Más masacres y violencias las encontramos en Trono de Sangre, una versión de Macbeth con un discurso parecido al de Star Wars: el miedo, la rabia, el poder, la ambición desmesurada llevan al lado oscuro (y no llegar a fin de mes, también, añado yo).
El casco de Darth Vader no es más que un casco de samurai tuneado. Yoda no deja de recordar al vejete de Dersu Uzala (también inspiradora de Antigua Vamurta) y así hasta volverse loco con los paralelismos, el plagio bien entendido y escenas, sabores y alegrías. Porque Star Wars no deja de ser una obra maestra por ello.
Lucas financiaría años después un proyecto de Kurosawa con pocas posibilidades comerciales. Así se hizo justicia, de algún modo, y todos comieron perdices y siguieron filmando. Dicho todo esto, me atrevo a afirmar que la sombra de Shakespeare planea en casi toda la obra de Kurosawa y, por tanto, también sobre Star Wars. Pero, ¿en quién se inspiró el inglés?