La gravedad del Bullying

Por Mamapsicologain @mamapsicologain

La gravedad del bullying va más allá de las marcas de un bofetón, del dolor de una colleja o las invisibles huellas de los insultos. El bullying deja cicatrices para toda la vida, en ocasiones tan graves que algunos niños o adolescentes no son capaces de soportar.

Bullying es una palabra inglesa que significa intimidación, y hace referencia a todas aquellas actitudes agresivas, intencionadas y repetidas que ocurren sin una razón clara adoptadas por uno o más estudiantes en contra de otro u otros.

En este mismo blog he publicado ya otros artículos sobre esta temática que hacen referencia al posible perfil de víctima de bullying o de acosador, y la verdad es que cualquiera de nuestros hijos, cualquiera, puede ser una víctima potencial de acoso escolar.

A pesar que es cierto que existen determinados rasgos o factores por los que unos niños o niñas son más vulnerables que otros, en realidad, cualquiera de nuestros hijos puede ser la siguiente víctima del hostigador escolar.

El acosador o acosadores, molestan a alguien sin importar lo que haga, sólo por el gusto de hacerlo y sentirse importantes, fuertes, dominantes, .... A veces el bullying se ejerce por envidia, envidia de las notas de un alumno brillante, de la ropa que lleva, de la posición social, de las relaciones familiares, ... Otras porque determinadas características físicas como llevar gafas, tener algo de sobrepeso, las orejas o los dientes grandes, ... son motivo de burla, de mofa, de desprecio.

La constancia en los ataques -número de veces que sucede- aumenta la gravedad del acoso que ya es un problema de salud mental a nivel mundial. Denunciemos, no lo permitamos, no lo silenciemos. Este fenómeno no distingue raza, religión, posición social, estructura física ni edad, este problema está afectando cada vez a niños de más temprana edad y ningún sector de la sociedad está libre de él. Por este motivo debemos ser conscientes de la gravedad que tiene y hasta qué punto es primordial denunciarlo tan pronto como tengamos sospechas que alguno de nuestros hijos o conocidos está sufriendo bullying por parte de sus compañeros. Si sospechas que tu hijo puede estar sufriendo bullying estos son algunos de los síntomas que puede presentar.

Algunos síntomas que pueden alertarte de que tu hijo está sufriendo bullying:

  • está triste,
  • sin apetito,
  • ha perdido peso,
  • no duerme bien,
  • tiene pesadillas,
  • se queja de dolores de cabeza o estómago,
  • lo ves llorar,
  • está diferente,
  • su rendimiento escolar está disminuyendo,
  • no quiere ir a clase,
  • incluso ha llegado a casa con algún rasguño.

No pensemos que se trata de algo de niños, algo que ha ocurrido siempre y que no tiene importancia. El bullying tiene consecuencias devastadoras para las víctimas. En el mejor de los casos pueden llegar sentir que son merecedoras de esos ataques propiciados por sus iguales o deprimirse tanto que acaben con su vida en el peor de ellos.

Si crees que tu hijo sufre o está ejerciendo bullying actúa, habla con sus profesores, pon en marcha todos los recursos para que el colegio adopte las medidas necesarias. Si eres padre o madre de un niño que se dedica a acosar a sus compañeros no banalices sus actos, no se trata solo de algo de niños, es un tema grave con consecuencias dramáticas para cientos de niños y sus familias.

Foto cortesía https://www.flickr.com/