'La Grande y Felicísima Armada' (1588). Inicio

Por Descubreirlanda @EUnapoleonica

Todo empezó cuando al fin, después de mucho tiempo de espera y titubeos, el rey don Felipe II (1527-1598), nuestro señor, tomó la decisión de ir contra Inglaterra.
Ese nido de piratas, corsarios y herejes que venían hostigando nuestras flotas de Indias por todo el Atlántico, expoliando tesoros que ponían a los pies de su reina. Aunque en realidad ése no era el único motivo para la guerra: Isabel I de Inglaterra (1533-1603) apoyaba y financiaba las campañas de Flandes contra nuestros tercios y masacraba a los católicos ingleses y escoceses.
Incluso había mandado ajusticiar a la reina de Escocia, María Estuardo (1542-1587), aliada de nuestro rey. Y todo, en conjunto, era motivo más que suficiente para sojuzgar a quien había de rendirnos pleitesía. Se encargó la empresa de armar la flota al granadino don Álvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz, héroe de Lepanto y capitán general del Océano.
Para la ocasión, el rey lo había nombrado Almirante, y a él encomendó lo mejor de su flota y de su infantería: Don Álvaro de Bazán y Guzmán (1526-1588).
Fuente:
- "'La colina de las piedras blancas' -José Luis Gil Soto".