En la costa oeste de Francia nos encontramos con una duna de arena de 87 hectáreas cuya altura oscila entre los 80 y 107 metros; casi nada. Los franceses la llaman la Grande dune du Pilat, y no es para menos, ya que esta enorme formación arenosa es la más alta de Europa. Una muralla natural que da paso al Atlántico, que se encuentra en el Golfo de Vizcaya, y que sorprende sólo con verla en el mapa; en el que ocupa una considerable extensión. Aunque ésta se encuentra protegida por el estado francés, así como el bosque en que la rodea, el Parque Natural de las Landas de Gascuña, es posible visitarla y pasear sobre ella.
Para ello, ésta cuenta con unas escaleras de madera que permiten ascender hasta la duna, aunque hay que decir que a mitad de camino los peldaños comienzan a estar cubiertos de arena y la ascensión cada vez resulta más complicada. Es importante ir bien preparados, ya que subir hasta arriba es bastante cansado.
Sin embargo, sólo por las vistas que ofrece su cima ya merece la pena el esfuerzo. Desde aquí podremos ver los cultivos de las ostras, que son muy típicos en toda la costa atlántica gala. Asimismo, también se tienen unas increíbles vistas de las Landas, cuyo verde intenso contrasta con el montón de arena dorada. Precisamente de ese montón es de donde recibe el nombre la duna de Pilat, ya que esta última palabra significa pila o montón en francés. Si te has quedado con ganas de visitarla, se encuentra relativamente cerca de la frontera española, en la Bahía de Arcachón, comarca de Pays de Buch.
Para mi, personalmente, es una de las visitas más recomendadas en la costa atlántica francesa, ya que su inmensidad y belleza no dejan indiferente a nadie.
Imagen: Viajerosblog