Media España se ha sentido sorprendida al comprobar cómo el PSOE ha estampado su firma, junto a Unidas Podemos y todos los partidos nacionalistas e independentistas del Congreso de los Diputados, en lo que han llamado un «manifiesto en favor de la democracia», un texto en el que los socialistas coinciden con las ideas de ERC, Junts per Catalunya, la CUP y Eh Bildu, además del PNV, BNG, Más País y Compromis.
El manifiesto constituye una respuesta del bloque de la investidura, al que se han unido otros, al discurso de Santiago Abascal como candidato de VOX en la moción de censura. Estos diez grupos parlamentarios suscriben un texto en el que expresan que «Queremos reafirmar nuestro compromiso con los derechos humanos, la democracia, la justicia social y la igualdad entre todos los ciudadanos y ciudadanas, sin importar el lugar donde hayan nacido, su género, creencias religiosas u orientación sexual».
El manifiesto sería hermoso si fuera sincero y creíble, pero si se analizan sus firmantes y sus actos uno encuentra allí sangre, asesinatos, violencia, violaciones constantes a los derechos humanos, corrupción para parar un tren, totalitarismo, crueldad y todo tipo de traiciones y rechazos a la democracia, a la libertad y a los derechos humanos que dicen defender.
El manifiesto es la consagración de la mentira y la exaltación de la estafa como método de gobierno y núcleo de la política, además de una paradoja terrible. Que los comunistas, cuya historia está inundada de sangre y jalonada con un centenar de millones de muertos, asesinados por su Estado, y los defensores del terrorismo, unidos a los promotores del odio y la ruptura de España, digan que respetan la democracia y los derechos humanos constituye una mentira estruendosa, a la que, de manera incomprensible, se suma el PSOE, al que muchos siguen considerando un partido político decente y español.
El texto apunta que «los discursos racistas, xenófobos, machistas que hemos escuchado en lo que va de legislatura por parte de la extrema derecha y derecha extrema son incompatibles con los valores propios de un sistema democrático y suponen un peligro para la convivencia», pero no dice nada de las mentiras y engaños del gobierno, de la violencia ejercida por algunos de sus firmantes, de las violaciones de los derechos humanos que son pan de cada día en el País Vasco y Cataluña, del furioso y brutal totalitarismo que esconden los comunistas, que son la espina dorsal del gobierno de Sánchez, y de las muchas tropelías, corrupciones y atentados contra la democracia y la decencia, como el reciente intento de dominar al Poder Judicial, capitaneado por el PSOE y ante el cual Europa ha hecho sonar las alarmas de defensa de la democracia.
Mucho nos tememos que ese "Manifiesto en favor de la democracia" sea el pistoletazo de partida para la ilegalización de VOX, el único partido al que tienen pánico los miserables en España porque tiene su mochila limpia, porque no le debe nada a nadie y porque cada día gana mas partidarios entre la ciudadanía indignada y entre los millones de españoles que trabajan y buscan prosperar, los que se han convertido en víctimas del mal gobierno socialista y comunista que domina España.
Francisco Rubiales