En la guerra, el papel de la Guardia Civil se limitaría a combatir en Columnas y en las grandes unidades que fueron apareciendo y, en retaguardia, una labor meramente policial, salvo excepciones en las que el Cuerpo tuvo acciones de campaña rememoradas como heroicas por ambos bandos: Oviedo, Cuartel de Tocina, Toledo, y el Santuario de Santa María de la Cabeza defendido heroicamente por el Capitán Cortés. Estas cuatro acciones valieron otras tantas Cruces colectivas de San Fernando (máxima condecoración militar española en tiempos de guerra).
En cada zona o región la actuación fue distinta y no hubo una decisión unificada de todo el Cuerpo hacia un bando u otro. Barcelona y Madrid vencieron a los sublevados gracias a la lealtad de los guardias civiles con el gobierno democráticamente instituido. Destacan las actuaciones del entonces Coronel Escobar y del General Arangueren en Barcelona, denegando las peticiones del golpista Goded y mostrando su lealtad a la República y al Presidente Companys. Finalizada en 1939 la trágica contienda, se procedió a una profunda reorganización en el seno de la Guardia Civil, debido en parte a casos como el del General Escobar, que a pesar de sus creencias había mantenido su apoyo al Gobierno electo de la República hasta su fusilamiento por el bando Nacional. La Guardia Civil absorbió además al año siguiente, mediante la Ley de 15 de marzo de 1940, al Cuerpo de Carabineros 1829, y sus misiones de represión de contrabando y fraude, especialmente en costas y fronteras. UNIFORMES:
Iniciada la guerra se continuó con el tradicional uniforme y fue restablecida la escarapela nacional. Por estar en vías de introducción fue corriente ver los dos gorros de cuartel: el redondo azul y el "isabelino" de borlilla y franbja roja adoptado en 1935. La figura de la izquierda muestra a un guardia en uniforme de servicio en 1936. Notese que el uniforme es idéntico en las tres figuras destacando esta primera por el uso del correaje anterior a las reformas de 1935. En julio de ese año se introdujeron algunas reformas en los uniformes y equipo. La figura central corresponde a uno de los defensores del Alcazar de Toledo donde destaca el gorro redondo pero sobre todo el correaje de tipo "Mills", que nos reglamentario de la Guardia Civil por lo que debe provenir del depósito de intendencia del Ejército. La figura de la derecha muestra un gorrillo con borlilla y franja roja adoptado en 1935 y también la bandolera que prácticamente es igual a la usada por la Caballería de la Guardia, variando sólo en el número de cartuchines.
Esta figura representa a un número de la Guardia Civil en uniforme de faena en 1936. Cabe destacar en esta figura el galón blanco de antigüedad en la manga derecha y el reglamentario cordón negro de la pistola. El gorro "isabelino" con borlilla no luce la franjoaroja, sino tan solo una tímida línea roja en el mismo. La bandolera es la misma que la figura de la derecha de la ilustración anterior. Guardia Civil al frente del asalto al Cuartel de la Montaña (Julio 1936). Madrid: