Al superar los cien días del Gobierno de Sánchez y tras la renuncia de “su” amiga, Carmen Montón como ministra de Sanidad, quien presentó su dimisión por el escándalo del máster de la Universidad Rey Juan Carlos, le ha tocado el turno al líder del PP, Pablo Casado. En estos momentos, Casado está en fase de imputación, pero al ser diputado, la juez Carmen Rodríguez Medel tiene que contar con el permiso del Tribunal Supremo para investigar su máster en Derecho Autonómico, también cursado en la URJC. Pese a que el presidente Sánchez permitió, al fin, hacer público el contenido de su máster, Casado no ha permitido fotocopiar o distribuir copias del suyo, al igual que la ex ministra de Sanidad, Carmen Montón quien habría, presuntamente, copiado partes de textos de otros autores para finalizar su trabajo de fin de máster (TFM). Ante las acusaciones de plagio, el presidente del Gobierno rectificaba el jueves y hacía pública su tesis. Moncloa se abrió a difundir la polémica tesis del presidente del Gobierno. El trabajo podría ser accesible después de digitalizar el documento para que pudiera ser difundido a todo aquel que lo quisiera consultar. Y Sánchez acusó a PP y a Ciudadanos de querer desprestigiarle. Pero el presidente del PP continúa sin dar da más explicaciones de por qué apenas acudió a clases, por qué consiguió tantas convalidaciones (18 de 22 asignaturas), como tampoco da una versión creíble de cómo consiguió finalizar el 70% de su carrera de Derecho en el centro Cardenal Cisneros en apenas unos meses. En estos momentos, todos los títulos obtenidos por Casado están bajo sospecha e investigación. La Universidad Complutense no termina de encontrar explicaciones a cómo logró tan rápido la licenciatura en Derecho. También la Universidad Rey Juan Carlos investiga su título de ADE (Administración y dirección de empresas) y su máster en Derecho Autonómico. El mismo, por cierto, que hizo caer a Cristina Cifuentes y cuyos responsables académicos y administrativos están siendo juzgados por la juez Rodríguez Medel.
El pasado miércoles, en los pasillos del Congreso, en un cruce de acusaciones relacionadas con los expedientes académicos, el líder de Podemos, pedía al 'popular' Pablo Casado que mostrase los trabajos del máster. E, ironizando con el monárquico discurso de Casado, Iglesias le recordó que “enseñar la tesis de fin de máster es decir “Viva el Rey’”. Gobierno y el PSOE aseguran que, con la dimisión “ejemplar” de la ministra de Sanidad, Carmen Montón, lanzan la pelota al tejado del PP, y reclaman la renuncia del líder ‘popular’. La ministra de Justicia, Dolores Delgado, afirma que Casado “estaría imputado, si no fuera aforado”, por la jueza que instruye la causa y que ha imputado, entre otros, a tres alumnas cuyo expediente es idéntico al del líder del PP. La portavoz socialista, Adriana Lastra reclama directamente la dimisión de Casado, ya que, a su juicio, la renuncia de Montón puso de manifiesto “la exigencia ética en nuestra democracia”. C's, por su parte, asegura que no ha pedido en ningún momento la dimisión de Casado, ni de Montón ni de Sánchez por los escándalos académicos, pero vuelve a la carga contra el presidente del Gobierno por la tesis de su doctorado. Albert Rivera le exigió que mostrase su tesis en el Congreso, y Sánchez aseguró que su tesis estaba registrada en TESEO (web que recoge todas las tesis), y aunque solo puede verse el resumen, “está publicada conforme a la ley”. Sin embargo, la formación 'naranja' exigió que Sánchez enseñase su trabajo, algo que, en un principio, fue descartado por el Ejecutivo, al considerar que no había dudas al respecto. Lastra sostuvo que Sánchez “no tiene nada que ocultar y su tesis está, como todas, en el registro de la universidad”, al tiempo que acusaba al C’s de Rivera de actuar como “muleta del PP”.
La maniobra de Rivera en el Congreso provocó que decenas de periodistas acudieran en procesión a la Universidad Camilo José Cela, donde está la tesis doctoral de Sánchez, para poder consultarla. Varios medios de comunicación aseguraron abiertamente que el presidente del Gobierno “plagió” su trabajo universitario. Tal fue el revuelo, que el propio Sánchez publicó un tuit a primera hora del jueves, amenazando con “acciones legales” contra algunas publicaciones si no eran corregidas. Rivera se hizo eco de la portada de ABC, la más contundente, que colgó en su Twitter, junto a la etiqueta, #EnseñaTuTesis, pero su comentario fue replicado por muchos tuiteros que rescataron los variables y menguantes currículos del líder de Ciudadanos. En el mismo, pasó de tener un doctorado y un máster a solo una licenciatura en derecho. El registro más inflado fue el currículo que tuvo en su web el Círculo de Economía, la organización empresarial con sede en Barcelona, de donde es Rivera.
En su currículo, el líder de Ciudadanos presumía de tener una licenciatura en Derecho por ESADE, en 2002, y de haber sacado, el mismo año, un máster en Derecho por la Universidad Ramón Llul. Para el 2003, Rivera ya era “doctor en derecho constitucional” por la Universidad de Barcelona, a lo que sumaba un máster en Markenting Político, en 2009, por la Universidad George Washington. En 2016, La Razón le dedicaba una biografía en su periódico, en la que seguía siendo licenciado y con un máster en Derecho. Pero ya no se hablaba de doctorado, sino de que realizó un posgrado en derecho constitucional en la Universidad de Barcelona. También se mencionaba su máster en la George Washington. Algo que cuadraba con su biografía en la web de Ciudadanos, donde se seguía presentando como “doctorando” en esta materia. El currículo más reciente es el de su ficha de diputado en el Congreso, un lugar que ha dado la oportunidad a muchos políticos para hinchar sus currículos. Sin embargo, frente a su biografía en la web de su propio partido, aquí Rivera solo dice ser “licenciado en derecho”. Ni rastro de sus masters ni de su doctorado/doctorando.
Pero ¿para qué sirven los masters?, se pregunta Enrique Arias Vega. “Antes sólo dimitían los políticos extranjeros por plagiar sus trabajos académicos, como el ministro alemán Karl Theodor zu Guttenberg, hace siete años. Ahora, la moda (o la necesidad) ha llegado hasta aquí, como acaba de suceder con Carmen Montón. Lo nuestro, además, es mucho más modesto que una tesis doctoral, como sucedió en el caso alemán: aquí sólo son simples masters de una universidad privada los que han provocado problemas a Cristina Cifuentes, Pablo Casado o la susodicha Montón. Pero ¿por qué se empeña la gente en hacer masters? La razón radica en la proliferación y consiguiente devaluación de las licenciaturas académicas. Hay más títulos en el mercado que necesidad de titulados, así que todo el mundo busca diferenciarse con un plus: un máster, que es como decir que se sabe más que el resto de los titulados. Eso impresionaba antes en el mercado laboral: cuantos más masters se tenían, se suponía que sus poseedores sabían más que quienes compartían la misma carrera. Eso, digo, duró hasta que todos los centros académicos expendieron masters como rosquillas, de los asuntos más variopintos, cobrando un pastón, eso sí (¡menuda fuente de financiación suplementaria!), y sin estar muy claros ni los procedimientos, ni el control, ni la valía de quienes los obtenían. Pero ¿por qué les dio a todos los políticos la manía de tener un master? Por pura y simple vanidad. Resulta que nuestros políticos suelen ser unos indocumentados, que se iniciaron en la vida pública siendo prácticamente unos adolescentes, sin haber acabado los estudios secundarios muchos de ellos; así que han debido inventarse títulos rimbombantes para parecer más preparados de lo que estaban. Por eso comenzaron a publicarse en las webs parlamentarias, por ejemplo, las profesiones, los títulos y la experiencia laboral y política de nuestros representantes. A partir de ese momento, a muchos de ellos les quedaron tres opciones: o retirarse, o mentir en sus currículums o amañar falsos títulos. Y esos polvos están trayendo ahora estos lodos de tanto político acomplejado que no se fía de su improbable talento natural y necesita adornarlo públicamente con la mentira, que es tanto como ir de Guatemala a Guatepeor”.
En ElDiario.es se recuerda que el presidente del PP explicó hace una semana que debemos “incorporar” el 'viva el rey' “a una conversación de la calle o del bar”. Estas fueron las palabras más repetidas por Pablo Casado durante su intervención en la Junta Directiva Nacional del PP. Casado aseguró, entre loas al monarca, que “cuando abrimos un hospital o abrimos un colegio, estamos diciendo “Viva el rey”. Cuando pagamos las pensiones o pagamos un subsidio de desempleo, o abrimos kilómetros de AVE o de carreteras o un aeropuerto también decimos en gran medida un ‘viva el rey’. Cuando nuestro sistema de trasplantes salva una vida o cuando se atiende a un dependiente, también se dice ‘viva el rey’”. Fue un discurso que desató una ola de respuestas al líder del PP en las redes sociales. Algunos le hicieron caso y empezaron a incorporar la expresión en su día a día. Casado considera que los ciudadanos debemos introducir la expresión 'viva el rey' en las “conversaciones en la calle, el bar, el mercado, la oficina o la universidad”, como “algo muy sencillo y muy natural”. El “popular” va aún más allá, asegurando que, en la práctica totalidad de las decisiones políticas, como la apertura de hospitales, colegios o el pago de las pensiones, “estamos diciendo en gran medida viva el rey”. Sus palabras desataron la ironía en Twitter, donde “Viva el rey” es una de las tendencias más comentadas. El periodista Jesús Cintora difundió el vídeo del fragmento de la intervención de Pablo Casado ante la Junta Directiva Nacional del PP.
Internet se llenó de comentarios sobre la ya 'célebre' frase del presidente del PP, desde los de Echenique, Carlos Bardem a los de la Revista Mongolia. “Poco ha tardado el ya 'Viva el Rey' de Pablo Casado en convertirse en trending topic -escribía el pasado domingo ElPlural.com -. El líder del PP defendió este sábado en Barcelona la figura del monarca como ‘símbolo de la unidad de España’, asegurando que hay que proclamar esta frase tras cualquier tipo de acontecimiento, desde la apertura de un colegio hasta la realización con éxito de un trasplante. Como era de esperar, las respuestas a semejante apreciación han llegado en masa. Son muchos los que se han pronunciado al respecto, rostros anónimos y también conocidos, como el de Pablo Echenique. El secretario de Organización de Podemos ha hecho su propia versión del discurso de Casado y sus loas al Rey.
“Periodistas y medios -continúa Diego Salazar- llenarán páginas y páginas y horas de horas de transmisión con el mensaje. Lo “analizarán”, “discutirán”, etc. Habrá portadas, editoriales, columnas, tertulias y demás. Habrá, incluso, ese género ridículo de notas “Twitter/Internet/las redes se mofan/burlan/destruyen/ a X” o “X revoluciona las redes”. El resultado en este caso es algo distinto que con los usuarios de redes. ¿Qué conseguirán los medios y periodistas? Muy sencillo:
1. “Amplificarlo, al igual que los usuarios indignados. 2. “Legitimarlo: al discutirlo y dedicarle centenares de artículos y decenas de horas de radio y TV, estaremos diciendo que es un mensaje que merece ser parte de la conversación. 3. “Acercarlo y hacerlo digerible para su audiencia: hay mucha gente que nos odia y cuestiona todo lo que hacemos, a veces con razón. Cuando digamos que es un insensato y un facha o algo similar, habrá mucha gente que piense que esa vehemencia y énfasis en descalificar el discurso de Casado son sospechosos y mira, si estos se molestan tanto, algo de razón tendrá.Pablo Echenique escribe en Publico el artículo: “El siguiente es Pablo Casado”. El secretario de Organización de Podemos recuerda que la ministra Carmen Montón parecía una persona con la que se podría haber llegado a acuerdos. “Por eso -dice- es triste lo que hemos visto en estas últimas horas. Por eso y por alguna cosa más. Es triste que la ministra haya obtenido, como todo parece indicar, un máster en condiciones a las que no se pueden acoger los alumnos ‘normales’ y es triste que haya cambiado su versión al respecto varias veces sin poder despejar las muchas dudas que ha planteado la rigurosa investigación de eldiario.es. Es triste que no haya permitido a los medios de comunicación hacer copias de su trabajo de fin de máster y después nos hayamos enterado de que ella sí había copiado 19 páginas. Es triste porque podría haber sido quizás una buena ministra, pero tenía que dimitir como al final ha ocurrido. Decepciona también que hayan escogido, hasta que se volvió absolutamente insostenible, una estrategia de defensa que desprestigia el buen nombre de la universidad pública de nuestro país. No sólo por haber derivado, como hizo el Partido Popular con sus ‘casos máster’, toda la responsabilidad a la universidad para no asumir la ministra ninguna. También, y con más intensidad si cabe, por el propio hecho de aferrarse al cargo durante dos días como si todo estuviera perfectamente bien. La dimisión en las horas inmediatamente siguientes a que se conocieran los hechos habría permitido al gobierno reconocer con humildad pero también con autoridad moral que no está bien que la gente corriente tenga que trabajar durísimo para sacarse un título universitario mientras algunos se pueden permitir ‘excepciones’ de muy difícil justificación. Que Pedro Sánchez no hubiera salido a apoyar a la ministra desde la presidencia del gobierno de España habría permitido al mismo, además, defender el prestigio de la excelente universidad española frente a esa minoría corrupta que se dedica a regalar títulos a personas influyentes. Defender prestigio de la universidad pública y tomar medidas para restablecerlo”.
“Por último, es tan desolador como evidente el error político que ha supuesto esta estrategia si uno recuerda que Pablo Casado ha sido el único líder de los cuatro grandes partidos que ha salido a defender la actuación de la ministra. En efecto, la decisión del PSOE de cerrar filas en torno a Carmen Montón avaló durante dos días el trato de favor recibido por Casado, le dio aire y le puso, como hemos visto en la televisión, una sonrisa en la boca. Porque Pablo Casado sabía que, independientemente de lo que resolvieran los jueces sobre el máster que obviamente le regalaron por ser quien era, el gobierno y el PSOE tendrían que guardar durante todo el proceso un avergonzado silencio si la dimisión de Carmen Montón no se producía. Por fortuna, y a pesar de la enorme decepción que produce la estrategia que eligió inicialmente el PSOE, finalmente el sentido común y las revelaciones periodísticas se han impuesto y la ministra ha dimitido. Quizás, después de lo visto, al PSOE se le haga complicado exigir con fuerza el siguiente paso. Pero los demás podemos y debemos hacerlo. Las irregularidades del título del actual presidente del Partido Popular son, como mínimo, igual de indefendibles que las del título de la ministra (por eso salió a apoyarla). Queremos que se investigue a fondo. Queremos ver su trabajo de fin de máster. Cifuentes dimitió. Carmen Montón dimitió. El siguiente es Pablo Casado”.
“Casado, el transparente”, titula David Torres en Público. Un artículo que comienza así: “Con la ministra de Sanidad recién dimitida y el presidente Pedro Sánchez exhibiendo su tesis a todo trapo para pasmo y regocijo del respetable, la situación de Pablo Casado se vuelve insostenible por momentos. Lo que pasa es que, si el PP pudo sostenerse durante años y años a pesar de la Gürtel, de las cuentas en Panamá, de los ministros medievales y de los cuadernos de Bárcenas, no parece que un expediente académico de mierda vaya a dañar un poquito más su reputación intachable”. El artículo termina diciendo: “Con sus cubiletes, su rapidez de manos y una sonrisa a prueba de escándalos, Casado logró engañar a la prensa gracias al viejo truco del trilero, y la prensa, varios meses después, está pidiendo que le enseñen el guisante. Lo que les cae encima, de momento, son huesos de aceituna. ‘Mayor ejercicio de transparencia que Casado no ha hecho nadie’ dijo el secretario general del PP, Teodoro García Egea, entre güito escupido y güito escupido. Ahora bien, es verdad que Casado más transparente no puede ser: está mostrando al mundo entero las vergüenzas, la poca vergüenza, la desvergüenza absoluta, y al través se le ve hasta los huesos, los capilares, el alma, cualquier cosa, excepto el máster. Acaba de presentar ante el Tribunal Supremo un escrito de 28 páginas defendiendo su inocencia y alegando que los delitos de los que se le acusa no los ha cometido y que además ya han prescrito. Ni los ha cometido ni los va a volver a cometer. Viva el rey”.
Las fotomontajes y las imágenes más sorprendentes de esta semana:Con el máster en la mano y por la cara.
Tras la dimisión de la ministra de Sanidad, Casado-Dimisión y Tic Tac- Casado se convierten en trending topic.
El Jueves. Detienen a Willy Toledo por cargarse en Dios. Mucha mierda en esta farsa en la que te van a hacer actuar, Willy.
Tremending Topic sobre Willy Toledo.
Menudo campo de togas', la foto de la apertura del año judicial, otra vez sin mujeres en un país que no es para mujeres. La falocracia del poder judicial.
Una carta gigante con la inscripción 'Catalunya no te rey' (Catalunya no tiene rey) en la manifestación de la Diada del 11 de septiembre.
Los reyes, en apuros.
El humor en la prensa de esta semana: El Roto, Peridis, Bernardo Vergara, Manel F. Pat, Sir Cámara, Malagón, Mark Night, J. R. Mora…
Pep Roig, desde Mallorca: Oscuridad, Represión, Titulitis, La paja en ojo ajeno, Utopía, Yo no he sido, Banalidades, Máster …
Los vídeos de esta semana:
El de la ministra de Sanidad, otro Máster con irregularidades