, propone un tipo de dieta donde el 50% sea cereal integral, el 30% verdura cocida y pequeñas cantidades de carnes, pescados, huevos y frutas, evitando azucares refinados, leche y derivados. Hacen hincapié en que los alimentos sean biológicos (que en su producción y conservación no entren productos químicos).
* La alternativa Vegetariana, nos advierte que nuestro aparato digestivo no está preparado para el consumo de carnes y pescados. Es una intuición antiquísima de la que ya hablaba el filósofo y matemático griego Pitágoras (siglo VI a.de C.), y le siguieron Sócrates, Platón, Ovidio y Plutarco. Posteriormente, otros personajes como Leonardo da Vinci, Einstein o Gandhi, defendieron la idea vegetariana.