Charlie Wilson’s war (Mike Nichols, 2007. EEUU): un reparto de campanillas y un veterano realizador (nada menos que el firmante de El graduado, film que para muchos inaugura el nuevo Hollywood) para una adaptación de corte sátiro-político sostenida sobre un soberbio y adulto guión. Las clandestinas artimañas de un político norteamericano de los 80 amante de los placeres que la vida ofrece a alguien de su posición (ver la inusual y atrevida presentación del personaje) para acabar con la invasión y atrocidades comunistas en Afganistán, y, ya puestos y aunque el film lo ignore, con el propio comunismo en sí, gloria que la historia ha atribuido a la administración Reagan, en un relato sincero y con sentido del humor. Dos de los máximos exponentes del star- systemhollywoodiense (Tom Hanks y Julia Roberts), secundados por lo mejor del film junto a su libreto, Amy Adams y un, como era habitual en él, sensacional Philip Seymour Hoffman (toda la secuencia de él entrando y saliendo de la oficina de Wilson es admirable, así como la ejecución por parte de Nichols), dan postín a un film ya olvidado pese a su notable interés.
La guerra de Charlie Wilson (Charlie Wilson’s war, Mike Nichols, 2007. EEUU)
Publicado el 15 noviembre 2015 por Juanjo85Charlie Wilson’s war (Mike Nichols, 2007. EEUU): un reparto de campanillas y un veterano realizador (nada menos que el firmante de El graduado, film que para muchos inaugura el nuevo Hollywood) para una adaptación de corte sátiro-político sostenida sobre un soberbio y adulto guión. Las clandestinas artimañas de un político norteamericano de los 80 amante de los placeres que la vida ofrece a alguien de su posición (ver la inusual y atrevida presentación del personaje) para acabar con la invasión y atrocidades comunistas en Afganistán, y, ya puestos y aunque el film lo ignore, con el propio comunismo en sí, gloria que la historia ha atribuido a la administración Reagan, en un relato sincero y con sentido del humor. Dos de los máximos exponentes del star- systemhollywoodiense (Tom Hanks y Julia Roberts), secundados por lo mejor del film junto a su libreto, Amy Adams y un, como era habitual en él, sensacional Philip Seymour Hoffman (toda la secuencia de él entrando y saliendo de la oficina de Wilson es admirable, así como la ejecución por parte de Nichols), dan postín a un film ya olvidado pese a su notable interés.