Este proyecto cuyos inicios se remontan al menos a 2007, pretende reforestar para 2030 una superficie de 100 millones de hectáreas de tierras degradadas en la región de el Sahel (África), lo que permitirá absorber 250 millones de toneladas de carbono de la atmósfera. Además, repercutirá positivamente en otras áreas como el empleo, ya que creará en torno a 10 millones de empleos.
Se calcula que el Sáhara es en torno 10% más extenso que en 1920. Esta iniciativa pretende incrementar los espacios verdes creando un muro de vegetación para preservar una amplia zona de la desertificación. También protegerá el patrimonio natural y a las poblaciones que conviven en esa región.
El Banco Mundial aportará unos 4.000 millones de euros hasta 2025 para financiar proyectos a la región.
La región de el Sahel incluye a los siguientes países: el sur de Mauritania, norte de Senegal, centro de Malí, norte de Burkina Faso, sur de Níger, norte de Nigeria, centro de Chad y de Sudán, Eritrea y norte de Etiopía.
De este modo, África también se une a la lucha contra el cambio climático.