En dicho episodio, dos potentes flotas se enfrentaron en una serie de batallas que transformarían el propio concepto de la guerra naval. Aunque mucho se ha hablado sobre la superioridad de los cañones ingleses, lo cierto es que la flota inglesa no tenía capacidad para romper la compacta formación defensiva de las naves españolas hasta que un ataque consiguiera dispersarlas.
Por su parte, los españoles mostraron gran arrojo y resolución durante los combates; de hecho, parece que "la flota española estuvo a punto de alcanzar la victoria". Inglaterra se salvó gracias sobre todo a ocho viejos barcos mercantes (brulotes) y a las tempestades que, ciertamente, cogieron desprevenidos a todos.
Las consecuencias históricas de una hipotética victoria española son demasiado complejas para intentar intuirlas. Tal y como apunta el historiador Geoffrey Parker, sin las colonias inglesas de América y la India, "el Imperio de Felipe II, en el que nunca se ponía el Sol, se hubiera mantenido -durante décadas- como el más extenso que habían conocido los tiempos".
Fuente:
- "The Armada Campaign 1588" -John Tincey, Richard Hook & Angus Konstam.