Adrián Vogel comentaba en mi última entrada que le molestaba las reiteradas peticiones de fans/admiración a determinados grupos o páginas de Facebook, mientras Joseca me indica que quizá ese sea el peaje por estar en esta red social.
Adrian tiene toda la razón pero no estoy totalmente de acuerdo con Joseca pues creo que el peaje que uno paga en Facebook se llama publicidad y como he comentado en alguna ocasión, la comunidad internauta está muy mal acostumbrada. Y lo está por ver con excesivos recelos que determinadas aplicaciones que “alguien” pone en la NET a disposición de todos, impliquen publicidad.
Seamos francos, no todo el mundo ha ido creciendo con internet, como un servidor, de modo que muchos usuarios no aprecian suficientemente los avances que ha sufrido la red de redes en los últimos años. Seguro que muchos de Uds. recuerdan esas conexiones a la red mediante modem analógico de 33 kbs, interrumpiendo la conexión telefónica del hogar y pagando por pasos. Posteriormente se inventó la fórmula de tarifa plana en donde pagabas una única cuota mensual similar a la de la actual conexión por banda ancha, pero seguías sufriendo el problema de incomunicación y por supuesto, una lentitud a veces desesperante.
Y digo bien. A veces desesperante, porque en prácticamente todos los servicios que uno necesitaba, no se necesitaba mayor velocidad. Las páginas webs eran prácticamente texto o contenían imagenes que pesaban poco, cuando subías archivos por FTP dejabas al CuteFTP que hiciera su trabajo por las noches, nadie se enviaba correos electrónicos con archivos adjuntos de más de 20 KBs y los chats por IRC eran prácticamente texto. Nuestra forma de vivir internet era esa, tanto para los que nos ofrecían servicios como para los usuarios.
Al poco tiempo, Microsoft lanzó su primer Messenger, que fue uno de los primero programas de mensajería instantánea. Si bien no obtuvo el éxito actual, era similar a éste en una característica: la publicidad. Esto marcó un antes y un después en la NET pues al insertarse contenidos publicitarios principalmente de carácter gráfico, se tuvo que trabajar en dotar de mayor velocidad a la conexión.
Pero antes se inciaron las primeras quejas: “¿Qué mierda es esta? ¿Publicidad?”. Recuerdo expresiones similares cuando varios de mis contactos de IRC chatearon conmigo vía Messenger. Y yo la verdad es que no daba crédito. Como sigo sin entenderlo hoy en día.
Un contenido que, insisto, alguien pone a disposición de todos en la red, digo yo que tendrá que financiarse de alguna forma ¿no les parece?
Otro aspecto que me sigue llamando poderosamente la atención es el acceso a la red, a ser posible gratuito, como aún proclaman ciertos grupos. ¿Gratuito? ¿En base a qué? ¿Es que no hay recursos, inversiones y personas detrás de la red de redes?
Gratuidad. Un concepto que aún no me entra en la cabeza. A partir de aquí, se pueden entender muchas cuestiones últimamente candentes, desde volverse completamente gilipollas hasta montar friki-manifestaciones en favor de no se qué derechos fundamentales
España es un país muy peculiar y no es sólo un tópico. Estamos acostumbrados al “lo quiero, lo tengo” y al “si lo puedo tener gratis, ¿para qué pagarlo?” y quedarnos tan anchos. Porque con independencia de mi personal calificación de los medios ideados para combatir determinados supuestos fraudes, me podría apostar mi escasa fortuna en que muchos de los que se rasgan las vestiduras preferirían una suscripción mensual a Megaupload que a una hipotética tarifa plana en ITunes.